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Teoría de la evolución darwiniana: Una hipótesis en receso. VI Psicología evolucionaria.

Autor/autores: Fernando Ruiz Rey
Fecha Publicación: 26/07/2010
Área temática: .
Tipo de trabajo: 

RESUMEN

Palabras clave: Psicología evolucionaria; Módulos cognitivos; Darwinismo; Teoría de la evolución.


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Teoría de la evolución darwiniana: Una hipótesis en receso. VI Psicología
evolucionaria.
FUENTE: PSIQUIATRIA.COM. 2008; 12(3)

Fernando Ruiz Rey.
Médico Psiquiatría. Raleigh, NC. USA.

Recibido el 03/10/2008
PALABRAS CLAVE: Psicología evolucionaria, Módulos cognitivos, Darwinismo, Teoría de la evolución.

Origen de los módulos psicológicos
Como ya hemos visto en artículos anteriores, existen varias tesis para explicar la conducta humana y la cultura
desde el punto de vista de la teoría de la evolución. Otra de estas tesis es la denominada Psicología evolucionaria
que propone la existencia de mecanismos ­programas psicológicos- internos en el funcionamiento mental del ser
humano, posibles de describirse con conceptos de la psicología cognitiva. De acuerdo a esta doctrina, los
programas cognitivos son adaptaciones del hombre primitivo al medio ambiente del periodo geológico del
Pleistoceno, un medio que se describe como, "ambiente de adaptación evolucionaria" (Enviroment of Evolutionary
Adaptedness: EEA) o ambiente ancestral; concepto que amalgama cambios geológicos, climáticos, bióticos y muy
importantemente, condiciones sociales que el hombre primitivo tuvo que enfrentar reiteradamente durante su
desarrollo. En otras palabras, el ambiente al que el hombre en cuanto tal tuvo que adaptarse, y que le es propio;
no lo comparte con los osos o con las hormigas, ni con ningún otro organismo, aún viviendo en el mismo lugar y
tiempo. Este concepto de EEA es esencial para la Psicología evolucionaria al permitir entender las adaptaciones
psicológicas que estructuran la mente humana.
El comienzo de la vida humana se remonta aproximadamente 1.5 a 2.5 millones de años, de modo que la mayor
parte del desarrollo evolutivo del hombre ocurre fundamentalmente en el periodo del Pleistoceno que comienza
más o menos 1.8 millones de años AC y termina 12.000 años AC. Durante ese período, los seres humanos eran
fundamentalmente colectores y cazadores en las sabanas africanas, y enfrentaban problemas evolutivos básicos y
fundamentales, como: mantención física (búsqueda e identificación de alimentos) diferenciación individual y
colectiva, apareamiento, crianza y, muy importantemente, relaciones sociales. (1:10) Las adaptaciones que el
hombre primitivo efectuó en ese medio cernidas por la selección natural, se realizaron --de acuerdo a la Psicología
evolucionaria-- con mecanismos cognitivos específicos, supuestamente más flexibles y certeros en la resolución de
problemas particulares, que una mente central con mecanismos generales inespecíficos, equipotenciales y
moldeables en forma ilimitada por el ambiente. La Psicología evolucionaria no postula la posibilidad de cambios
evolutivos en los mecanismos cognitivos en épocas posteriores; un argumento para sostener esta posición es que
en el periodo siguiente al Pleistoceno ­Holoceno--, adviene la agricultura y con ella comienza el desarrollo cultural
creciente con cambios ambientales rápidos, no suficientemente estables para la ocurrencia de adaptaciones
cognitivas. (2:1)

Operación de los módulos psicológicos
La Psicología evolucionaria concibe el cerebro humano como un computador diseñado por la selección natural para
recoger información del medio ambiente, procesarla y elaborar diversos programas cognitivos con distintos
propósitos específicos, sancionados por la selección natural para maximizar la reproducción; estos programas son
una adaptación del ser humano para la resolución funcional de problemas. Los programas son responsables de la
conducta explícita del hombre, y aún persisten hoy en día, aunque no cumplan necesariamente la función
adaptativa que tuvieron en el ambiente de nuestros antepasados, o incluso, operen en forma desventajosa desde
el punto de vista evolutivo. (3:1-2). Cosmides y Tooby, importantes y conocidos propulsores de la Psicología
evolucionaria, explican: "...todas las mentes humanas normales desarrollan una colección estándar confiable de
circuitos regulatorios y de racionalidad que son funcionalmente especializados y, frecuentemente, dominioespecífico. Estos circuitos organizan el modo como interpretamos nuestras experiencias, inyectan ciertos conceptos
corrientes y motivaciones en nuestra vida mental, y proveen esquemas universales de significado que nos
permiten entender las acciones y las intenciones de los demás." (4:3) Para estos autores, cada programa o circuito
(como ellos los denominan) opera como un minicomputador, o `módulo', dedicado a solucionar problemas
particulares, realizando inferencias y deducciones de formas lógicas (algoritmos), y de contenidos; hay también

