MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS)
Cuando los músicos tocan instrumentos, sus cerebros procesan una gran cantidad y variedad de información en paralelo. Los estilos y las fuerzas musicales varían drásticamente: algunos músicos son mejores en la lectura de la música mediante la visión, mientras que otros son mejores tocando de oído. ¿Significa esto que sus cerebros están procesando la información de manera diferente?
En búsqueda de una respuesta a esta cuestión, el profesor asistente en la Escuela de Postgrado de Informática e Ingeniería de la Universidad de Electro-Comunicaciones de Tokio, Japón, Eriko Aiba, estudió las diversas formas en las que el cerebro se involucra en el procesamiento de señales musicales. Presentará sus hallazgos en la 172ª Reunión de la Sociedad Acústica de América y la 5ª Reunión Conjunta con la Sociedad Acústica de Japón, que se celebrará del 28 al 2 de diciembre en Honolulu, Hawai, Estados Unidos.
Aiba comenzó a aprender a tocar el piano cuando tenía 5 años y rápidamente se dio cuenta de que los músicos podrían dividirse en dos grupos: los que leían la música gracias a la vista y los que tocaban de oído. "Al considerar un cerebro humano como un ordenador, tocar un instrumento musical requiere que el cerebro procese una gran cantidad y variedad de información en paralelo", explica Aiba.
"Por ejemplo, los pianistas necesitan leer una partitura, planificar la música, buscar las claves que se van a tocar mientras planifican los movimientos de sus dedos y pies, y controlan sus dedos y pies. También deben ajustar la intensidad del sonido y el uso de los pedales en función con el sonido que deben emitir", añade.
LOS PIANISTAS HÁBILES EN TOCAR DE OÍDO TAMBIÉN SON DIESTROS EN MEMORIZAR
Este procesamiento de la información es demasiado complicado para un ordenador, así que se plantea la cuestión de cómo procesan los cerebros de los músicos profesionales esta información tan compleja. Una pieza de este rompecabezas es que los pianistas que son buenos tocando de oído también son buenos en la memorización, según los resultados que se obtuvieron a partir de este grupo cuando el investigador los puso a prueba.
"Algunos pudieron memorizar casi la totalidad de dos páginas de una compleja partitura musical, a pesar de practicar sólo 20 minutos", resalta Aiba. Esto significa que la memoria auditiva puede ser útil para memorizar la música después de practicar durante un corto periodo de tiempo.
También descubrió que "cada músico tiene su propia estrategia, incluso aunque parezca que todos están tocando el piano de la misma manera". "Sin embargo, estas estrategias no son completamente diferentes porque la mayoría de los músicos tienen algunas cosas en común", argumenta. Los resultados del equipo de Aiba se extienden mucho más allá de los músicos profesionales hasta expertos en otros campos que también necesitan practicar de manera muy dura todos los días para sobresalir en sus disciplinas.
"Es difícil validar las diferencias individuales y la conclusión de que 'la estrategia depende de los individuos' no podría considerarse como investigación científica", afirma Aiba. "Por otra parte, ahora puede ser posible clasificar a los músicos profesionales en función de su tipo de prioridad a la hora de procesar la información, en términos de procesamiento visual y auditivo", agrega.
Este trabajo puede ayudar a varias áreas de investigación que exploran la experiencia y el rendimiento, por ejemplo, el aprendizaje de idiomas. "Para aprender un idioma, algunas personas prefieren leer frases en voz alta repetidamente, combinando información auditiva y de movimiento, y otras optan por escribir frases una y otra vez, mezclando información visual y de movimiento", explica Aiba.
"Pero algunos prefieren simplemente leer; es decir, información visual. Todos están estudiando un idioma, pero sus cerebros están procesando la información de diferentes maneras, dependiendo de la estrategia que mejor se adapte a ellos", subraya, añadiendo que llevará más tiempo revelar la "brillante estrategia" que emplean los cerebros, pero podría conducir al desarrollo de métodos de aprendizaje eficientes e individualizados en el futuro.
