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Actualidad y Artículos | Ansiedad, Trastornos de ansiedad y relacionados con traumas y factores de estrés Seguir 157 Favorito
El estrés como enfrentamiento inadaptado del hombre ante el medio
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Autor/autores: Dajalin Pérez Quintana.
,Artículo,Estrés,
Artículo revisado por nuestra redacción | Estrés
Adentrándonos en la problemática de la salud.La salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedad o de invalidez. Este es el concepto de salud que brinda la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) en su Carta Magna o Carta Constitucional (1946). Así, la salud y la enfermedad se entienden como el resultado de la interacción entre el ho...
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Adentrándonos en la problemática de la salud.
La salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedad o de invalidez. Este es el concepto de salud que brinda la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) en su Carta Magna o Carta Constitucional (1946). Así, la salud y la enfermedad se entienden como el resultado de la interacción entre el hombre y el entorno, interacción en la que están presente disímiles elementos que la mediatizan y entre los que podemos agrupar un grupo de factores de riesgo.
Existen cuatro tipos de factores de riesgo en el entorno que pueden afectar la salud del hombre, sin olvidar, por supuesto, la propia responsabilidad del individuo al sumir conductas de riesgo y la influencia que ejercen los genes sobre la salud:
- Factores físicos: Climas, microclimas y sus variaciones, vibraciones y ruidos, radiaciones, luces (deslumbrantes, intermitentes), terremotos, inundaciones, accidentes (laborales, tráfico, domésticos, deportivos), etc.
- Factores químicos: Componentes del aire que respiramos, con su carga artificial de contaminantes, productos químicos naturales y artificiales contenidos en los alimentos que consumimos diariamente, las aguas con sus elementos minerales y de contaminación, los medicamentos y drogas que usamos, etc.
- Factores biológicos: Microorganismos, flora, fauna, grupos humanos, etc.
Las repercusiones en la salud que se derivan de los factores de riesgo mencionados anteriormente, se pueden clasificar de la siguiente forma:
· Enfermedades no transmisibles como broncopatías, cardiopatías, lesiones renales, etc.
· Enfermedades transmisibles como cólera, paludismo, fiebre tifoidea, sida, etc.
- Factores sociales: Condicionantes físicas, económicas, políticas, culturales y sociales del entorno que facilitan o entorpecen el pleno desarrollo del hombre. Ejemplos: tensiones mantenidas, relaciones interpersonales, suministro básico y estabilidad económica, etc.
La aparición de problemas, carencias o conflictos implica una serie de repercusiones que influyen en la salud del hombre, estas son algunas de las más importantes:
· Dependencias (tabáquica, alcohólica, drogas, etc)
· Enfermedades mentales (neurosis, psicopatías, etc)
· Problemas sexuales (sexopatías, enfermedades venéreas, abortos provocados, etc.)
· Estrés
Datos de la O.M.S. indican que en las últimas décadas se ha producido un aumento de las enfermedades de adaptación, al tiempo que ha disminuido la incidencia de las enfermedades infecciosas. El estrés es la plaga de fin de siglo, se plantea que alrededor de dos tercios de todas las enfermedades están relacionadas con el estrés, no a nivel causa efecto, sino que el estrés es un factor importante que interacciona con otras variables, tanto individuales como sociales.
Sobre el estrés
¿Qué es estrés?
Estrés es una palabra derivada del latín, muy popular hace siglos con el significado de infortunio, apuro, adversidad. Más tarde es usado con relación a algo que denote fuerza, presión, tensión o un fuerte esfuerzo, tanto en una persona o a la facultad de su vida mental.
Popularmente se describe el estrés como una tensión nerviosa excesiva o sobreesfuerzo físico y mental.
Con el transcurso de los años se han ido elaborando definiciones del estrés cada vez más estudiadas y completas.
Hans Selye plantea que:
El estrés es una respuesta no específica de carácter y modalidad eminentemente fisiológica que emite un organismo como consecuencia de una situación de constante amenaza que, al poner en peligro sus reservas adaptativas, su combustible de adaptación, produce una ruptura, una crisis fisiológica conducente a una patología orgánica. (Hernández, L., 1995)
Esto, de forma simplificada, significa: Es la acomodación de una persona a situaciones nuevas y la respuesta inespecífica y estereotipada a todos los estímulos que trastornan su equilibrio.