módulos que integran los resultados de otros programas, de modo que: "...uno puede concebir el cerebro como
una colección de dedicados minicomputadores cuyas operaciones están `funcionalmente integradas' para producir
la conducta." (4:8-9) Los módulos procesan la información ambiental, pero como son específicos, son sólo
sensibles y activados por claves ambientales particulares. Para estos investigadores: "En el tiempo evolucionario
[del hombre], sus circuitos fueron acumulados aditivamente porque ellos "razonaron" o "procesaron información"
de modo que incrementaba la regulación adaptativa de la conducta y de la fisiología." (4:6) En este proceso, la
selección natural va moldeando la `mente' del ser humano adaptada a las circunstancias del ambiente, el ambiente
del Pleistoceno.
Cosmides y Tooby están perfectamente conscientes que el hombre moderno enfrenta problemas ambientales
diferentes a nuestros antepasados prehistóricos, pero salvan este escollo sosteniendo que: "Nuestra habilidad de
solucionar otr\a clase de problemas es un efecto secundario o producto colateral de los circuitos que fueron
diseñados para resolver problemas adaptativos [en el pasado]". (4:6-7) El ejemplo que mencionan los autores es
el caminar en dos extremidades, una solución adaptativa fundamental del hombre primigenio; pero con esta
adaptación el ser humano también adquirió sentido del balance, que lo utiliza en la actualidad para la realización
de otras actividades similares, como el patinar o esquiar, y otras acciones que requieren sentido del equilibrio.
Como ejemplo de programas se mencionan, la capacidad de hablar, la capacidad de detectar mentirosos, la
capacidad de leer las emociones de los demás, de reconocer a los parientes, temor a las culebras, etc. La
capacidad de los varones de detectar la relación "cintura-cadera" femenina es otro curioso módulo que tiene
supuestamente especial relevancia en la conducta de apareamiento. La preferencia de los hombres por una
relación de cintura cadera de 0.7 indicaría la mejor posibilidad de fertilidad de la mujer. Estos módulos son
susceptibles de investigarse empíricamente, así la preferencia cintura-cadera se puede estudiar presentando
dibujos de figuras femeninas a un grupo de hombres, y de este modo, determinar sus gustos. Este tipo de
investigaciones se han criticado por generalizar conclusiones de preferencias como módulos universales, y por no
mostrar nada de la situación evolutiva inicial. (3:5)

Universalidad de los módulos psicológicos: Naturaleza humana
Los programas cognitivos son operacionalizados por el cerebro, sin ser partes de este órgano; para Cosmides y
Tooby el cerebro es un sistema físico cuya función es procesar información: "...en otras palabras, un computador
que está hecho de compuestos orgánicos (en base a carbón), en vez de chips de silicón" (4:4). Pero la Psicología
evolucionaria no postula la emergencia de un programa psicológico general, de propósitos múltiples, sino que
distintos programas que emergen como respuesta adaptativa particular a circunstancias específicas diferentes del
ambiente primigenio de nuestros ancestros comunes. Con frecuencia se utiliza la analogía de los órganos
corporales modelados por la selección natural para caracterizar la especificidad de la función de estos programas
cognitivos; un órgano corporal específico es altamente especializado y eficiente con una alta contribución a la
reproductividad del organismo. De igual manera sucede con los módulos psicológicos, y, como los órganos
corporales, los programas son compartidos por todos los descendientes de esos seres ancestrales, son propios de
la especie homo sapiens que emerge completamente formada del periodo Pleistoceno; por tanto, son universales,
presentes en toda la humanidad. Cosmides y Tooby ofrecen la siguiente analogía entre módulo y órgano: "El pulso
cardíaco es universal porque el órgano que lo genera es en todas partes el mismo. Esta es una explicación simple
que puede ser usada también para la universalidad del intercambio social: el fenotipo cognitivo del órgano
[módulo] que lo genera, es en todas partes el mismo." (4:20) Para la Psicología evolucionaria los módulos ­
propios de la especie humana-- constituyen la naturaleza misma del hombre, y son imprescindibles para sus
intercambios sociales; de esta matriz modular depende la estructura\\ción de la conducta social y cultural del ser
humano. Los módulos constitutivos de la naturaleza humana operan como `instintos', como `especializaciones de
resolución de problemas de contenidos específicos'.
La Psicología evolucionaria espera que el estudio y la explicación de las funciones de los mecanismos cognitivos
universales proveerá las leyes psicológicas propias de la naturaleza humana. Los proponentes de la Psicología
evolucionaria están profundamente convencidos que la dimensión evolucionaria es el modo por excelencia para
comprender la conducta del hombre y, ofrecer, de este modo, la posibilidad de integrar con la biología y la
evolución de los seres vivos, las diversas disciplinas psicológicas y sociales que describen el comportamiento
humano. Y, además, el estudio de los módulos puede ser una guía para las investigaciones de la neurofisiología
que los hacen posibles, que en su mayor parte permanecen desconocidos. (4:2) La Psicología evolucionaria ofrece
un modo de estudiar la organización de la actividad mental y de la neurofisiología, esto es, los `circuitos'
neuronales que soportan los módulos cognitivos. De acuerdo a la Psicología evolucionaria, este es un campo
abierto para la investigación empírica (5:1); la expectación en este sentido es tan elevada que Hagen afirma: "...la
meta de la psicología evolucionaria es identificar todas las funciones del sistema nervioso." (6:1)
Los módulos cognitivos universales tienen un carácter ontogenético, caracterizan la naturaleza humana y se van
transmitiendo genéticamente de generación en generación, puesto que estos programas son también concebidos

como "circuitos" cerebrales. Para Cosmides y Tooby, la mente y el cerebro son dos aspectos complementarios de
un mismo sistema, de modo que los módulos, o programas, o circuitos, resultantes de la adaptación incluye ambos
aspectos, lo cognitivo mental y las conexiones neurológicas ­que permiten la operación de los módulos.

