El diagnóstico temprano, el tratamiento temprano y el pronóstico mejorado en pacientes con accidente cerebrovascular isquémico son requisitos vitales.
Las prácticas clínicas actuales para el diagnóstico de accidente cerebrovascular incluyen tomografía computarizada, resonancia magnética y otros métodos de imagen tradicionales para ver...
El diagnóstico temprano, el tratamiento temprano y el pronóstico mejorado en pacientes con accidente cerebrovascular isquémico son requisitos vitales.
Las prácticas clínicas actuales para el diagnóstico de accidente cerebrovascular incluyen tomografía computarizada, resonancia magnética y otros métodos de imagen tradicionales para verificar rápidamente la ubicación, el volumen, etc. , en el hospital; sin embargo, el diagnóstico de la causa subyacente del infarto no es efectivo con estas prácticas.
Debido a la coexistencia de diversas etiologías, el diagnóstico preciso y oportuno utilizando pruebas hematológicas y bioquímicas de rutina sigue siendo un desafío. Los exosomas son vesículas de membrana, de aproximadamente 30-150 nm de diámetro, que se fusionan con la membrana celular y se liberan en el espacio extracelular.
Como uno de los puntos críticos de investigación en el campo de la medicina en los últimos años, los exosomas pueden participar en la respuesta inmune, la presentación de antígenos, la migración celular, la invasión tumoral, etc.
Debido al importante papel desempeñado por los miARN contenidos en los exosomas, estos últimos han demostrado un gran potencial en el diagnóstico y tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico.
Este artículo revisa el progreso realizado con respecto a los miRNA exosómicos como biomarcadores de accidente cerebrovascular isquémico.
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