Arrieta Rodríguez R. Psicologia.com. 2013; 17:1.
http://hdl.handle.net/10401/6148
Revisión teórica
Paradoja Social: Jugar a Ser niño o ser trabajador
Rosaura Arrieta Rodríguez 1*
Resumen
El objetivo de este trabajo es hacer una aproximación a la problemática psicosocial presente en
torno al menor trabajador con el fin de visibilizar el fenómeno de la explotación laboral de
menores y las inconsistencias en el derecho que los protege. Para su desarrollo se tuvieron en
cuenta aspectos como la conceptualización, clasificación del menor trabajador, formas de
trabajo infantil, las peores formas de trabajo infantil, además de las consecuencias físicas,
emocionales y sociales.
Palabras claves: Infancia y adolescencia, niñez, menor trabajador, explotación laboral.
Abstract
The aim of this paper is to approach to the problem that occurs around the child workers, for
their development were taken into account issues such as conceptualization, classification of
child workers, forms of child labor, the worst forms of child labor physical, emotional, social.
Keywords: Childhood, Child, Worker.
Recibido: 28/05/2012 Aceptado: 05/08/2012 Publicado: 12/02/2013
* Correspondencia: psicorar6161@yahoo.es
1 Psicóloga Universidad Santo Tomás. Especialista en Docencia Universitaria. Docente Universidad De San
Buenaventura extensión Ibagué en convenio con la Fundación Universitaria San Martín
Psicologia.com ISSN: 1137-8492
© 2013 Arrieta Rodríguez R.
1
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... su destino puede ser mejor si
alguien lo ayuda a descubrirlo. No
para forzarlo en ningún sentido,
sino para crearle condiciones
favorables y alentarlo a gozar sin
temores...
Gabriel García Márquez. "Manual para ser niño"
Introducción
La cumbre mundial a favor de la Infancia en Septiembre de 1990 indicó que los niños del mundo
son inocentes, vulnerables y dependientes. También son curiosos, activos y están llenos de
esperanza. Por tal motivo su infancia debe ser una época de alegría y paz, juegos, aprendizaje y
crecimiento. La infancia es el período más importante en el condicionamiento de la persona
humana pues, se nace con la capacidad natural para el aprendizaje afectivo de los procesos de
socialización, tomando en cuenta que a través de experiencias corporales, emocionales,
espirituales y psicosociales que se interioriza y desarrolla los atributos humanos de convivencia
y comunicación. A partir de este presupuesto se establecen los referentes que el niño o la niña
tienen para afianzar su identidad como sujeto es decir, sus capacidades para sentir, saber y
hacer, además de su sentido de pertenencia y la capacidad de establecer relaciones constructivas
con sus pares y con la comunidad. A través de la socialización se establecen los roles de género,
entendidos como los comportamientos, intereses, habilidades y rasgos que una cultura
considera adecuados para los hombres o mujeres; en este sentido tanto la adultez como la
infancia y la juventud son momentos del ciclo vital donde se goza plenamente de derechos,
condición humana que permite alcanzar el bienestar personal y comunitario del sujeto (Álvarez
y Vega, 2004; OIT/IPEC, 2005).
La construcción de la persona humana como unidad consciente con identidad, autonomía,
singularidad y libertad capaz de transformar la sociedad y organizar el mundo de manera justa y
equitativa, ocurre en la infancia, sin embargo los niños, niñas y adolescentes colombianos
conviven en situaciones divergentes y peligrosas; autores como Mendoza, 2004, Díaz, González,
Obregón (2007) citan algunas de las actividades de los niños y niñas trabajadores entre las que
se encuentran: son malabaristas en los semáforos, vendedores de galletas, chicles, dulces en los
buses, niñas del servicio, cargando bultos, vendedores en la plaza, desgranando arvejas,
descargando y separando las papas, actividades que para muchos adultos no ingresa al rango de
trabajo sino de ayuda u obligación con el hogar. El trabajo infantil se considera "natural" en la
cultura patriarcal de las familias, ésta implica la negación del fenómeno de la explotación
infantil, situación que se ha convertido en un problema de salud pública no solo por la magnitud
de sus consecuencias sino por la violación constante a los derechos de la niñez (Álvarez y Vega
1994; OIT/IPEC; Salazar, 1998).