Dificultades en la invariabilidad de los módulos psicológicos
La Psicología evolucionaria enfatiza la presencia de módulos universales, en todos los seres humanos; Cosmides y
Tooby afirman:"...cada especie tiene una arquitectura [de mecanismos adaptativos] universal, evolucionados
típicamente para cada especie." (4:16) Sin embargo, la Psicología evolucionaria tiene que aceptar una excepción a
esta universalidad, hombres y mujeres tienen muchos módulos adaptativos diferentes, como se muestra
claramente, por ejemplo en: la elección de pareja, en las actitudes hacia los niños, etc.; de modo que cada sexo
tiene su propio estilo psicológico, pero la Psicología evolucionaria sostiene que la naturaleza de cada sexo es
universal. La Psicología evolucionaria postula que los módulos universales no están sometidos a variaciones
genéticas significativas, sufren sólo pequeños cambios en propiedades cuantitativas que no alteran la "unidad
psíquica de la humanidad." (4:!6) Una justificación evolutiva de la poca o ninguna variabilidad de los módulos es
que los rasgos que aumentan la capacidad reproductiva tienden a fijarse en las poblaciones que los presentan; el
alelo elegido por la selección natural prevalece, se esparce en la población y alcanza un 100% de prevalencia, con
lo que desaparece la variabilidad genética, y se fija el rasgo. No sucede así con los rasgos que tienen pocas
ventajas para la sobrevivencia y descendencia; sin embargo, no todos los teóricos de la evolución concuerdan con
la invariabilidad de los módulos, ya que un genotipo estable puede generar diferentes fenotipos según la situación
ambiental, y los módulos como son expresión fenotípica, pueden haber cambiado, `evolucionado' desde el
Pleistoceno, aún sin cambio genotípico. (7:9-10) Tampoco se acepta que las variaciones cuantitativas, que para la
Psicología evolucionaria no cambian cualitativamente los mecanismos modulares básicos, sean sin relevancia
evolutiva, Buller desde la perspectiva evolucionaria lo rebate, afirmando que: "...la selección [natural] actúa, y
sirve para mantener las diferencias cuantitativas en los individuos de una población. Así, el dimorfismo sexual, que
la Psicología evolucionaria considera como una diferencia "cualitativa", es en realidad el resultado de la selección
actuando en diferencias cuantitativas en la dimensión del gameto." (7:11-12) Pero una crítica más fundamental es
que la concepción de naturaleza humana como algo fijo ­esencia, naturaleza- no es compatible con los principios
de la teoría de la evolución, los cambios evolutivos no tienen meta fuera de maximizar la reproducción; las
variaciones y la selección natural son propias de la existencia de los seres orgánicos (8). En el hombre, la cultura
continúa bajo la ley de la selección natural. (7:8. 9:8)
Una dificultad obvia que enfrenta la proposición de una naturaleza humana (multitud de módulos específicos)
común a todos los seres humanos, es la variación observable en los hombres: unos son pesimistas otros
optimistas, unos son introvertidos otros son extrovertidos, unos son dotados para las matemáticas otros lo son
para las artes, etc. Atribuir estas variaciones a reacciones al ambiente, como lo hacen los psicólogos
evolucionarios, (10:14) reduce considerablemente la relevancia de la concepción de la naturaleza humana con
módulos `específicos' supuestamente gobernando casi toda la conducta humana, al dejar estas variaciones sin
soporte modular significativo; variaciones que en buenas cuentas constituyen la psicología humana. Los
proponentes de la Psicología evolucionaria aclaran que la universalidad psicológica del ser humano, radica en los
mecanismos adaptativos ­módulos cognitivos-, no en conductas concretas; estos mecanismos procesan la
información ambiental y generan respuestas conductuales diferentes según las claves ambientales. Sin embargo,
aún quedan sin explicación modular cognitiva muchas variaciones del ser humano; y aún más, muchas de estas
variaciones son heredables, por tanto tienen respaldo genético, y de este modo son susceptibles presentar
variaciones (mutaciones) y de ser blanco de la selección natural.
Para la Psicología evolucionaria las variaciones genéticas de rasgos psicológicos que ocurren en épocas recientes,
no son significativos, son consideradas simplemente como artefactos [noises] evolucionarios, no como verdaderas
variaciones constitutivas de lo propiamente humano. Es precisamente por esta estabilidad y universalidad de los
programas cognitivos ­módulos-, básicos de la naturaleza humana, que los estudios transculturales cobran tan
particular importancia para la Psicología evolucionaria; pues se supone que estos estudios permiten detectar lo que
es común a la especie humana, y así confirmar la tesis de las adaptaciones ancestrales de las que participan todos
los hombres. (11:39)

