Al considerar los trastornos del afecto en el adulto mayor (55 a 65 años) y en el anciano (mayores de 65 años) debemos ubicarlos en los diferentes contextos que intervienen en estos estados emocionales.
La tristeza, la depresión y la melancolía pueden ser un continum de un estado emocional, o ser por sí solo ese estado. Es común en los diversos tratados y estudios no diferenciarlos y considerarlos como un mismo estado afectivo, originando confusión en los resultados de investiga-ciones y en las recomendaciones derivadas de ellas.
El ciclo vital del adulto mayor y del anciano presenta una serie de consideraciones propias de la edad que evolucionan e involucionan dependiendo de los factores orgánicos, mentales y socioeconómicos que impactan en estos grupos de individuos de manera diferente.
Al tratar los estados emocionales del adulto mayor y del anciano los podemos enfocar como parte de cuadros clínicos psicológicos particu-lares o como acompañantes de otros procesos morbosos mentales u orgánicos (cobormilidad), o como consecuencia de un estado afectivo propio de la edad.