El Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad son dos trastornos caracterizados por alteraciones del neurodesarrollo. Se trata
de dos entidades diferentes, pero que pueden compartir algunas similitudes.
Entre ellas, está siendo cada vez mas relevante su asociación con las adicciones, no solo con las clásicas
adicciones a sustancias, si no también con las adicciones a las nuevas tecnologías (se habla de adicción a internet o al móvil, pero en realidad estos son el los sustentos de lo que realmente genera la conducta adictiva, que son los videojuegos y las redes sociales)
En el TEA, la investigación sobre las adicciones comportamentales, si bien están en desarrollo,
son limitadas todavía, pero algunos estudios han encontrado una mayor prevalencia de adicciones en personas con esta condición que en la población general, describiendo aumento
de probabilidad entre 2-3 y 5 veces, según los estudios. Algunos de los factores que se han relacionado con esta mayor prevalencia son las propias dificultades presentes en el TEA, como las dificultades sociales inherentes al trastorno, la ansiedad o depresión asociada a dichas
limitaciones sociales, las dificultades en regulación emocional, con problemas para inhibir la conducta, así como problemas en el procesamiento sensorial de ciertos estímulos, que ciertos usos de la tecnología podrían ayudar a regularlo.
Por otro lado, en el caso del TDAH, la mayoría de los estudios también sugieren que la población Infanto juvenil con diagnóstico de TDAH son especialmente vulnerables a desarrollar adicciones a la tecnología. Al igual que en el TEA, la ansiedad o depresión comórbidas han podido favorecer el uso de tecnologías como mecanismo de regulación emocional, pero
veremos que sí se han realizado más estudios que van apoyando con mayor evidencia científica hipótesis biológicas, neuropsicológicas y genéticas.
Israel Manuel Fagundo Pino
Psiquiatría - Cuba
Fecha: 06/06/2024