Tesis de la multimodularidad psicológica
La tesis de la presencia de variados y múltiples módulos (miles según algunos autores) en la mente-cerebro
humano, constituyendo una compleja estructura cognitiva, es compartida por otras corrientes teóricas de la
psicología contemporánea, pero la Psicología evolucionaria intenta conectar esta arquitectura con un origen
evolutivo ancestral. Esta tarea es de considerable dificultad, ya que por un lado, los estudios empíricos para
delimitar y caracterizar los módulos en el hombre actual son difíciles y limitados y, por otro, la información de las
características ambientales particulares del hombre primigenio es escasa, por lo que las proposiciones y

conclusiones de la Psicología evolucionaria contienen inevitablemente elementos especulativos.
La arquitectura multimodular cognitiva opera bajo del nivel de la vida consciente, la conciencia es sólo el extremo
visible del témpano constituido por la pluralidad de programas o circuitos que realizan la ponderación y el análisis
de las situaciones en las que se encuentra el ser humano. Es esa arquitectura la que permite el despliegue de
todas nuestras habilidades naturales; como explica Cosmides & Tooby: "...nuestras habilidades de ver, de hablar,
de encontrar a alguien atractivo, de reciprocar un favor, de temer la enfermedad, de enamorarse, de iniciar un
ataque, de experimentar indignación moral, de explorar un paraje, y una miríada de otras habilidades, son
posibles sólo porque existe un vasto y heterogéneo conjunto de compleja maquinaria computacional, apoyando y
regulando estas actividades". (4:2) Para la Psicología evolucionaria el hecho que los hombres de todas las culturas
nazcan con la propensión a categorizar las experiencias de un modo similar confirma la hipótesis de la presencia
innata de programas cognitivos adaptativos universales; sirva de ejemplo la tendencia a percibir las reacciones de
los demás en términos de deseos o creencias que se observa en todos los hombres, aunque la concretidad de
estas motivaciones varían en los distintos pueblos y circunstancias.
La proposición de múltiples módulos cognitivos con ausencia de un centro general de respuesta al ambiente,
encuentra varias objeciones, entre muchas otras, se ha señalado que la asimilación del material proveniente de los
sentidos no puede ser integrado sin considerar las `creencias' de todo el sistema del agente, sin la presencia de
una `central' que procese y decida, de un `yo' que se haga responsable en libertad de lo que elige actuar; en otras
palabras, se rechaza la posibilidad de la existencia de módulos cognitivos independientes. (3:6) Dentro del mismo
ambiente evolucionista darwiniano existe controversia acerca de la multimodularidad cognitiva, algunos psicólogos
sólo aceptan la existencia de unos pocos módulos cognitivos específicos, otros simplemente los rechazan
completamente.

Identificación de los módulos psicológicos
La identificación de las adaptaciones ­módulos cognitivos-- en la mente del hombre actual no resulta una tarea
sencilla, puesto que de partida estos programas no son la conducta misma, evidente y explícita, que despliegan los
seres humanos; sino más bien las bases cognitivo-informática-computacional que operan desde la estructura
cerebral; un programa cognitivo puede originar distintas conductas según las circunstancias ambientales. En este
sentido es conveniente citar a David Buss: "Toda conducta manifiesta es una función de mecanismos psicológicos
en conjunción con inputs a esos mecanismos (algunos inputs provienen del ambiente externo; algunos provienen
del mismo organismo, incluyendo, actividad fisiológica e información de otros mecanismos psicológicos)." "El
output de los mecanismo psicológicos puede ser actividad fisiológica, output que sirve de input a otros
mecanismos psicológicos o, conducta manifiesta." (12:1-2) Sin embargo, esta diferencia entre conducta manifiesta
y módulo no siempre resulta clara en la Psicología evolucionaria; por ejemplo Leda Cosmides, habla en estos
términos: "...la hipótesis que el estado nauseoso del comienzo del embarazo ["pregnancy sickness"] como un
producto colateral de las hormonas prenatales predice diferentes tipos de evitación de alimentos que la hipótesis
[que propone] que es una adaptación que evolucionó para proteger al feto de patógenos y toxinas en los
alimentos..." (13:3) En esta cita el cuadro nauseoso manifiesto (conducta) es de origen evolutivo, y no se presenta
como un mecanismo, sino de una conducta manifiesta, un cuadro evidente.
Para identificar un módulo que soporta una conducta se exige que muestre integración de componentes
operativos, que revele una complejidad imposible de ser explicada como resultado de una simple casualidad, sino
que una complejidad que solamente se puede explicar como un diseño: producto acumulativo de la acción de la
selección natural para resolver problemas adaptativos; en otras palabras, que sea una adaptación funcional
evolutiva. Si utilizamos la analogía de los órganos corporales, que los mismos psicólogos evolucionarios utilizan,
podríamos decir que el pulmón (módulo en el campo de la psicología evolucionaria) moviliza el aire y lo pone en
contacto con membranas orgánicas especializadas (conducta en el plano psicológico), con lo que permite la
asimilación de O2 y la eliminación de CO2 (función adaptativa en el plano psicológico). Esta acción del pulmón ­
oxigenar al organismo- es una función, que denominamos corrientemente función fisiológica, pero que en la
mentalidad evolucionista se trata de una función adaptativa, es decir, una función resultado de la adaptación del
organismo al medio para maximizar la sobrevivencia y reproducción del organismo (en el plano psicológico, los
módulos o programas, o circuitos, realizan funciones adaptativas). En suma, a las funciones fisiológicas se les
busca un origen evolutivo; del mismo modo, a las funciones psicológicas corrientes (memoria, aprendizaje,
discernimiento, etc., etc.) se les busca el origen evolutivo como funciones adaptativas.

