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Comentario del artículo histórico: Wernicke C. Las psicosis histéricas. Pérdidas de conciencia histéricas. El delirio histérico.

Autor/autores: Demetrio Barcia
Fecha Publicación: 12/05/2010
Área temática: .
Tipo de trabajo: 

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REVISTA ELECTRÓNICA DE PSIQUIATRÍA
Vol. 2, No. 1, Marzo 1998
ISSN 1137-3148

Las psicosis histéricas. Pérdidas de
conciencia histéricas. El delirio histérico.
C. Wernicke

ARTÍCULO HISTÓRICO

Comentario del prof. D. Barcia
Catedrático de Psiquiatría. Universidad de Murcia.
Jefe de Servicio de la Unidad Docente de
Psiquiatría.
E-mail: Barcia@hgum.sms.carm.es

C. Wernicke
Las psicosis histéricas. Pérdidas de conciencia histéricas. El delirio histérico
Capítulo 39 de Grundriss der Psychiatrie in klinischen Vorlesungen. Leipzig; 1900.
(Traducción de Jesús Martínez).

Las psicosis histéricas muestran en muchos de sus aspectos un cierto parentesco con las
psicosis epilépticas, como se hace evidente, entre otros síntomas, en su predisposición a
derivar en los llamados estados crepusculares. En los casos de epilepsias histéricas
particularmente, es tan frecuente que se dé una forma definida de los mismos en conexión
con el ataque, que los autores franceses han descrito un estadio peculiar de la afección
histeroepiléptica con estas características. Sin embargo, no es tanto la obnubilación del
sensorio como la total desorientación alopsíquica lo que presta la nota predominante a estos
estados, de corta duración en la mayoría de los casos. Los pacientes se comportan como
corresponde a una situación modificada oníricamente y con matices afectivos
frecuentemente. En especial, una desgracia que les haya afectado, como la pérdida de
parientes próximosu otras situaciones semejantes, desempeña un importante papel en estos
casos. Este llamado estadio emocional de los ataques histéricoepilépticos entra ya, por su
peculiar naturaleza, en el terreno de las alopsicosis delirantes de carácter emocional.
Todavía responde más a este concepto el llamado delirio histérico, es decir, una psicosis
aguda que se presenta autónomamente acompañada de una hiperactividad motriz
condicionada sensorialmente y de una desorientación alopsíquica total, sin que coexista con
ella una determinada situación afectiva dominante. Tanto como consecuencia de sus
múltiples distracciones sensoriales como por hipermetamorfosis, las manifestaciones
espontáneas de estos enfermos son en gran medida incoherentes. Sólo en raras ocasiones y
por cortos momentos es posible fijar su atención y conseguir que respondan a las preguntas
que se les hace. El papel principal les corresponde a las alucinaciones táctiles y auditivas,
con voces que se localizan con una precisión anormal. Es posible la presencia de