Los niños y niñas son articulados al trabajo por sus familias, quienes consideran que es propio o
deseable como parte de su proceso de formación, este factor incide de manera decisiva en la
legitimidad social del trabajo infantil al generar cambios el sistema ideológico y cultural de las
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comunidades que lo consideran esencial para el desarrollo familiar, en general éste sistema de
creencias, referentes, valores, significados e ideas que los distintos actores y grupos sociales
tienen acerca de sus prácticas y sistemas de relaciones, propicia la reproducción del trabajo
infantil y de sus consecuencias psicosociales.
El trabajo infantil es dañino, lesiona y coarta la libertad del ser humano sin embargo, lo
paradójico de éste fenómeno es que Colombia es el primer país latinoamericano en crear leyes a
favor de los niños al tiempo que es uno de los países con mayor número de niños y niñas
trabajadores, incluso se ha instituido una legislación que lo prohíbe, castiga y controla, perse el
trabajo infantil es frecuente y presenta varias manifestaciones, Colombia a pesar de sostener
jurídicamente el trabajo infantil en cuanto delito es el primero en violarlas, lo anterior es
reafirmado por (Álvarez y Camargo 2006) quien menciona que 2.500.000 niños en edad
escolar se encuentran fuera del sistema educativo, 1.700.000 son adolescentes de 12 y 17 años y
800.000 son niños y niñas de 6 y 11 años. (UNICEF, Colombia). Existen legislaturas que
amparan al menor, se han formulado e implementado políticas nacionales para la erradicación
del trabajo Infantil y la protección del joven trabajador, pero la realidad social es otra pues, en
Colombia la sola clasificación de los menores trabajadores (DANE. 2001) constituye también
una forma de legalizarlo.
Ahora bien es importante presentar las definiciones del trabajo infantil desde algunas
organizaciones: para la Organización Internacional del Trabajo OIT (2010) el trabajo infantil se
define como cualquier trabajo hecho por persona menor de 18 años, que lo afecta física, mental,
social moralmente e interfiere en su escolarización: privándolo de la oportunidad de ir a la
escuela, obligándolo a abandonar prematuramente las aulas, o exigiendo que intente combinar
la asistencia a la escuela con largas jornadas de trabajo pesado. De acuerdo con la UNICEF el
trabajo infantil es inapropiado si: es con dedicación exclusiva a una edad demasiado temprana,
se pasa demasiadas horas trabajando, provoca estrés físico, social o psicológico indebido, se
trabaja y se vive en la calle en malas condiciones, el salario es inadecuado, el niño asume
demasiada responsabilidad, el trabajo impide acceso a la escolarización, mina la dignidad y
autoestima del niño, impide conseguir un pleno desarrollo social y psicológico.
En Colombia el Plan Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Joven
trabajador definió por su parte como trabajo infantil, toda actividad de comercialización,
producción, transformación, distribución o venta de bienes o servicios, remunerada o no,
realizada de forma independiente o al servicio de otra persona natural o jurídica, por personas
que no han cumplido los 18 años de edad.
Las organizaciones apuntan al concepto que el
trabajo infantil es un fenómeno que ocasiona la afectación física, social, psicológica, mental y
que además, vulnera los derechos, el bienestar y la calidad de vida de los niños, niñas y
adolescentes.
