Las experiencias adversas a lo largo del desarrollo confieren riesgo de una multitud de resultados negativos a largo plazo, pero los procesos a través de los cuales estas experiencias están arraigadas neurobiológicamente aún no están claros.
La adolescencia brinda la oportunidad de comprender cómo estas experiencias impactan la estructura rápidamen...
Las experiencias adversas a lo largo del desarrollo confieren riesgo de una multitud de resultados negativos a largo plazo, pero los procesos a través de los cuales estas experiencias están arraigadas neurobiológicamente aún no están claros.
La adolescencia brinda la oportunidad de comprender cómo estas experiencias impactan la estructura rápidamente cambiante del cerebro.
Dos modelos son centrales para las conceptualizaciones actuales de la adversidad: un modelo de riesgo acumulativo, donde todos los tipos de experiencias se combinan para representar el estrés acumulado, y un modelo dimensional, donde ciertas características de la experiencia (por ejemplo, amenaza o privación) ejercen una influencia neurofisiológica única.
En este informe registrado, ampliamos investigaciones anteriores utilizando una forma de análisis de similitud representacional para examinar si los modelos de riesgo dimensional y acumulativo de adversidad predicen el adelgazamiento cortical en las redes frontoparietales y frontotemporales, así como los cambios volumétricos en las regiones subcorticales a lo largo de la adolescencia.
A partir de una muestra longitudinal de 179 niñas adolescentes (de 10 a 13 años en la primera ola) del condado de Lane, Oregón, Estados Unidos, y hasta cuatro olas de datos de seguimiento, encontramos que operacionalizar la adversidad mediante la similitud en amenaza y la privación proporcionó una mejor predicción del desarrollo del cerebro que la similitud en la adversidad general.
Sin embargo, estas dimensiones no exhiben asociaciones únicas con los cambios de desarrollo en los cambios cerebrales hipotéticos. Estos resultados subrayan la importancia de definir cuidadosamente la adversidad y considerar su impacto en todo el cerebro.
Específicamente, nuestro estudio destaca cómo los diferentes tipos de adversidad pueden tener efectos diferenciados en la estructura cerebral durante la adolescencia, una fase crítica de desarrollo neurobiológico. Los modelos dimensionales, que diferencian entre tipos específicos de adversidad como amenaza y privación, parecen proporcionar una predicción más precisa del desarrollo cerebral comparado con el modelo de riesgo acumulativo, que agrupa todas las experiencias adversas como un solo factor de estrés.
Nuestros hallazgos sugieren que, para entender plenamente los efectos de la adversidad en el desarrollo cerebral, es crucial considerar no solo la cantidad de estrés acumulado, sino también las características específicas de las experiencias adversas. La amenaza y la privación, como dimensiones distintas de la adversidad, pueden afectar diferentes áreas y funciones del cerebro de maneras únicas.
Esto tiene implicaciones importantes para la investigación neurobiológica y para el desarrollo de intervenciones clínicas dirigidas a mitigar los efectos negativos de la adversidad en los adolescentes. Al avanzar, es fundamental que las futuras investigaciones continúen explorando estos modelos para desentrañar los mecanismos neurobiológicos subyacentes y desarrollar estrategias más efectivas para apoyar a los jóvenes que han experimentado adversidad significativa.
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