componentes asimbólicos, debido a la resistencia de los enfermos a la ingestión de
alimentos y que se les asee. Los síntomas psíquicos pueden ir acompañados de temblor
muscular generalizado, de la aparición de los llamados síntomas del cordón lateral y de
derrumbamiento corporaly desembocar en la muerte en pocas semanas. A veces, también se
observan en el delirio histérico síntomas claramente hipocondriacos. En un caso de
evolución igualmente grave, fue sustituida la agitación sensorial por el típico cuadro de la
agitación motórica confusa cuando habían transcurrido unas seis semanas de enfermedad,
es decir, por una psicosis de motilidad hiperquinética con características maníacas. Parece
ser que habría que achacar este dinamismo a la recuperaciónde las fuerzas y a la mejoría
del estado general motivada por la persistencia de la alimentación asistida. Un caso con un
cambio tan rápido como los anteriores acabó en recuperación completa y desapariciónde
los síntomas. Sin embargo, al año y medio se presentó una recidiva, de cuyo desenlace final
no estoy informado.
Ya he hecho mención de la llamada catalepsia de los histéricos, es decir, de los casos de
psicosis demotilidad aquinética de duración relativamente corta. La conciencia queda
profundamente afectada en estos casos y muy a menudo, por lo que se puede deducir de la
expresión de arrobamiento que se manifiesta en el rostro, poseída por un estado onírico
dominado poréxtasis religiosos. El estado de debilitamiento sin manifestaciones paranoicas
que queda evoluciona rápidamente hacia la curación. Sin embargo, es también posible que
estas situaciones de éxtasis acaben enrecidivas y se transforman en un cuadro
patológicoperenne de completo estupor. Yo he tenido ocasión de ver un caso de este tipo
que acabó en la muerte. Los casos mencionados son psicosis claramente definidas. Pero
también se observan con bastante frecuencia casos de enfermos que no tienen tan marcados
los síntomas de las distintas psicosis agudas, sino que se trata más bien de situaciones
transitorias, o intermedias, de una degeneración histérica o de una depravación del carácter,
que, en casos aislados, muestran síntomas psicóticos. En las secciones de psiquiatría de las
grandes ciudades, como sucede, por ejemplo, en nuestra clínica, constituyen las prostitutas
un grupo especialmente numeroso de estos casos patológicos, especialmente pesados por la
indisciplina de su conducta. Sin embargo, otros pacientes originarios de medios
completamente normales pueden dar también motivo para dudar si lo que presentan es, más
que una enfermedad, pura impertinencia y falta de sentido moral. Las observaciones
encaminadas a estudiar el activo espiritual y la capacidad de percepción dan a menudo
como resultado una pasmosa disminución del primero y una notable reducción de la última.
No obstante, no siempre se trata necesarimente de deterioros duraderos. El tratamiento de
estos casos es extremadamente difícil y sólo permite esperar el éxito, si se parte en todos
los casos de la presunción de que la conducta de los pacientes está condicionada
patológicamente. Ganser ha descrito casos bastante recientes en los que enfermos con
conciencia aparentemente libre y pleno discernimiento respondían a las preguntas que se
les hacía de manera tan inexacta y disparatada que hacían suponer una intención engañosa,
tanto más si se tiene en cuenta que algunos de ellos eran presidiarios. Pero la evidencia de
los llamados vicios histéricos del lenguaje (uso incorrecto del fonema "s") llevó al autor a
suponer, según mi opinión con razón, que existía en estos casos un llamado estado de
semiconciencia. Esta suposición se ve corroborada por el hecho de que los pacientes
anteriormente descritos, afectados sin lugar a dudas de histeria, muestran a menudo el
mismo síntoma que los otros que daban respuestas sin sentido. Solamente se debe objetar,
por las razones anteriormente expuestas, que a estas manifestaciones se les aplique la
denominación de estado de semiconciencia. No se trata de que esté disminuida la
conciencia, sino de que la extensión del material psíquico existente está limitada, se da un
estrechamiento de la conciencia, idéntico a lo que sucede en la sugestión de los
hipnotizados en estado de vigilia. Así, pues, se observan también casos de psicosis
completamente atípicos en las personas afectadas de histeria, como, p.e., una manía
persecutoria dirigida exclusivamente contra una determinada persona, con producción de
alucinaciones que representan corporalmente a esta persona, mientras que,a pesar de ello, la
percepción del mundo exterior permanece intacta. Ya he expuesto antes lo necesario sobre
el "estado secundario" específicamente histérico.

Con independencia del ataque histero-epiléptico, he observado con relativa frecuencia
psicosis histéricas de corta duración precisamente en niños y escolares en período de
desarrollo, con una duración que iba de mediaa varias horas, que se reproducían con
bastante irregularidad aunque repetidamente después de emociones de cualquier tipo. Habrá
que incluirlas, pues, entre las psicosis transitorias. La mayoría de las veces, consisten los
accesos en una apreciación equivocada y pavorosa de la realidad, algo parecido al "pavor
nocturnus" de los niños. En los casos leves, representan una modalidad de la psicosis de
miedo abortiva, es decir, no se llega a un desconocimiento de la situacióny de las personas
pero sí a vivas manifestaciones de ansiedad, envueltas a veces en fonemas, con repulsión
impulsiva, tendencia a asirse fuertemente a los familiares y pataleo incontrolado,
acompañadas de impulsos a destruirlo todo, de agitaciones y de otras manifestaciones
parecidas. El origen de estas psicosis histéricas, de rápida curación cuando se las trata
adecuadamente, que también desaparecen poco a poco sin cuidados, hay que buscarlo casi
siempre en emociones y en situaciones debilitadoras de cualquier tipo, como podrían ser
excesivos esfuerzos intelectuales, dormir poco y circunstancias parecidas. Normalmente,
las inicia un estadio preparatorio, en el que han existido dolores de cabeza, palpitaciones
del corazón, síntomas vasomotores y momentos de desvanecimiento. Casi siempre se puede
detectar en estos casos una insuficiencia del nervio frénico como desencadenante del
miedo. Igualmente aparecen a veces, en individuos jóvenes y en relacióncon grandes
emociones, estados de obnubilación de varios días, con total desorientación respecto al
mundo exterior, que llega casi hasta el asimbolismo y a una mezcla de síntomas episódicos
paraquinésicos. En este sentido, he tenido la ocasión de presentarles a un aprendiz de
panadero de 15 años, falto de sueño desde hacía mucho tiempo, que en las semanas
anteriores, durante la noche la mayoría de las veces, había tenido ausencias de corta
duración, acompañadas de amnesia consecutiva, y que se había visto afectado por
manifestaciones agudas, después de que se descubriera que había cometido un hurto.
Mucho más frecuentemente que las psicosis histéricas sonlas neurosis histéricas las que
afectan a nuestra especialidad. Me permito mencionar solamente la neurosis obsesiva y la
de ansiedad. Sin embargo, pueden llegar excepcionalmente a desencadenar las
correspondientes psicosis propiamente dichas.
De esta descripción se puede deducir que las psicosis histéricas son diagnosticables
frecuentemente ya a partir del cuadro clínico que presentan. Sin embargo, el instrumento
principal para establecer el diagnóstico es siempre poder demostrar la existencia de
síntomas histéricos antes del que se desencadene la enfermedad aguda. A este respecto, es
también importante saber que el exceso de trabajo intelectual, superior a la capacidad
individual de rendimiento, es uno de los factores principales de la histeria de las
adolescentes. Raramente encontrarán Uds. a chicas que realicen sus exámenes sin presentar
muestras de histerismo. En algunos casos será posible probar la existencia de los llamados
estigmas histéricos en la fase aguda de la enfermedad, lo que asegura el diagnóstico. En lo
que respecta al pronóstico de las psicosis histéricas, no es posible establecerlo con tanta
seguridad como el de las epilépticas, que normalmente se curan con rapidez. No obstante,
frecuentemente nos sorprende la curación de casos de apariencia clínica desfavorable.
Parece ser que el delirio histérico cura casi siempre, es decir, no es probable que haya que
temer un trastorno mental crónico residual. Aparentemente, la epilepsia histérica acaba
conduciendo a la demencia, igual que sucede con la epilepsia en los casos que se complica
con psicosis. Aunque el pronóstico de las psicosis agudas es generalmente favorable, sigue
siendo grande el peligro de recidivas, cuando la histeria originaria no se cura.