Selye explica que son tres las fases por las que pasa el organismo cuando se enfrenta a una situación de estrés, es decir, son tres los componentes del Síndrome General de Adaptación, aporte que nos ha permitido identificar los síntomas fisiólogicos del estrés:
a) Fase reacción de alarma por parte del organismo, cuando este se ve súbitamente expuesto a una situación a la que le resulta difícil adaptarse; el cuerpo reconoce el estrés.
Lo primero es una reacción de shock en la que las glándulas endocrinas liberan hormonas (cuando hay estrés las hormonas adrenalina y noradrenalina se mantienen en niveles elevados en el organismo) que aumentan los latidos del corazón y el ritmo respiratorio, elevan el nivel de azúcar en la sangre, incrementan la transpiración, dilatan las pupilas, se pierde el tono muscular y se hace más lenta la digestión. A esto sigue una subfase de contrashock en la que se movilizan sistemas defensivos y el cuerpo se prepara para la acción, ya sea de agresión o de fuga.
b) Fase de resistencia, en el transcurso de la cual el organismo hace intervenir todos sus mecanismos de defensa y adaptación y repara cualquier daño causado por la reacción de alarma; si la situación estresante persiste, el cuerpo permanece alerta y no puede reparar los daños, entonces se pasa a la siguiente fase.
c) Fase de agotamiento, que acaba con las reservas adaptativas del organismo, agota las reservas de energía del cuerpo y le puede producir la muerte.
Estos trastornos psicosomáticos generalmente afectan el sistema nervioso autónomo, que controla los órganos internos del cuerpo. Ciertos tipos de jaqueca, el asma, úlcera de estómago, hipertensión, pérdida de memoria, envejecimiento, fatiga, tensión, irritabilidad, alteraciones en el sistema inmune, osteoporosis, depresión, son ejemplos de alteraciones relacionadas con el estrés.
La concepción de Hans Selye tiene sus limitaciones reales y es que si se define el estrés de acuerdo con ciertas manifestaciones fisiológicas, además de estar marginando el papel que juega la situación propiamente dicha, se tendría que decir que, por ejemplo, el aumento de la presión sanguínea después de una relajada y saludable gimnasia es una conducta de estrés.
Hoy día el término estrés debe ser entendido como un proceso complejo que implica aspectos biológicos, psicológicos y sociales.
Actualmente, en Psicología, el modelo dominante en el tema del estrés es el transaccional, según el cual el estrés constituye un sistema de transacciones complejas entre la persona y su entorno. La idea central se focaliza en el concepto cognitivo de evaluación.
Ya desde 1966, Richard Lazarus planteó su concepción acerca del fenómeno del estrés, con gran influencia cognitivista.
Lazarus tomó en cuenta la consideración de variables intermedias entre la situación y la reacción de los sujetos y añade que esta última depende del grado en que una situación es percibida como dañina, desafiante o amenazante; lo cual conduce a la consideración de un conjunto de variables mediadoras.
El esquema sería el siguiente
En este sentido, Lazarus y Cohen (1977), plantearon la existencia de tres bloques de procesos mediadores (Lazarus, R.S. y Folkman, S., 1986):
Primer bloque: Son procesos mediadores procedentes del entorno propiamente dicho, tienen que ver con los recursos del entorno de que se dispone para hacerle frente a las demandas y exigencias externas.
Segundo bloque: Son procesos mediadores de carácter fisiológico y se refieren al estado de salud, al nivel de energía corporal, entre otros.
Tercer bloque: Son mediadores psicológicos, que tienen importancia en la dinámica del estrés y se enclavan dentro del término valoración cognitiva, que se refiere a la percepción evaluativa de la transacción hombre ambiente, al juicio sobre el significado del evento en relación con el bienestar de la persona.