Causas inmediatas y causas remotas o funcionales del módulo
Las causas inmediatas ­`próximas'- de una conducta es el programa cognitivo que gesta y sostiene la conducta,
pero la determinación de la `función' adaptativa ­causas `remotas'- requiere de la aplicación de los conceptos de la

teoría de la evolución (variación adaptativa y selección natural) para comprender evolutivamente el módulo y la
conducta que origina. Para ejemplificar esta situación, consideremos el módulo del temor a las culebras (¿conducta
o módulo?); la `función' adaptativa de este temor se entiende verdaderamente si podemos imaginar (`conocer') las
condiciones ambientales del hombre primitivo, viviendo en medio de los bosques vírgenes con toda clase de
alimañas y peligros. Una vez que se establece que el temor a las culebras y arañas cumplió una función
adaptativa, aumentando la capacidad de sobrevivencia y de reproducción del hombre primitivo, se pueden diseñar
estudios transculturales para determinar si en verdad el ser humano posee este módulo innato universal, la
capacidad cognitiva de reconocer y evitar el contacto con esos animales. (14:2-3).

Circularidad en la identificación de los módulos
El proceso de identificación de los módulos cognitivos como estructuras de adaptación parece envolver un cierto
grado de circularidad. En primer lugar se supone que existen módulos subyacentes a la conducta explícita, estos
no son evidentes, salvo que se tome la conducta como punto de partida, como en el caso del estado nauseoso de
la embarazada o el temor a las culebras, citados más arriba. Los módulos son un constructo teórico sin base
experimental, ni neurofisiológica, son una concepción de la mente humana, por lo que su valor científico
dependerá de su capacidad explicativa y, primordialmente, de su capacidad predictiva de conductas. Luego, hay
que determinar los rasgos que la adaptación psicológica ­módulo-- debe tener para resolver un problema
específico, aumentando la reproductibilidad del individuo en el ambiente del Pleistoceno en donde se supone que
se gestó el módulo. Por último, se busca la evidencia directa o indirecta de la presencia actual de los rasgos del
módulo en la conducta del hombre contemporáneo. (15:1) Se comienza teorizando que existen módulos, luego se
determinan sus características para resolver problemas en el Pleistoceno, pero que se conciben en su mayoría
desde la situación conductual del hombre actual (miedo a las culebras, capacidad de detectar al tramposo,
capacidad de viajar en zonas desconocidas, etc.), y se proyecta de la situación presente a la prehistoria; y, por
último, se cierra el círculo buscando la evidencia del módulo en el hombre contemporáneo, o se reinterpreta la
conducta inicial actual con una hipótesis adaptacionista ­supuestamente biológica por favorecer la sobrevida y la
reproducción, y estar injertada en la Teoría de la Evolución de los organismos
Las hipótesis de adaptación cobran valor si predicen comportamientos humanos, pero los críticos de la Psicología
evolucionaria señalan que estas predicciones son de conductas cotidianas, generalmente también explicadas por
otras teorías psicológicas; además, hay que tener presente que las hipótesis adaptativas han sido conformadas de
acuerdo a lo que se sabe del hombre actual proyectado a situaciones hipotéticas del hombre ancestral
(circularidad). Los psicólogos evolucionarios insisten que se han descubierto fenómenos desconocidos para
psicólogos de otras vertientes teóricas. David Buss, por ejemplo, cita numerosos ejemplos de hipótesis
adaptacionistas que han recibido fuerte apoyo empírico, como: "Mayor deseo de sexo casual con distintas parejas,
en hombres que mujeres......Preferencia de las mujeres de aparearse con hombres con recursos......Preferencia de
los varones por aparearse con mujer joven y sana...estándares universales de la atracción femenina ligada a señas
de fertilidad (señas de juventud, señas de salud, baja relación cintura-cadera)...Amor como adaptación de
apareamiento prolongado...Mecanismos de evitación de incesto; etc." (12:73) Este autor también afirma que la
Psicología evolucionaria ha descubierto nuevos fenómenos no conocidos por otras corrientes psicológicas, como las
diferencias de las reacciones de celos en hombres y mujeres, y los cambios psicológicos que ocurren alrededor de
la ovulación de la mujer. (12:74) Cualquiera que pueda ser el valor de este tipo de estudios en torno a la
sexualidad humana primaria, no garantizan que la estrecha mira de las investigaciones evolucionarias y su velada
circularidad, contribuyan significativamente a la comprensión de la rica y compleja psicología del ser humano.
Tampoco el hallazgo de tendencias conductuales comunes a los hombres de distintas culturas ratifica las hipótesis
adaptativas de corte darwiniano, más bien la teoría de la evolución se toma como un supuesto fundacional de la
tesis adaptativa. No obstante, la actividad teórica y de investigación de la Psicología evolucionaria han mostrado
áreas de especial interés para el estudio psicológico del ser humano, como son: apareamiento, coalición social,
amistad, parentesco, jerarquías sociales en términos de status, prestigio, y reputación, básicos en el
comportamiento de los seres humanos. (16:9) Claro está, estos temas pueden estudiarse sin tener que recurrir a
interpretaciones evolucionarias como lo propone la Psicología evolucionaria; se pueden conceptualizar y
contextualizar de manera diferente.