Comentario del prof. D. Barcia

En las clasificaciones actuales de las enfermedades mentales, concretamente en la CIE-10
yel DSM-IV se analizan con precisión las características principales de cuadros

quetradicionalmente pertenecían a lo que se denominaba Histeria, hoy
desgraciadamentedesaparecido, pero apenas se hace referencia a lo que tradicionalmente de
llamaba Locurahistérica (Gilbert-Ballet, 1895), cuadros pertenecientes a las formas
disociativas de lahisteria.
En el momento actual se han hecho algunas publicaciones muy interesantes sobre las
Psicosishistéricas, y así podemos citar el trabajo de S. J. Hirsen y M. H. Hollander,
"Hysterical psicosis: Classification of the concept" Am J Psychiatr 1969, 125:81-87 y el de
F.Alonso Fernández "Complejos sintomáticos pseudopsicóticos" en Formas actuales de
neurosis, 1981. Este último autor hace un excelente estudio y prefiere el termino de
Pseudopsicosis al referirse a los estados delirantes y alucinatorios de los histéricos.
Nosotros queremos destacar entre las obras relativamenterecientes el Tratado de
Psiquiatría del Prof. Antonio Vallejo Nájera publicado en 1944, una obra no
suficientemente valorada y en el que como en casi todos los capítulos de la misma obrece
unnotable estudio de las Locuras histéricas, con gran extensión y profundidad.
Basándonos en las consideraciones anteriores, es decir, la ausencia de estudios actuales
sobre las Psicosis histéricas, un cuadro sin embargo real y que se observa en la clínica, nos
ha parecido interesante publicar parte del capítulo 39 de la obra de C.Wernicke Grundriss
derPsychiatrie in klinischen Volensungen, publicado en 1900.
Carl Wernicke (1848-1905) fue discípulo de Westphal (1833-1890) y enseño en Breslau,
aunque pertenece a lo que en otra ocasión he llamado la Escuela de Berlín, inaugurada por
Griessinger (1817-1869),a quien Westhal sucedió en la Cátedra. Wernicke ha sido, a
nuestro juicio, uno de los autores con mayor capacidad clínica, y así describió numerosos
cuadros, muchos de ellos recogidos luego por su discípulo Kleist en el conjunto de lo que
llamó Psicosis marginales, o bien realizó penetrantes observaciones, por ejemplo en la
distinción de dos formas en la Presbiobrenia.
En este breve artículo que publicamos Wernicke describe magistralmente las características
psicóticas de los episodios histéricos y se reconoce su penetración en el análisis
fenomenológico, por ejemplo cuando distingue de los estados crepusculares las formas que
llama alopsicosis delirantes(deliranten Allopsychosen) de carácter emocional. Junto a los
análisis motores que apuntan hacia un diagnóstico diferencial con las Psicosis de la
motilidad, interesa la referencia al síndrome de Ganser,que este autor había descrito dos
años antes (1898) a la publicación de la Monografía de Wernicke, pero ya se aprecian
observaciones que se relacionarán con lo que será la Pseudodemencia histérica descrita por
este autor en 1908.
Otro hecho que nos parece interesante destacar es la referencia de Wernicke a las crisis
histéricas infantiles y de la adolescencia, por ser un tema que en los últimos años ha
merecidobastante atención, aunque la mayoría de las veces los estudios se centran en la
descripción de laspersonalidades histéricas (P.Kernberg, 1981; E. J. Anthony,1982).
Demetrio Barcia Salorio
Catedrático de Psiquiatría

Referencia a este artículo según el estilo Vancouver:
Magnan V, Sèrieux, P. Delirios sistematizados de los degenerados. Psiquiatría.COM [revista electrónica] 1998 Marzo
[citado 1 Abr 1998];2(1):[9 pantallas]. Disponible en: URL: http://www.psiquiatria.com/psiquiatria/vol2num1/art_8.htm
NOTA: la fecha de la cita [citado...] será la del día que se haya visualizado este artículo.

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