El estudio de esta problemática ha llevado a realizar clasificaciones entre las que se encuentran:
1. Menor trabajador: corresponde a la suma de todos los menores que son clasificados como
trabajadores, en nuestro país, se supone que para ningún menor de edad está permitido el
trabajo nocturno, dominical y festivo, o aquel relacionado con la actividad minera, cualquier
labor de tipo subterráneo, o aquellas que involucren acciones peligrosas, insalubres o que
requieran grandes esfuerzos. 2. Menor trabajador tradicional: son aquellos que ejercen
ocupaciones remuneradas o no en el mercado productivo por una hora o más a la semana.
Igualmente aquellos que están buscando trabajo. 3. Menor trabajador doméstico: aquellos que
realizan oficios domésticos como actividad principal por más de catorce horas semanales.
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Así como existe una clasificación de los tipos de menores trabajadores, también existe una
acerca de los trabajos ejecutados, a continuación se presentan algunos acercamientos: 1. Trabajo
Aceptable: es el que se realiza cumpliendo la ley, por parte de niños de 15 años y más, también
se incluye el trabajo liviano, o de pocas horas, que pueden realizar de manera protegida, es un
trabajo que no afecta su salud, desarrollo personal, ni interfiera en su escolarización. 2. Trabajo
inaceptable: es aquel que realizan los niños y adolescentes ocupados, entre 5 y 17 años que
vulnera sus derechos esenciales y pone en riesgo su normal desarrollo psicológico y social,
amenazando su acceso a la educación, al descanso y la recreación, esto involucra los niños
menores de 12 años que trabajan que laboran más de 14 horas a la semana, y no estudian.
Actualmente se está sugiriendo un consenso en cuanto a considerar el trabajo de los niños como
un término general, el cual abarque todo el espectro de trabajos y labores realizadas por los
niños, niñas y adolescentes, y al trabajo infantil como un subconjunto del trabajo que es
perjudicial y que debe ser objeto de eliminación. Sin embargo, más allá de este consenso ha sido
difícil establecer las líneas divisorias entre los diferentes tipos de trabajo de los niños, como en
el caso de considerar el tiempo empleado en los oficios del hogar y otras actividades realizadas
por los niños. De acuerdo con el Programa para Erradicación del Trabajo Infantil, IPEC, cuando
el tiempo dedicado es de 15 y más horas semanales, se incluye como trabajo adicional. Este
parámetro difiere del contenido en la propuesta de Unicef que define en función del número de
horas trabajadas y el tipo de actividad a que se dedica a un niño. Se considera que un niño entre
5 y 11 años está realizando trabajo infantil si ejecuta cualquier actividad económica, o si dedica
más de 28 horas a oficios del hogar por semana, así, de 12 a 14 años los niños y niñas que
trabajan más de 14 horas por semana de trabajo ligero, o 28 o más horas por semana en oficios
domésticos, están involucrados en el trabajo infantil al igual que aquellos que están entre 15 y 17
años si se dedican a cualquier trabajo peligroso (DANE, 2008).
Grosso modo de lo anterior surge un cuestionamiento, ¿cómo se puede considerar una política
de erradicación del trabajo infantil?, si existe una legislatura que establece que legalmente los
menores pueden trabajar en las siguientes jornadas: 12-14 años de edad: 4 horas diarias y 24
semanales en oficios ligeros; 14-16 años de edad: 6 horas diarias y 36 semanales; 16-18 años de
edad: 8 horas diarias y 48 semanal. En este sentido la Organización Internacional del Trabajo
OIT estableció tres formas de trabajo infantil: 1. Los niños y niñas ocupados en la producción
económica: "los que realizan cualquier actividad dentro de la frontera de producción del Sistema
de Cuentas Nacionales durante al menos una hora en el transcurso del período de referencia". 2.