Adaptación en la Psicología evolucionaria
La adaptación es un concepto central de la Psicología evolucionaria. Se considera que el ser humano actual está
adaptado al medio como si hubiera sido diseñado para las circunstancias que lo rodean, el hombre se mueve y
actúa con facilidad y espontaneidad en su ambiente gracias a las múltiples adaptaciones ­"máquinas de resolución
de problemas": módulos cognitivos- que subyacen y guían su conducta. (4:14) Para el psicólogo evolucionario
estas adaptaciones ­módulos-- son muestra clara y evidente de la acción de la selección natural en nuestros
antepasados; se trata de adaptaciones a la presión ambiental persistente o recurrente del pasado distante que
fueron seleccionadas por incrementar el poder reproductivo de los individuos. Para realizar un análisis evolutivo

apropiado de estas adaptaciones es necesario referir la función adaptativa del m¬ódulo al medio del Pleistoceno
cuando se constituyeron los programas cognitivos. De modo que, la tarea de la Psicología evolucionaria consiste en
analizar la mente humana para identificar las adaptaciones ­programas, módulos-, encontrar su función adaptativa
rastreando su origen evolutivo en tiempos prehistóricos; una tarea que se puede describir como una especie de
`ingeniería al revés'. Para Cosmides & Tooby: "La Psicología evolucionaria se puede pensar como la aplicación de la
lógica adapcionista al estudio de la arquitectura de la mente humana." (4:13) Buss por su parte enfatiza:"No
existe tal cosa como "psicología no evolucionaria", puesto que no se conocen otros procesos causales, fuera de los
evolucionarios capaces de producir los complejos organismos que caracterizan a la psicología." (17:2)
La perspectiva adaptacionista tomada por la Psicología evolucionaria, ha sido también criticada por otros teóricos
de la evolución, ya sea porque algunos piensan que la selección natural opera en la conducta y no en los módulos
o mecanismos subyacentes al comportamiento humano; o, porque la ingeniería al revés de esta disciplina se
presta para elaborar historias evolutivas especulativas (explicaciones post hoc no verificables), sin control
observacional ni experimental; o simplemente, porque se considera esta aproximación adapcionista demasiado
estrecha, dependiendo exclusivamente de la selección natural sin considerar otras fuentes de cambio como el
desplazamiento [drift] genético (variaciones fortuitas de genes, ambiente o desarrollo). También se critica el
proceso de adaptación por no determinar las presiones selectivas presentes en el medio Pleistoceno que
modelaron la adaptación; lo que es muy difícil de realizar, en gran medida por falta de información adecuada, y
por no ser posible la observación ni la experimentación de la situación evolutiva. (3:10. 9)

Limitaciones de la Psicología evolucionaria
La concepción de la evolución de la Psicología evolucionaria, como hemos señalado más arriba, es altamente
controvertida entre los adherentes a la teoría de la evolución. Un punto que levanta especial controversia es la
eliminación de la selección natural en tiempos recientes y darla prácticamente por acabada; tampoco hay acuerdo
en que las condiciones ancestrales fueron suficientemente estables para permitir la conformación de la `naturaleza'
cognitiva del hombre; ni tampoco todos concuerdan con las hipótesis de las investigaciones propuestas por la
Psicología evolucionaria para apoyar su tesis. Además, se ha mencionado la interferencia político-ideológica en el
diseño de los estudios e interpretación de los resultados de la Psicología evolucionaria (violación, homosexualidad,
violencia, etc.). Otra crítica frecuente a esta disciplina es la eliminación que hace de la cultura, que de acuerdo a la
tradición darwiniana sigue las leyes de la selección natural, la Psicología evolucionaria la trata como mero
resultado de la operación de los mecanismos psicológicos adaptativos evolutivos, fijos y estrechos, y en buena
parte, muy especulativos. (18)
Los psicólogos evolucionarios defienden su disciplina sosteniendo que la Psicología evolucionaria es el modo
apropiado de estudiar la psicología humana como producto de la evolución (ignorando las críticas de otros teóricos
de la evolución), y que en modo alguno su disciplina propone el status quo de la sociedad (12:72), señalan que la
Psicología evolucionaria es una ciencia descriptiva, no opuesta a los cambios sociales, ni a la justicia, ni al
progreso. Para poder cambiar, argumentan los psicólogos evolucionarios, es necesario saber de donde partimos y
como operamos. Sin embargo, en verdad resulta difícil aceptar esta defensa cuando la naturaleza del hombre se
propone como fija, constituida por módulos específicos de adaptación; todo está previsto desde los tiempos
ancestrales por la maquinaria modular. David Buss por ejemplo sostiene que el hombre puede cambiar el
ambiente, y con éllo, evitar el desencadenamiento de conductas adaptativas consideras inaceptables; pero
entonces cabe preguntar ¿qué módulo, o más bien, qué elemento de la psicología humana es ése que permite
evaluar éticamente las situaciones y manejar la expresión espontánea predeterminada de la `naturaleza' humana?
¿De dónde surgen la autonomía frente a las propias reacciones modulares, la capacidad de actuar y modificar el
medio, la capacidad de elección que libera al ser humano de su propia `naturaleza' hecha de la integración de
complejos mecanismos psicológicos de solución de problemas particulares operando como computadores que
responden a claves específicas del medio? La capacidad ejecutiva del hombre que valora y elige dentro de sus
circunstancias, es un capítulo fundamental en cualquier psicología que intente describir y comprender a la criatura
humana, pero esta no es un área satisfactoriamente tratada en la Psicología evolucionaria.
La Psicología evolucionaria recurre a muchos supuestos discutibles y a evidencias circunstanciales, como se puede
apreciar en la tesis de las características del ambiente ancestral (ambiente de adaptación evolucionaria) y de la
dinámica propuesta de los miembros del género homo con este medio primitivo. Las hipótesis derivadas de esta
situación, son tentativas y especulativas, y claramente sin posibilidad de realizar observación directa, ni de
manipulación experimental; (19,44:47-52) sólo descansan en los limitados avances de la paleontología y
antropología, y se conforma en base a las características del hombre actual. El apoyo más importante de estas
hipótesis evolutivas (adaptativas), parece ser la mera plausibilidad dentro del esquema propuesto por la teoría de
la evolución darwiniana.
La Psicología evolucionaria postula que con estudios transculturales e investigaciones empíricas acerca de la

