Una neurotecnología que estimula la médula espinal mejora instantáneamente la movilidad de brazos y manos, lo que permite a las personas afectadas por ictus de moderados a graves realizar sus actividades cotidianas con mayor facilidad, según publican investigadores de la Universidad de Pittsburgh y la Universidad Carnegie Mellon (Estados Unidos) en la revista 'Nature Medicine'.
Un par de finos electrodos metálicos parecidos a tiras de espagueti implantados a lo largo del cuello activan circuitos neuronales intactos, lo que permite a los pacientes con ictus abrir y cerrar completamente el puño, levantar el brazo por encima de la cabeza o utilizar un tenedor y un cuchillo para cortar un trozo de filete por primera vez en años.
"Descubrimos que la estimulación eléctrica de regiones específicas de la médula espinal permite a los pacientes mover el brazo de formas que no son capaces de hacer sin la estimulación. Y lo que quizá sea aún más interesante, descubrimos que, tras unas semanas de uso, algunas de estas mejoras perduran cuando se apaga la estimulación, lo que indica interesantes vías para el futuro de las terapias contra el ictus", afirma el doctor Marco Capogrosso, profesor adjunto de cirugía neurológica en Pitt.
"Gracias a los años de investigación preclínica acumulados hasta llegar a este punto, hemos desarrollado un protocolo de estimulación práctico y fácil de usar, adaptando tecnologías clínicas ya existentes aprobadas por la FDA, que podría trasladarse fácilmente al hospital y pasar rápidamente del laboratorio a la clínica", asegura.
En lo que respecta a los accidentes cerebrovasculares, los médicos auguran un futuro sombrío ya que en todo el mundo, uno de cada cuatro adultos mayores de 25 años sufrirá un ictus a lo largo de su vida, y el 75% de esas personas tendrá déficits duraderos en el control motor del brazo y la mano, lo que limitará gravemente su autonomía física.
En la actualidad, ningún tratamiento es eficaz para tratar la parálisis en la denominada fase crónica del ictus, que comienza aproximadamente seis meses después del accidente cerebrovascular.
Los investigadores afirman que la nueva tecnología puede ofrecer esperanzas a las personas con discapacidades que, de otro modo, se considerarían permanentes.
"La creación de soluciones eficaces de neurorrehabilitación para las personas afectadas por deficiencias del movimiento tras un ictus es cada vez más urgente", recuerda la coautora principal, la doctora Elvira Pirondini, profesora adjunta de Medicina Física y Rehabilitación en Pitt.
"Incluso los déficits leves derivados de un ictus pueden aislar a las personas de la vida social y profesional y llegar a ser muy debilitantes, siendo especialmente gravosas las deficiencias motoras en el brazo y la mano, que impiden realizar actividades cotidianas sencillas, como escribir, comer y vestirse", añade.
La tecnología de estimulación medular utiliza un conjunto de electrodos colocados en la superficie de la médula espinal para emitir impulsos de electricidad que activan las células nerviosas del interior de la médula espinal.
Esta tecnología ya se utiliza para tratar el dolor persistente de alto grado. Además, múltiples grupos de investigación de todo el mundo han demostrado que la estimulación de la médula espinal puede utilizarse para devolver el movimiento a las piernas tras una lesión medular.
Pero la destreza única de la mano humana, combinada con el amplio rango de movimiento del brazo en el hombro y la complejidad de las señales neuronales que controlan el brazo y la mano, añaden un conjunto de retos significativamente mayor.
Tras años de estudios preclínicos exhaustivos con modelos informáticos y ensayos con animales en monos macacos con parálisis parcial del brazo, los investigadores recibieron el visto bueno para probar esta terapia optimizada en humanos.
"Los nervios sensoriales del brazo y la mano envían señales a las neuronas motoras de la médula espinal que controlan los músculos de la extremidad", explica el coautor principal Douglas Weber, profesor de ingeniería mecánica del Instituto de Neurociencia de la Universidad Carnegie Mellon."Estimulando estos nervios sensoriales, podemos amplificar la actividad de los músculos debilitados por el ictus --prosigue--.
Y lo que es más importante, el paciente conserva el control total de sus movimientos: La estimulación es asistencial y refuerza la activación muscular sólo cuando los pacientes intentan moverse".
En una serie de pruebas adaptadas a cada paciente, la estimulación permitió a los participantes realizar tareas de distinta complejidad, desde mover un cilindro metálico hueco hasta agarrar objetos domésticos comunes, como una lata de sopa, y abrir una cerradura. Las evaluaciones clínicas demostraron que la estimulación dirigida a las raíces nerviosas cervicales mejora inmediatamente la fuerza, la amplitud de movimiento y la función del brazo y la mano.
Inesperadamente, los efectos de la estimulación parecen ser más duraderos de lo que los científicos pensaban en un principio y persisten incluso después de retirar el dispositivo, lo que sugiere que podría utilizarse como método de asistencia y restauración para la recuperación de las extremidades superiores.
De hecho, los efectos inmediatos de la estimulación permiten la administración de un entrenamiento físico intenso que, a su vez, podría conducir a mejoras aún mayores a largo plazo en ausencia de la estimulación.
De cara al futuro, los investigadores siguen inscribiendo a más participantes en el ensayo para saber qué pacientes con ictus pueden beneficiarse más de esta terapia y cómo optimizar los protocolos de estimulación para los distintos niveles de gravedad. Además, la empresa Reach Neuro, fundada por Pitt y la CMU, está trabajando para trasladar la terapia al ámbito clínico.Copiar al portapapelesImprimir