Los niños y niñas que se encuentran en trabajo infantil: "Comprende los niños ocupados en las
peores formas de trabajo infantil y los niños ocupados en la producción económica por debajo
de la edad mínima, salvo los que realizan trabajo ligero permitido, si procede. Este es un
subconjunto del anterior". 3. Los niños y niñas que realizan trabajos peligrosos: se entiende
como cualquier actividad u ocupación que, por su naturaleza o características, tiene, o puede
producir, efectos perjudiciales para la seguridad, la salud (física o mental) y el desarrollo moral
de la infancia. (Conferencia Internacional del trabajo 2010)
Lo anterior en Colombia se constituye en una realidad ambivalente, pues existe una legislación
Nacional a través del Código de la Infancia y la Adolescencia en la que se establece que la edad
mínima para la admisión al empleo son los 15 años de edad, misma que indica que ninguna niña
o niño menor de esta edad pueda vincularse en alguna actividad laboral, por tal motivo aun
desde el plano jurídico la vinculación y explotación laboral de los menores es un hecho
innegable. La contradicción emerge cuando el estado define la responsabilidad de proteger a los
niños, niñas y adolescentes contra las Peores Formas de Trabajo Infantil (PFTI) clasificadas en
el convenio 182 de la OIT, mientras el escenario social es otro, pues son tantas las formas en que
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los menores son expuestos a actividades que atentan contra su integridad, que el sistema que los
protege se queda corto en la asistencia y medidas de amparo. Respecto a las formas de trabajo
degradante la OIT definió el concepto de Peores Formas de Trabajo Infantil, para denominar
aquellas actividades que esclavizan al niño o niña, lo (a) separa de su familia, lo (a) expone a
graves peligros y enfermedades, o lo (a) dejan abandonado(a), las peores formas de trabajo
infantil son las más lesivas para los niños y las niñas que se ven sometidos a ellas, y por lo tanto
son altamente violatorias de sus derechos, por lo que su eliminación ha sido elevada a la
condición de prioridad internacional por el convenio número 182 de 1999 de la OIT, que
Colombia ha ratificado mediante la ley 704 de 2001.
Entre las peores Formas de trabajo infantil se encuentran categorías precisas: todas las formas
de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como son la venta y el tráfico de niños y
niñas, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, el trabajo forzoso u obligatorio,
incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños y niñas para utilizarlos en conflictos
armados. La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños y niñas para actividades de
explotación sexual como la inducción, constreñimiento y estímulo de la prostitución, la
producción de pornografía o las actuaciones pornográficas. La utilización, el reclutamiento o la
oferta de niños y niñas para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el
tráfico de estupefacientes y el trabajo que por su naturaleza o por condiciones en que se lleva a
cabo, es
Probable que dañe a la salud, la seguridad o la moralidad de los niños y niñas.
Dentro de las formas de explotación laboral hacia niños y niñas es posible diferenciar dos
grandes categorías de peores formas de trabajo infantil denominadas Trabajos ilícitos que
corresponde a prácticas que atentan contra los derechos humanos implican actividades como la
explotación sexual comercial y la utilización de niños y niñas en actividades ilícitas y trabajos
peligrosos que son aquellos nocivos por naturaleza o por las condiciones en que se realizan, en
ambos casos se presentan riesgos para la salud, seguridad de los niños y niñas además ocasiona
daño, en los aspectos: físico, psicológico, emocional y moral.