conducta del hombre moderno puede confirmar sus hipótesis y el fundamento evolutivo de su teoría; Shapiro
explica: "...los módulos psicológicos causan [en la actualidad] la conducta que habría sido adaptativa en el
ambiente evolucionario adaptativo (EEA)." (10:8) Este autor cita como ejemplos de estos estudios que pueden
confirmar o descartar hipótesis de la adaptación ancestral de módulos: el rechazo que expresa la gente por la idea
de incesto, la mayor incidencia de violencia entre niños y padrastros que entre niños y padres biológicos,
preferencia de los hombres de fantasear sexualmente con mujeres más desinhibidas y promiscuas, preferencia de
las mujeres por hombres fuertes y de alta posición, etc. (10:9) Pero estas investigaciones, no sólo han sido
criticadas metodológicamente, sino que están condicionadas por la tesis que pretenden confirmar (psicología
evolucionaria) y sus supuestos, así como lo están también, la interpretación de los resultados. Además, estas
investigaciones no están exentas de trazos de circularidad, por lo que en su mayoría `confirman' lo que son
observaciones comunes para la psicología actual, posibles de ser explicadas por otras interpretaciones teóricas.
Los estudios actuales se consideran como relevantes para confirmar o descartar hipótesis de adaptaciones
originadas en el Pleistoceno, porque la naturaleza humana es estable desde entonces y, porque se estima que el
ambiente actual comparte elementos comunes con el EEA del Pleistoceno como son:
el apareamiento, el embarazo de la mujer, la presencia de predadores, de hombres, de niños, de parásitos, y de
todas las condiciones físicas del planeta que hacen posible la vida humana (considérese la circularidad
mencionada). Por otra parte, aunque se encuentren similitudes entre el ambiente ancestral del ser humano (EEA)
y el actual, tenemos que aceptar que tienen que existir diferencias significativas, ya que de lo contrario no tiene
sentido la insistencia de la Psicología evolucionaria de precisar el Pleistoceno como el período particular en que
ocurrieron las adaptaciones psicológicas. No puede tratarse simplemente de una coincidencia entre la etapa
prolongada de desarrollo del ser humano y este período geológico; y esas diferencias ­si existentes- son muy
difíciles de estudiar, aparte de los dramáticos cambios emergidos posteriormente con el advenimiento de la
agricultura y de la acumulación progresiva de la cultura. En otras palabras, o existieron condiciones especiales en
el Pleistoceno, y éstas no se conocen adecuadamente o, no existieron en rigor condiciones muy distintas entre
nuestro tiempo y el Pleistoceno fuera de los productos culturales, lo que significaría que la emergencia de la
cultura marca una diferencia significativa, lo que exige explicar evolutivamente su aparición, su transmisión e
incremento, y su efecto en el desarrollo y comportamiento del ser humano. Porque de hecho el hombre ha
cambiado su ambiente y su vida, y una psicología no puede ignorarlo, como parece hacerlo la Psicología
evolucionaria al enfatizar las adaptaciones del Pleistoceno explicando la conducta del hombre actual.

