El equipo reflexivo ha sido muy útil como una manera de generar nuevas ideas y expandir las posibilidades terapéuticas tanto para la familia que vive con VIH/SIDA como para los terapeutas. En la práctica clínica se combinan aspectos de la terapia de construcción de soluciones, la terapia narrativa e ideas colaborativas. La meta es mantener una postura colaborativa reconociendo la expertez de los miembros de la familia en sus experiencias vividas. El proceso reflexivo ofrece a las familias una oportunidad para escuchar múltiples perspectivas e ideas acerca de sus dilemas. Las familias han reportado que el proceso reflexivo ha sido útil para activar y movilizar sus recursos, recibir apoyo y normalizar el impacto de la enfermedad. Se recomienda investigar la inclusión de personas con VIH/SIDA como integrantes del equipo con la intención que puedan ofrecer su experiencia a los consultantes.