Una nueva investigación de la profesora asociada de biología Tamily Weissman, respaldada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, podría arrojar luz sobre nuevas vías de tratamiento para el Parkinson y otros trastornos neurológicos al estudiar los mecanismos neurológicos que causan estas enfermedades centrándose en la proteína alfa-sinucleína.
Los tratamientos médicos actuales para el Parkinson se centran en ayudar a las personas a controlar los síntomas. Pero los mecanismos subyacentes del trastorno neurológico siguen sin comprenderse bien.
Los síntomas de Parkinson ocurren debido a una caída en los niveles de dopamina cuando mueren ciertas células cerebrales. Los científicos saben que está involucrada la agrupación anormal de ciertas proteínas dentro de las neuronas clave; sin embargo, los mecanismos exactos no están claros.
La agregación de proteínas similar se asocia con otros trastornos neurológicos, incluidos el Alzheimer, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la enfermedad de Huntington.
Una mejor comprensión de estos grupos de proteínas, conocidos como cuerpos de Lewy, podría conducir a descubrimientos revolucionarios y abrir nuevos caminos para el tratamiento.
El trabajo de Weissman se centra en la alfa-sinucleína, la proteína que se agrupa de forma anormal y que se encuentra en el cerebro de los pacientes de Parkinson. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos están financiando su enfoque innovador, que examina cómo se comporta esta proteína en modelos de pez cebra. Ella y su equipo están analizando los factores que rodean la fosforilación en un sitio de proteína conocido como serina 129.
Weissman y sus colegas proporcionaron recientemente una pista clave al confirmar que la fosforilación en la serina 129 no puede ser el único impulsor de la formación de grumos de proteínas.
El grupo de investigadores realizan experimentos que incluyen la inyección de ADN de alfa-sinucleína en embriones de pez cebra y la manipulación de la proteína en diferentes sitios. Lo marcan con fluorescencia y, como el embrión es transparente, pueden observar su comportamiento con un microscopio confocal. Este microscopio especializado les permite obtener imágenes del proceso en alta resolución, así como realizar observaciones a lo largo del tiempo.