Conclusión
En suma, la tarea que se propone la Psicología evolucionaria es entender la conducta humana, la psicología en
general, desde el punto de vista de la teoría de la evolución darwiniana; su argumento básico es que somos seres
productos de la evolución, de modo que la única manera de comprender el comportamiento del hombre es
mediante los conceptos fundamentales de la evolución, de la evolución darwiniana; los psicólogos evolucionarios,
piensan que simplemente no hay otra manera de hacerlo. Para este propósito la Psicología evolucionaria recurre a
fragmentar las manifestaciones psicológicas del hombre en módulos operativos específicos a los que busca su
función adaptativa para resolver problemas fundamentales del ser humano, aparecidos durante las etapas iniciales
de su desarrollo en el Pleistoceno. En este proceso la Psicología evolucionaria distingue en un primer nivel la
conducta manifiesta actual del ser humano; luego el nivel de los mecanismos procesadores de información ­
módulos--, y un tercer nivel que corresponde al soporte estructural de estos módulos funcionales que es el cerebro
y sus circuitos neuronales. Estos tres niveles no siempre aparecen bien diferenciados, sino más bien confusos y
equivalentes. Habría que agregar un cuarto estrato que correspondería al nivel genético, al complejo de genes que
`construye' al cerebro como computador, y a los genes que permiten y jijan los módulos específicos, que son
adaptaciones a ciertas condiciones de interacción ambiental, también específicas. La complejidad, la interacción y
la dificultad de diferenciar los estratos de esta arquitectura presentada por la Psicología evolucionaria, genera
problemas conceptuales intrínsecos, y dificultades con la biología y la genética (ver referencia 7:5-7, 11-12), así
como también problemas desde el punto de vista filosófico, incluyendo la situación de la libertad de la acción
humana voluntaria que desaparece en la logística computacional del proceso modular propuesto por la Psicología
evolucionaria. A este respecto baste citar a Buss en referencia al libre albedrío:"Tenemos el sentir subjetivo que
nosotros ­y ninguna otra cosa--controla nuestro destino. La noción de que de algún modo nuestros genes o
nuestros mecanismos evolucionados nos están controlando ­o que somos nuestros mecanismos evolucionados--es
ajena [a nuestro sentir o creencias]" (16:5-6). El tema de la libertad del hombre, de la responsabilidad de la
conducta voluntaria, de la verdad, de la ética, son de suma importancia en cualquier teoría que intente dar cuenta
del comportamiento humano, pero no es el propósito de este trabajo revisar estos aspectos.
Sin embargo, tal vez es oportuno mencionar las críticas surgidas en la disciplina filosofía de la mente, de los
intentos teóricos que conciben al cerebro como una computadora, y a la mente como un programa computacional
­software. Estrictamente hablando, un programa computacional -software-, como señala Searle:"...es definido
enteramente en términos de procesos simbólicos o sintácticos, independientes de la hardware [aspecto físico del

aparato]" (20:13), por lo que un mismo programa se puede implementar en un indefinido rango de hardwares,
esta situación constituye el principio de "múltiple realizabilidad" de los programas computacionales. Una mente no
puede presentarse como un programa computacional (procesos simbólicos, sintácticos), ya que no capta la
presencia de los contenidos semánticos de la actividad mental (sentimientos, emociones, pensamientos, etc.).
Cosmides & Tooby hablan de "circuitos" -conexiones neuronales-, y utilizan la analogía del cerebro como un
computador; pero también hablan de módulos que utilizan el cerebro, o sea como un programa, lo que resulta
inadecuado y confuso de acuerdo a las críticas de Searle; sirvan de ejemplo estas citas de Cosmides & Tooby: "Los
neurocientistas estudian la estructura física de tales aparatos [circuitos], y los psicólogos cognitivos estudian los
programas procesadores de información, realizados por esa estructura." (4:13) "De hecho, uno puede pensar de
estos sistemas computacionales de múltiples propósitos `como instintos razonadores' e `instintos de
aprendizaje.'" (4:11) En esta última cita, los módulos son presentados como computacionales, y además, no como
meros procesos lógicos generales, sino como sistemas capaces de coger y discernir aspectos específicos de los
contenidos de las experiencias (más allá de lo formal sintáctico), al punto que utilizan la analogía de los instintos
para describirlos; una afirmación que aleja los módulos de la analogía con el computador, y coloca la concepción
de estos programas cognitivos adaptativos en una situación conceptual diferente a una software; ya no se trataría
de una relación mente cerebro de tipo computador/software, sino una relación mente y estructura neurofisiológica:
circuito neuronal. Cosmides & Tooby intentan salvar las ambivalencias en torno a los conceptos de mente y
cerebro que surgen al especificar los términos propuestos, conceptualizando esta relación como dos aspectos
complementarios de un mismo sistema; sin embargo los módulos (mente-función) y el cerebro (circuitos
neuronales) no son idénticos, pero los autores los presentan en forma intercambiable y equívoca, quizás para
tener la ilusión que se ha resuelto el peliagudo problema de la relación mente cerebro que se resiste tenazmente a
darse por desaparecido.
Se puede concluir que los conceptos de la teoría de la evolución darwiniana no encuentran en el terreno de la
Psicología evolucionaria, un campo fértil que contribuya a afianzarla en la comprensión de la conducta humana; las
dificultades conceptuales, teóricas y prácticas, que presenta esta disciplina son numerosas y serias. La Psicología
evolucionaria toma los conceptos de la teoría evolutiva como dados y válidos, y los aplica a la conducta humana
para encontrar su origen evolutivo. Se puede afirmar que la teoría de la evolución darwiniana no puede
sustentarse en la `evidencia' proporcionada por la Psicología evolucionaria para fortalecer sus pretensiones
absolutistas. Por el contrario, las debilidades de la Psicología evolucionaria encuentran protección en la credibilidad
que pueda tener la teoría de la evolución darwiniana que guía su dirección teórica e inspira la formulación, e
interpretación de las investigaciones empíricas.

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