El proceso de valoración cognitiva ocurre de la siguiente forma:
· En primer lugar, existe una valoración primaria que se lleva a cabo sobre la base de las características del entorno y de las opiniones y creencias del hombre en relación con el entorno, las cuales conducen a evaluar esa relación como benigna, amenazante o irrelevante, además de que tiene en su base variables tales como: actitud hacia esa situación del entorno, experiencia previa respecto a ella, anticipación de sus consecuencias y evaluación de sus cortes.
· En segundo lugar, se le añade una evaluación secundaria de los recursos que se tienen para hacer frente a la demanda del entorno.
· El tercero de los mediadores psicológicos es el proceso de adaptación, de enfrentamiento a las exigencias del entorno, hay preparación y planificación ante lo que se avecina, tiene dos manifestaciones básicas:
- Una directa, por medio de la cual se intenta manipular o alterar la relación con la situación (huída, enfrentamiento, entre otros)
- Otra indirecta, en la que el sujeto se acomoda a la nueva situación alternando su ambiente interno (uso de drogas, alcohol, relajación y otros)
Así pues, el estrés se origina a través de las relaciones particulares entre la persona y su entorno. Es un proceso determinado principalmente por como el sujeto evalúa su realidad interna y externa. Veamos el siguiente modelo, que reafirma lo planteado anteriormente:

Modelo Mediacional del Estrés
Lo que desencadena la reacción del estrés no es la situación en sí, sino la interpretación que se haga del evento estresor. Cuando se habla de estrés no se trata de un impedimento real, ni de demandas o exigencias reales, sino más bien de algo subjetivo, de la percepción de las demandas o impedimentos provenientes del entorno.
Por tanto, a escala personal la gente puede reaccionar de forma muy distinta en situaciones similares. Lo que una persona considera como estresante no lo es para otra. Cada persona es única, por eso no podemos decir que existen fuentes específicas de estrés que afectan a todas las personas por igual. Aunque si estoy de acuerdo en que el estrés es una mezcla de respuestas fisiológicas emocionales, cognitivas y conductuales.
Aún así, me atrevo a separar un grupo de factores que se encuentran entre aquellos que más relación guardan con la aparición del estrés. Se agruparían así:
· Estresores del medio ambiente físico:
- Niveles de ruido inaceptables.
- Temperaturas insostenibles.
- Estímulos ópticos fuertes y persistentes, etc.
· Estresores psicosociales: dados por nuestras reacciones a:
- Enfermedades (incluyendo estilos de vida poco saludables)
- Problemas económicos.
- Conflictos.
- Presión del tiempo
- Coacción de otras personas (padres, superiores), etc.
· Estresores individuales:
- Externalidad del locus de control.
- Inestabilidad emocional.
- Patrón de conducta tipo A: Entre las características más acusadas de los individuos tipo A están la competitividad, necesidad de logro, agresividad, inquietud, sensación de presiones temporales y la valoración de los acontecimientos como retos personales.
- Inseguridad.
- Patrones irracionales de pensamiento: Este es un punto interesantísimo, en mi opinión, la mayoría de los estresores individuales mencionados anteriormente se derivan de este último.
Los patrones de pensamiento (racionales o irracionales), se encuentran en el centro del proceso de valoración cognitiva que expone el enfoque transaccional de estrés. Si son racionales, contribuyen a las relaciones con el entorno, en caso contrario pueden crear diversas dificultades.
Una idea irracional constituye cierta distorsión del pensamiento lógico que forma emociones desagradables en el sujeto, que en poco le ayudan en su interacción con el medio.
Aarón Beck, un autor que ha tratado este problema, plantea que las ideas irracionales se apoyan en los siguientes elementos (Ellis, A. y Abrhms Elot, 1980):
· Inferencias arbitrarias: La falta de correspondencia entre la conclusión derivada y las premisas en las cuales se sustentó la misma.
· Magnificación del significado de un evento: Una exageración de la importancia que el evento tendrá en la vida del individuo.
· Deficiencia cognoscitiva: El individuo deja de tomar en consideración aspectos significativos de una concepción.
· Razonamiento dicotomizado: Percibir en forma rígida los eventos y adoptar posiciones extremas, sin lugar para posiciones intermedias.
