Situaciones de pérdida, abandono o enfermedad son las causas más frecuentes de la aparición de síntomas depresivos en los mayores de 65 años.

El psiquiatra Marcos Huerta, colaborador del área de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, ha ofrecido una conferencia bajo el epígrafe «La depresión en el anciano». En palabras de este experto se trata de una situación muy compleja porque concurren muchas circunstancias, ya que suele ir asociada con otras patologías comunes de la edad, como las enfermedades crónicas o los accidentes cardiovasculares. Muchas veces es la aparición de esas enfermedades la que origina los síntomas depresivos. También es una época marcada por las pérdidas, los duelos, la jubilación, el cambio de rol social...



A partir de los 65 años las personas suelen ser más vulnerables o se ven sometidas a situaciones de abandono o marginación. En ocasiones, se confunde la depresión con el estar triste.



La depresión en el anciano se caracteriza por una pérdida de vitalidad, de energía, falta de apetito, pérdida de peso, de orientación, etc. Además, se asocia a la falta de sueño o la desmotivación. En ocasiones, la depresión se confunde con la demencia y suele afectar entre el 10 y el 15% de la población, dependiendo de en qué tipo de situación se encuentre el anciano.



En cuanto a la prevención Huerta declaró que como muchas depresiones están relacionadas con las enfermedades, es posible prevenirlas llevando una vida saludable, cuidando la alimentación y evitando problemas cardiovasculares. Además, es importante contar con una red sociofamiliar que nos apoye.