Estudios epidemiológicos recientes señalan que el consumo de alcohol en la mujer ha
aumentado en los últimos años. La enfermedad alcohólica en la mujer presenta características
diferenciales cuyo conocimiento es importante para poder realizar un tratamiento precoz. Según
informes de EEUU, hasta un 20 % de mujeres refieren experiencias de abusos sexuales en la
infancia, lo que ha sido relacionado a través de una amplia literatura con elevadas tasas de consumo
precoz, abuso y dependencia de alcohol y otros tóxicos y las alteraciones que derivan de ello. El
inicio temprano del consumo significará un mayor riesgo de abuso y dependencia posteriores, un
mayor tiempo de exposición y, lo que es más importante, la exposición a tóxicos en un periodo
crítico del desarrollo cerebral con consecuencias potenciales importantes a largo plazo. Los abusos
sexuales ocurren frecuentemente en combinación con otros eventos o condiciones adversas que
contribuyen a padecer problemas psicológicos como una historia de problemas de alcoholismo o
psicopatológicos en progenitores, conflictiva familiar y abusos emocionales o cuidados negligentes.
Se presenta un caso de una paciente de 36 años con dependencia alcohólica que realiza ingreso
programado en una unidad de desintoxicación, trasladada desde Unidad de Hospitalización Breve
donde tuvo que ser ingresada por intento autolítico. Resulta de interés por la tórpida historia
biográfica en la que concurre toda una constelación de factores de riesgo para el consumo y
dependencia de tóxicos (historia familiar de alcoholismo, abusos sexuales, alteración en roles
familiares?), y la relación entre dicho consumo y conductas autolíticas.