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Tabla 1
Peores Formas de Trabajo Infantil
Categoría
Tipos
Actividades
Inducción, constreñimiento o estímulo a la
prostitución
EXPLOTACION
SEXUAL
Pornografía
COMERCIAL
Turismo Sexual
TRABAJOS
Trata para la explotación sexual
ILICITOS
Producción y tráfico de estupefacientes
ACTIVIDADES
Utilización por delincuentes
ILEGALES
ASOCIADAS
ESCLAVITUD
A
Y
LA
Ventas para servidumbre
Reclutamiento forzoso para conflicto armado
Minería, trabajos bajo el agua, en la calle
TRABAJOS
PELIGROSOS POR SU
NATURALEZA
Alturas peligrosas, en espacios cerrados
Con maquinaria y equipos peligrosos
Transporte manual de cargas
TRABAJOS
Medios Insalubres
PELIGROSOS
Trabajo doméstico en hogares de terceros
TRABAJOS
PELIGROSOS POR SUS
CONDICIONES
Jornadas de más de ocho horas
Horario Nocturno
Sin medidas de higiene y seguridad industrial
Que impidan la asistencia a la escuela
Fuente: OIT/IPEC, 2002
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Teniendo en cuenta el numeral "D" del Convenio 182, el Estado colombiano adoptó, mediante
Resolución Ministerial 4448 de Diciembre de 2005, la lista de actividades prohibidas, con base
en la cual el Ministerio de Protección Social ejerce su función de autorizar el trabajo de los
adolescentes mayores de 15 años y realiza actividades de monitoreo y control. En esta se prohíbe
la vinculación de las personas menores de edad en actividades relacionadas con los siguientes
sectores: Agricultura con destino al mercado; Explotación de minas y canteras; Industria
Manufacturera; Suministro de electricidad, agua y gas; Construcción; Transporte y
almacenamiento; Defensa (Actividades de defensa, guardaespaldas); Trabajo no calificado
(limpiabotas, trabajadores callejeros, servicios domésticos, recolectores de basura, entre otros);
Otros oficios no calificados (mecánico automotriz, operador de calderas, trabajadores de clubes
nocturnos o bares, comercio minorista, trabajadores de bombas de gasolina)
Causas y consecuencias
Las causas de la vinculación laboral prematura y los factores asociados a la misma, son una
compleja amalgama de elementos de orden social, cultural y económico, la población menor se
conecta laboralmente a los sectores más atrasados de la economía, esta población que proviene
general de los sectores económicos y sociales en desventaja, en los que se continua
reproduciendo su pobreza mediante la vinculación de trabajos pocos calificados y mal
remunerados en ocupaciones que siguen perpetuando la pobreza y segregación cultural (Luna y
Pérez 2004). Son muchas las consecuencias que sufren los niños que trabajan se ven privados
de desarrollar habilidades que les permiten ser sociales participar plenamente en la vida
familiar y comunitaria, la condición de ser menor trabajador entorpece su desarrollo físico,
emocional y social.
En el desarrollo físico pueden sufrir, retraso en el crecimiento, sus condiciones de vida y
alimentación están por debajo de los requerimientos básicos, hay un alto riesgo de enfermar de
afecciones frecuentes y graves, pueden trastornar el desarrollo corporal y pondoestatural, las
cargas pesadas y malas posturas pueden afectar la dinámica muscular del tronco y los
miembros, llegando a provocar lesiones osteomusculares agudas y dolorosas o hacerse crónica y
afectar los núcleos de crecimiento óseo con lo cual se pueden ocasionar malformaciones, desvíos
anatómicos, lesiones osteoarticulares y distorsiones de la dinámica muscular, de la postura,
deformidades óseas agotamiento físico, heridas, otro riesgo biológico son las enfermedades
infecciosas crónicas, las alergias, de infecciones graves por tétanos, quemaduras, problemas
pulmonares amputaciones, dolores en las articulaciones, trastornos cutáneos, la piel delicada se
afecta, resecándose y des puliéndose, a esto se le suma que un niño o niña menor trabajador
carece de seguridad en salud, aspecto que aún no se hace evidente. (Luna, G. y Pérez, T. 2004;
Mendoza, 2004; OIT 2003)
En el desarrollo emocional, psicoafectivo y de personalidad las niñas y los niños trabajadores
además de sus condiciones de pobreza, marginalidad social poseen elementos de perturbación,
el hecho de tener que enfrentar con frecuencia situaciones difíciles de relación con los extraños,
sin apoyo psicoafectivo, puede producir ansiedad, agresividad en el comportamiento,
expresiones hostiles, no hay reconocimiento de las normas de convivencia, son combatientes
callejeros, han interiorizado de manera temprana códigos duros e inflexibles, dificultades para
vincularse con otras personas o tener sentimientos hacia ellas, problemas para interactuar,
cooperar con otros, dificultades para desarrollar un sentido real de identidad, falta de confianza
en sí mismo, experimentar sentimientos de baja autoestima, patrones de socialización
inadecuados carencia de relaciones afectivas que les brinden sentido de seguridad, acogimiento
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y protección, pueden desarrollar actitudes de sometimiento, subordinación, sin un plan de vida,
no interiorizan valores protectores ni democráticos en general pueden desarrollar serias
dificultades para desarrollar una personalidad autónoma e independiente (Luna, G. y Pérez, T.
