La implementación de las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) en los sistemas sanitarios europeos se está realizando a diferentes velocidades. Pero, en todos esos casos, uno de los factores a tener en cuenta es la formación que debe recibir el profesional sanitario para poder hacer un uso adecuado de la herramienta. Para ello, uno de los modelos del cual podría aprender el Sistema Nacional de Salud (SNS) es el danés, que ‘mezcla’ la explicación técnica del ingeniero con la médica del facultativo, tal y como explica a este diario Hans Eguía, miembro del Grupo de Trabajo Innovación Digital en Salud de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y médico de Familia que actualmente trabaja en Dinamarca.
Y es que, tal y como especifica el especialista, la formación en Inteligencia Artificial se debe basar en grupos multidisciplinares: “Aquí lo que se hace es que mayormente la explicación de cómo funciona el sistema lo hace el ingeniero, que es quien conoce qué se puede trabajar y cómo se usa. Y el médico, por su parte, se encarga de enseñar y explicar en qué casos clínicos utiliza la IA y cómo poder utilizarlo en otros escenarios médicos”. Por lo tanto, la unión médico-ingeniero es trascendental para formar a la plantilla sanitaria en esta nueva tecnología, según incide Eguía. “La idea es que nos juntemos los médicos, nos planteemos problemas clínicos y después nos reunamos en grupos multidisciplinares para buscar soluciones usando la IA. Estaríamos los médicos, pero también los ingenieros, técnicos o especialistas en robótica”, explica el especialista.
El objetivo sería tratar de buscar soluciones a los diferentes escenarios médicos que se presenten. La importancia de esta colaboración y trabajo conjunto persiste en la duración no solo de la formación del personal, sino también del propio programa. “Todo sistema de IA necesita un entrenamiento que no es corto”, apunta Eguía, quien señala que se trata de un proceso vital para su posterior inclusión en cualquier sistema sanitario. “Los médicos debemos estar presentes en el proceso para ver los resultados. No tenemos que dejar que el sistema corra solo, sino que debemos revisar los datos que nos está dando la máquina”, especifica Eguía.
En ese sentido, España cuenta con un “problema” no menor para llegar al escenario danés, pues, según señala Eguía, el Sistema Nacional de Salud “no está tan a la vanguardia” como otros países del continente. Para tratar de acortar esa diferencia, el especialista propone que entre los médicos del SNS creen grupos multidisciplinares para tratar de dar solución a los problemas que se les presenten en su día a día. Es decir, que España coja como modelo a Dinamarca, pues la experiencia escandinava puede serle útil al sistema sanitario español para dar un paso hacia adelante en el entendimiento, formación e implementación de la Inteligencia Artificial. Así, con el consenso médico y la facilidad tecnológica, Eguía asegura que la formación en nuevos procesos y técnicas será más sencilla.
Dinamarca ‘enseña’ a España cómo estudiar la IA en sanidad
Y es que Dinamarca es un país que está preparando el terreno a la IA de manera incisiva para incorporarlo a su sanidad. Muestra de ello es el Hospital Universitario de Odense, de esa misma localidad sureña de Dinamarca, que dedica una planta hospitalaria entera a la Inteligencia Artificial. El complejo hospitalario, gracias a ese trabajo sobre las nuevas tecnologías, ha logrado incorporar un sistema novedoso a su asistencia sanitaria. Según comenta Eguía, el sistema de salud danés cuenta de manera homogénea con una píldora entrenada por la IA que permite sacar fotografías para ver retinopatías. El especialista incide en que la píldora saca fotografías a las lesiones “diferentes”, a diferencia de las fotos cada cinco segundos que sacaba antes del entrenamiento con esta tecnología. “Ahora en lugar de sacar la foto cada cinco segundos la saca la cuando ve algo no habitual”, recalca. “Contamos con menos fotos, pero son de mayor calidad. Y esto ha sido un gran logro”, añade.
Otra de las utilidades que está poniendo de manifiesto la IA en Dinamarca es en la optimización de la interacción médica en cuanto a la medicación del paciente. Al incorporar el nombre de un nuevo medicamento que empezará a tomar el paciente en su historia clínica, el sistema le avisará si se trata de un fármaco compatible o incompatible con la medicación que ya está tomando el enfermo. También han logrado utilizar la IA para lograr un diagnóstico más rápido de artritis, sin realizar pruebas de imagen. Según comenta Eguía, el sistema danés ha creado un robot que con ultrasonido valora la situación de las manos de los pacientes para identificar si existe alguna lesión “sin necesidad de radiografías”. “Funciona bastante bien y ha mejorado la eficacia, ya que no se han pedido tantas citas”, señala.
Reticencias médicas para formarse en IA
La implementación de la Inteligencia Artificial sirve para “reducir gastos, listas de espera de las consultas y evitar ingresos hospitalarios de los pacientes”, asegura el especialista, que ha trabajado, además de en Dinamarca, en España, Reino Unido y Alemania. Pero, para la consecución de una óptima implementación de la IA, Eguía afirma que primero hay que animar a la plantilla sanitaria a que esté dispuesta a aprender sobre esa nueva tecnología, pues no siempre los especialistas se muestran a disposición de incorporar las nuevas herramientas a su día a día: “Muchos no quieren salir de su zona de confort porque no quieren aprender o porque su curva de aprendizaje es más larga, o también por temor de que esa IA les vaya a reemplazar”.
Para atraer a los profesionales a esa nueva manera de actuar en Medicina, Eguía indica que debe elaborarse una “estrategia adecuada” formando, en primer lugar, a los líderes de opinión del sector. “La idea sería formar a esos líderes para que conozcan el programa y que así, el resto, les copien poco a poco o se involucren un poco más en el sistema de IA. También se trabaja mucho con los jefes de Servicio y con los médicos más jóvenes, residentes y estudiantes, ya que el especialista tenderá a ejercer como se ejerce en su Servicio”. Explica Eguía. Después, asegura, serán los propios facultativos quienes “irán pidiendo cursos y capacitaciones”.