· Sobre generalización: Partir de un hecho cualquiera que ha sucedido y darle un carácter absoluto.
¿Qué viene a reafirmarnos esto? Pues, sencillamente, la importancia que tiene el considerar la percepción individual como factor clave en la relación entorno sujeto estrés.
Albert Ellis, en un método que elaboró para eliminar las ideas irracionales y que se denomina Terapia Racional Emotiva, define una fase de identificación y conciencia de las ideas irracionales y sus consecuencias sobre el estado emocional y la conducta, la llamó ABC.
¿A?= evento desencadenante
¿C?= consecuencias (manifestaciones somáticas, falta de concentración, depresión, temores, etc)
¿B?= sistema de creencias (ideas, juicios, sobre los eventos)
Pienso que se puede identificar la concepción de Albert Ellis, generalmente utilizada en el contexto de la autoafirmación (asertividad), con una teoría al servicio del estrés, bastante compatible con la formulada por Lazarus. Incluso, este último propone una definición de la asertividad que se encuentra entre las más utilizadas.
Ya conocemos algunas de las causas del estrés, pero: ¿cómo nos afecta?
Cox (1978) agrupó las afecciones que provoca el estrés al sujeto en seis categorías diferentes:
· Efectos subjetivos: ansiedad, agresión, apatía, etc.
· Efectos conductuales: propensión a los accidentes, drogodependencia, excitabilidad, etc.
· Efectos cognitivos: bloqueo mental, dificultad en la toma de decisiones, fallos de concentración, etc.
· Efectos fisiológicos: en los niveles de glucosa, en la presión sanguínea, etc.
· Efectos sobre la salud: asma, insomnio, desórdenes psicosomáticos, etc.
· Consecuencias en el ámbito organizacional: ausentismo, pobreza de relaciones, baja productividad, etc.
Esta clasificación ofrece una visión de las múltiples consecuencias del estrés. En investigaciones realizadas en más de 156 países, se ha obtenido que más del 50% del estrés se da en el trabajo. El mundo laboral es uno de los contextos en el que las personas pasan la mayor parte de su tiempo diario. Sin embargo y a pesar de estos datos, muchos especialistas insisten en que el estrés laboral recibe poca atención.
En los últimos años los investigadores han llamado la atención sobre dos síndromes particulares que se derivan del estrés laboral, es decir, que se convierten en tipos o clasificaciones específicas de estrés, estas son:
· Síndrome del ejecutivo: Se denomina de esta manera porque aparece con mucha frecuencia en directivos. Especialmente asoma en aquellos que realizan muchas tareas al mismo tiempo, no sabe delegar eficazmente, no establece adecuadas relaciones interpersonales de apoyo y colaboración con subordinados y colegas, lo cual provoca que vivan en un estado de tensión permanente.
· Síndrome del Burnout: Este síndrome se identifica como un tipo de estrés específico de las profesiones asistenciales, que aparece debido a la interacción con las demandas emocionales de los sujetos. Por esto es muy frecuente en profesiones tales como: trabajadores sociales, médicos, enfermeras, psicólogos, secretarias, educadores, ejecutivos, periodistas y en todas aquellas profesiones que implican un trato directo con las personas.
Me interesaría intercambiar con ustedes algunas informaciones sobre este síndrome por la importancia que reviste y el gran número de personas que afecta. El Burnout es definido como un cuadro clínico cuyos síntomas principales son:
· Cansancio emocional: Se define como desgaste, pérdida de energía, agotamiento y fatiga ante las exigencias de la tarea. Se caracteriza por la falta de motivación, cansancio cognitivo y el tedio emocional y físico.
· Despersonalización: Aparece un cambio negativo en las actitudes y respuestas hacia las personas que atiende (a las que culpabiliza, objetiva y vacía de lo humano), acompañado de un incremento en la irritabilidad y una pérdida de la motivación hacia el trabajo. La despersonalización en realidad constituye un estilo de afrontamiento contra el cansancio emocional, disminuyendo su implicación personal.
