Comportamientos insensibles no emocionales y crianza severa: asociaciones recíprocas en la primera infancia y la moderación por el riesgo heredado
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Autor/autores: Christopher J. Trentacosta, Rebecca Waller, Jenae M. Neiderhiser...(et.al)
Artículo revisado por nuestra redacción
Los comportamientos insensibles y no emocionales (CU) aumentan el riesgo de los niños de comportamientos antisociales posteriores. Este proceso de riesgo puede comenzar en la primera infancia con vías recíprocas entre los comportamientos de UC y la crianza severa. En una muestra de 561 tríadas vinculadas de madres biológicas, padres adoptivos y niños adopt...
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Los comportamientos insensibles y no emocionales (CU) aumentan el riesgo de los niños de comportamientos antisociales posteriores. Este proceso de riesgo puede comenzar en la primera infancia con vías recíprocas entre los comportamientos de UC y la crianza severa. En una muestra de 561 tríadas vinculadas de madres biológicas, padres adoptivos y niños adoptados, el presente estudio examinó los vínculos bidireccionales entre los comportamientos de la UC y la crianza severa en tres puntos temporales de 18 a 54 meses e investigó la moderación por el riesgo hereditario de los rasgos psicopáticos. Los comportamientos de UC infantil y la crianza severa se midieron utilizando los informes de la madre adoptiva y del padre adoptivo, y las madres biológicas proporcionaron informes de sus características de personalidad. Los hallazgos apoyaron las asociaciones recíprocas entre la crianza severa y los comportamientos de CU durante la infancia temprana, especialmente durante la transición de la niñez (27 meses) al período preescolar (54 meses). Además, los análisis de múltiples grupos mostraron ese nivel de asociaciones moderadas por el riesgo heredado entre los comportamientos de la UC y la crianza severa. Específicamente, hubo asociaciones estadísticamente confiables entre los comportamientos de UC a los 27 meses y la crianza severa de las madres adoptivas a los 54 meses, y entre la crianza severa de los padres adoptivos a los 27 meses y las conductas de CU a los 54 meses entre los niños con mayor riesgo hereditario, pero no entre ellos. a menor riesgo hereditario. Los hallazgos ilustran la interacción dinámica entre la crianza de los hijos, las conductas de CU y el riesgo hereditario.
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