2004; Mendoza, 2004; OIT 2003)
En el desarrollo social se ven presionados a llevar una vida adulta sin que estén listo para ello,
hay afectación en su capacidad de relación, poseen una imagen deteriorada de sí mismo,
presentan recurrentemente ideas negativas y de fracaso, su capacidad de gozo se ve limitada, el
desempeño social se ve seriamente afectado no hay conocimiento de sus derechos
fundamentales, sólo lo aprenden a conquistar a su manera el niño o niña no logra integrarse
equilibradamente al tejido social, no hay cultivo de sus habilidades y destrezas y hacerse a una
idea integral de la realidad, disminuye su capacidad de aprendizaje conceptual, retraso y
deserción escolar, exclusión del juego, la recreación y el deporte, déficit en desarrollo de
habilidades y competencias comunicativas, dificultades en el trabajo colaborativo, la
creatividad y la coordinación, liderazgo en procesos sociales (Luna G y Pérez T. 2004, Mendoza,
2004;OIT,2003)
Son múltiples las razones por las que los niños, niñas se vinculan al trabajo, inciden aspectos
económicos, como la pobreza, desempleo de los adultos, la insuficiencia de los ingresos
familiares para suplir las necesidades básicas, la percepción que el aporte económico del niño es
determinante para los gasto de la familia; aspecto cultural: La creencia que entre más temprano
aprendan los niños y niñas un oficio mejor les irá en el futuro; la percepción que el trabajo es la
mejor vía para formar a los niños y niñas en valores y responsabilidad; el gusto por trabajar para
tener su propio dinero, la transmisión del trabajo como un legado familiar que va de generación
en generación; en el aspecto social: los altos índices de embarazo adolescente, el abandono de
los hijos por parte de los padres, la violencia intrafamiliar, la tolerancia de la sociedad al trabajo
infantil, quizás la peor enfermedad que pueda vivir una colectividad.
Acerca de las cifras
El DANE realizó una encuesta Nacional del Trabajo Infantil en 13 principales áreas
metropolitanas, ver tabla 1.2; se encuentra que en Ibagué el año 2003 la participación de la
población entre 5 y 17 años es de 12976; en el año 2005 es de 13129 y para el año 2007 hay un
incremento de 15165, siendo la sexta área metropolitana en participación de niños, niñas y
adolescentes trabajando en el sector productivo.
Tabla 2
Magnitud según ciudad y año 13 áreas metropolitanas
Ciudad
2003
2005
2007
Bogotá
91023
77402
53903
Cali
53779
47233
43208
Medellín
52771
33834
28651
8
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Bucaramanga
26502
20819
16915
Cúcuta
18526
11978
16895
Ibagué
12976
13129
15165
Barranquilla
15559
12854
10608
Cartagena
4 634
3 953
7 898
Montería
9 512
5 323
7 492
Villavicencio
8 203
8 892
5 937
10699
4 811
Pereira
11631
Pasto
6 037
4 059
4 492
Manizales
6 304
2 988
4 022
317458
253163
219997
Total
Fuente: DANE Módulos de Trabajo Infantil en ECH 2003, 2005 y GEIH 2007
En cuanto a la tasa de participación de niños, niñas y adolescentes trabajando en el sector
productivo Ibagué es la primera área metropolitana; los porcentajes para el año 2003, 11,2%; en
el 2005, 10,7 y en el 2007, 12,1.