· Falta de realización personal: Se refiere a la pérdida de interés hacia el trabajo, su aislamiento en él o las ideas de incompetencia personal para su ejecución. Se dificulta la relación con otros profesionales y además, posee una autoestima pobre en relación con su labor y su alcance.
¿Qué consecuencias trae el Burnout?
- Desmotivación, pasividad, indiferencia
- Muchos errores, indecisión, accidentes.
- Consumo abusivo de fármacos, drogas, alcohol.
- Bajo rendimiento, productividad.
- Insatisfacción laboral, absentismo, negativismo
Se plantea que en el afrontamiento al Burnout se debe poner el foco en el sentido de significación que el hombre busca en el trabajo y que este le debe brindar. Se ha constatado en investigaciones realizadas en nuestro país sobre el síndrome del Burnout (en varios de hospitales con su población de médicos y enfermeras, en tiendas con dependientes y cajeros, etc.), que los sujetos afectados por él se caracterizan porque la esfera laboral ocupa un lugar primordial en su jerarquía de motivos, así, es la significación de la situación lo que propicia el surgimiento de la enfermedad.
¿Cómo afrontar el estrés?
No existen dos personas que respondan de igual forma a los mismos agentes estresores. Ya hemos visto que la personalidad del individuo juega un papel fundamental en la estrategia de afrontamiento que se asuma.
Lazarus y Folkman (1986)definen el afrontamiento como aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes que se desarrollan para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos del individuo. Es decir, son aquellas estrategias adaptativas que permiten al individuo ajustarse a los requerimientos de las situaciones desafiantes de su entorno.
Modos de afrontamiento según Lazarus y Folkman:
- Confrontación: Acciones directas para alterar la situación.
- Distanciamiento: Esfuerzos para separarse de la situación.
- Autocontrol: Esfuerzos para regular los sentimientos y acciones.
- Búsqueda de apoyo social: Acciones para buscar consejo, información o simpatía o comprensión.
- Aceptación de responsabilidad: Reconocimiento de la responsabilidad en el problema.
- Huida: Evitación de la situación de estrés.
- Planificación: Implica una aproximación analítica a la situación.
- Reevaluación positiva: Esfuerzos para crear un significado positivo centrándose en el desarrollo personal.
Se plantea que la capacidad de defensa del individuo ante el estrés depende de factores tales como: edad (a mayor edad, mayor seguridad), sexo (las mujeres se enfrentan mejor a los conflictos y al cambio) y el apoyo social como amortiguador del estrés. En las investigaciones que mencionaba anteriormente con relación al Burnout, pudimos comprobar que en las poblaciones estudiadas las variables edad y apoyo social correlacionaban inversamente con la vulnerabilidad al síndrome, a mayor edad y más apoyo social en el contexto en que el sujeto se desenvolvía, entonces se volvían menos vulnerables al síndrome, o no lo padecían o se mostraba en niveles moderados. Además, el afrontamiento al estrés resultaba más exitoso, sobre todo en la variable apoyo social.
De todas maneras, pienso que el afrontamiento individual parte del principio básico de que el estrés es inevitable, incluso, no conviene olvidar que todos necesitamos algún nivel de estrés para funcionar con normalidad; nos hace estar alerta e interesados. Sigmund Freud dijo algo como esto: he sido un hombre afortunado, nada en la vida me fue fácil. Nos aburrimos si la vida es pacífica y tranquila demasiado tiempo. Sólo si el estrés es demasiado intenso o constante puede ser penoso o peligroso.
Son diversos los programas diseñados para luchar contra el estrés, casi todos incluyen:
· Acciones psicoterapéuticas para fortalecer el yo y favorecer el enfrentamiento del hombre a las situaciones estresantes.
· Gimnasia, deportes, caminar, etc. Está demostrado que 30 minutos diarios de ejercicios ayudar a reducir los afectos negativos del estrés.
· Protegerse del alcohol, tranquilizantes, pastillas para dormir que sólo permiten evadir el problema.
· Régimen alimenticio adecuado para evitar el exceso de grasa en el organismo.
· Horarios de sueño y descanso adecuados que permiten al organismo recuperarse de las fatigas diarias.
· Ejercicios de relajación, fundamentalmente dirigidos por el terapeuta para un mejor aprovechamiento.
Pero lo esencial para un afrontamiento exitoso al estrés es el papel activo del sujeto, por lo cual él debe:
· Tornarse consciente del problema: Aquí está comprendido el reconocimiento del problema que nos produce estrés y también el darse cuenta de que esto es el resultado de una situación que nos impide el alcance de nuestros objetivos.
¿Cómo reconocer lo que nos produce estrés? Identificando, después de un análisis exhaustivo, aquellas situaciones que percibimos como amenazantes o desafiantes en nuestra vida cotidiana, como por ejemplo: cambios recientes, responsabilidades; al mismo tiempo, identificar aquellos síntomas que aparecen asociados a estas situaciones, por ejemplo: tensión y dolor de cabeza, sudores, palpitaciones, entre otros.
Eso sí, lo esencial en todo este proceso es que el individuo reconozca y comprenda ¿por qué esa situación nos produce estrés?, ¿qué significado tiene para mí?, ¿qué valoración antepuse en el enfrentamiento a esa situación?, ¿estas valoraciones están basadas en hechos obvios y me ayudan a alcanzar mis propósitos?, ¿dónde está escrito que tiene que ser así?.
Hay un proverbio chino que dice: es muy difícil atrapar a un gato negro en un cuarto oscuro, pero es más difícil si no se haya en él. Cuando se identifica el qué y el porqué del estrés, ya se tiene ganada el 50% porciento de la batalla contra el padecimiento. ¿Después?
· Desarrollar nuevas estrategias de enfrentamiento a las situaciones que consideramos estresantes y a la vida en general.
Se puede encarar el estrés mediante el uso de estrategias adaptativas y eficaces. Anteriormente habíamos visto como el individuo a través del autoanálisis alcanza cierto grado de claridad cognitiva que le permite discriminar que puede cambiar o no en su entorno y en sus percepciones, esto le posibilitará canalizar sus esfuerzos en la dirección en la cual existe la posibilidad de un progreso significativo.
De igual forma que un sujeto puede afrontar adecuadamente el estrés evitando que se quede, también puede evitar que se manifieste, ¿cómo? :
· Aprender a medir las fuerzas y no violentándose uno mismo intentando hacer algo más allá de sus posibilidades.
· El pensamiento debe corresponderse con una visión objetiva de la realidad.
· Tomarse el tiempo necesario para todo es muy importante, cada persona debe tomarse su propio paso.
· No existe una solución única y perfecta para cada problema, debemos aprender a enfrentar las situaciones con los recursos que tenemos a mano.
· Lo trágico no son las situaciones sino el modo de interpretarlas; cuando sea posible, es conveniente ver los conflictos y contratiempos como desafíos y no como situaciones amenazadoras. Si es bueno o malo lo que nos ocurre en la vida, depende en mucho de cómo lo tomemos.
En realidad, nunca he visto mejor estrategia de afrontamiento que esta, de Aristóteles:
O el problema tiene solución y entonces no hay de que preocuparse,
o el problema no tiene solución y entonces no hay de que preocuparse.
Bibliografía
· Hernández, L. Síndrome de Burnout en médicos y enfermeras que laboran en el Instituto Nacional de Oncología y Radiología. Investigación realizada para optar por el Título de Master en Psicología de la Salud. Ciudad de la Habana, 1995.
· Lazarus R.S. y Folkman, S. Estrés y procesos cognitivos. Barcelona, Martínez Roca, 1986.
· Ellis, Albert y Abrahms Elot Terapia Racional Emotiva. Ed. Pax México, 1980.
· Orlandini, O. Sicología del estrés. Editorial Oriente. Santiago de Cuba, 1994.
· Peña, F. Salud ambiental. Editorial Ciencia 3. Madrid, 1993.
· Zaldívar, D. Temas de Psicoterapia. Ed. ENPES, La Habana, 1989.
· Buendía, J. Estrés laboral y salud. Madrid, Biblioteca Nueva, 1998.
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