Tabla 3
Tasa de participación de niños trabajando en el sector productivo
Ciudad
2003
2005
2007
Ibagué
11,2
10,7
12,1
Montería
13,3
7,3
9,9
Cali
10,7
9,1
8,3
9,4
5,9
8,3
11,6
8,9
7,3
8
5,2
5,9
Cúcuta
Bucaramanga
Pasto
Fuente: DANE Módulos de Trabajo Infantil en ECH 2003, 2005 y GEIH 2007
En el 2009 el trabajo infantil aumento un 34% por ciento en el país pues el 60% de los niños
trabaja más de 14 horas. Entre el 2007 y 2009 según el DANE la tasa pasó de 6,9 al 9,2 lo que
implica que 263.847 menores se incorporaron en condiciones irregulares al mundo laboral
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colombiano (periódico El Tiempo.com 2011). El estudio revela que los menores que trabajan en
Colombia, se encuentran entre los 5 y 17 años, el 36,1% lo hacen porque están obligados a hacer
aportes monetarios a sus hogares el 12,5 debe ayudar con los gastos de la casa y en otros
porcentajes aseguran que el trabajo los hace honestos y los aleja de los vicios (11,9%). Según un
estudio de UNICEF y Save the Children, en Colombia (2001) en las 7 principales ciudades hay
323.000 menores trabajando en el servicio doméstico; cerca de 450.000 trabajan sin ningún
tipo de remuneración. Los demás solo reciben entre el 20% y 25% del salario mínimo legal.
Consideraciones finales
Durante años se han realizado planes se ha avanzado aspectos como la visibilidad, del
fenómeno pero la erradicación no se evidencia (Álvarez y Vega, 2004), razón por la que se
requiere una intervención en red para dar respuesta al trabajo infantil, es un fenómeno que se
deriva de múltiples circunstancias que afecta a los niños y niñas, vulnera su condición,
derechos, ciudadanía, por tal motivo el estado, la sociedad y la familia deben actuar hacia la
satisfacción plena de sus necesidades que les permitan una calidad de vida digna, si los
menores han de trabajar situación que debe ser muy discutida, se debe velar por una políticas
de trabajo protegido en que la inserción al trabajo debe estar amparada bajo condiciones
especiales tales como la edad, las capacidades; la finalidad del trabajo, las condiciones afectivas
de mismo y la preparación para el trabajo en la edad adulta.
En este sentido es importante considerar que "La humanidad debe al niño lo mejor que puede
darle...el niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios,
dispensado todo ello por la ley y por otros medio, para que pueda desarrollarse física, mental,
moral, espiritual y socialmente de forma saludable y normal, bajo condiciones de libertad y
dignidad, ergo "el niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y
explotación" Declaración De Los Derechos Del Niño. Desafortunadamente el trabajo infantil
forma parte de la cotidianidad y de una conciencia generalizada y aceptada, que propicia un
estado de mayor pobreza y marginalidad, pues los menores son tomados como "mano de obra
barata" lo cual instaura una de las peores formas de explotar y vulnerar sus derechos. Es por eso
que para erradicarlo y prevenirlo es necesario generar procesos de transformación en el ámbito
ideológico y cultural, con la misma urgencia y premura que en los procesos de orden
socioeconómico; un hecho alentador es que son varias las políticas de intervención que apuntan
a ese propósito, intentando aportar a la transformación de aquellos patrones culturales que
desde las familias, instituciones, niños, niñas y jóvenes, legitiman y sostienen
socioculturalmente el trabajo de los niños y niñas colombianos.
10
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Arrieta Rodríguez R. Paradoja Social: Jugar a Ser niño o ser trabajador. Psicologia.com
[Internet]. 2013 [citado 12 Feb 2012];17:1. Disponible en: http://hdl.handle.net/10401/6148
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