A lo largo de la historia se han impulsado todo tipo de medidas para frenar el consumo de alcohol entre la población. Muestra de ello fue la Ley Seca en Estados Unidos, iniciativa que tuvo un éxito efímero entre la población. Además, en un plano más cercano en la historia, hay medidas implementadas y vigentes en Europa que siguen sin reducir el consumo de alcohol entre los jóvenes. Ante este escenario, la República de Irlanda ha dado un golpe sobre la mesa y ha apostado ahora por una iniciativa que ya se utiliza en el tabaco, como es etiquetar el alcohol con imágenes sobre los riesgos para la salud.
Esta medida rompedora es aplaudida en España por diferentes sociedades científicas, que defienden en Redacción Médica su implantación en el país, afirmando que a corto y medio plazo se empezarían a notar sus efectos. Por otra parte, también exigen otras medidas que ayudarían a reducir el consumo de alcohol, como sería modificar los precios, disminuir el tamaño de las botellas y establecer campañas publicitarias dirigidas a jóvenes.
Carlos Rábade, coordinador del Comité Ejecutivo del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), aplaude la medida que ha tomado la República de Irlanda y defiende que es una fórmula que puede funcionar: “Muchos alcohólicos empezarán a replantearse dejar la bebida y reducir su atracción por el alcohol, otro de los grandes problemas en el mundo. Se trata de una de las enfermedades más adictivas y crónicas que hay y suele ir de la mano con el tabaquismo". Además, Rábade señana que "a la hora de fumar se tiende también a beber alcohol".
Rábade: "Tal y como sucede con el tabaquismo, se ha normalizado la conducta de beber alcohol entre los jóvenes"
Etiquetar el alcohol con imágenes que adviertan de los riesgos que pueden causar en la salud, siguiendo la misma normativa que en las cajetillas de tabaco, es una medida que, en palabras del neumólogo, “puede evitar el ingreso de alcohol en adolescentes. Tal y como sucede con el tabaquismo, se ha normalizado la conducta de beber alcohol entre los jóvenes. Se debe desnormalizar este patrón de consumo, impulsado a través de modas como el botellón".
Otra de las voces que defiende establecer algún tipo de advertencia en el etiquetado del alcohol frente a su consumo excesivo es Ramon Bataller, jefe del Servicio de Hepatología del Hospital Clínic de Barcelona y miembro de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEHH) : “Se trata de la segunda o tercera causa de discapacidad que conlleva a la muerte prematura y a la incapacidad en el mundo. Además de ser intrínsicamente adictivo, hay personas genéticamente predispuestas a esta adicción, generando muchos efectos nocivos si hay un consumo de riesgo”.
El especialista recuerda que el alcohol puede ser intrínsicamente adictivo y que "si se le da a personas que están genéticamente predispuestas a tomarlo, provoca que sea una de las causas más importantes del problema de salud de una sociedad. Si un producto que se vende tiene tantos problemas potenciales para la salud y la vida de las personas debe ir acompañado de una advertencia, como empieza a realizar Irlanda”.
Bataller está a favor de la iniciativa que ha impulsado Irlanda y desea que sea importada por España, aunque considera que “el tipo de advertencia con el alcohol debe ser más moderado que con el tabaco, debido a que existe el consumo ocasional y no está claro que esto tenga efectos perjudiciales. Soy partidario de poner advertencia de una manera menos gráfica y dando un mensaje acorde a su riesgo, sin exagerar ni ser un maximalista”.
Tal y como confirma Rábade, "se ha comprobado que las imágenes en las cajetillas de tabaco han disminuido su consumo entre los jóvenes", y Bataller afirma que “si se realiza solamente esta medida en el alcohol, se conocería su alcance y eficacia. Si esta medida va acompañada de otras, como la modificación de su precio, es muy difícil analizar hasta qué punto es útil".
Familia e Interna se suman a su implementación en España
Esta medida irlandesa también ha recibido partidarios en otros ámbitos de la sanidad española. Concretamente, Medicina de Familia y Medicina Interna han dado su visto bueno a la medida, como parte de una batería de propuestas que enfrenten a la incidencia del consumo de alcohol en España. “Este tipo de medidas nos parecen muy buenas. Son acciones que hay que llevar a cabo, al igual que se hizo con las cajetillas de tabaco”, valora Guadalupe Blay, coordinadora del Grupo de Trabajo de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
En el primer nivel asistencial recalcan la importancia de poner el etiquetado en las bebidas que contengan alcohol por sus “efectos nocivos” en la sociedad. “Pero ahí hemos topado con la industria de las bebidas alcohólicas”, se lamenta Blay, recordando que hace unos años el parlamento español trató de debatir sobre este asunto pero que las grandes empresas del sector cerraron la puerta a su implementación. “Hubo un choque y quedó parado”, se lamenta, aunque añade que no se trata de un debate “cerrado”. “Se cree que hay falta de voluntad política para hacerlo”, afea Blay.
“Es positivo el hecho de informar al consumidor sobre lo que contienen estos productos, sin ánimo de prohibirlos, diciendo cuáles son sus efectos secundarios. Irlanda va a poner en el etiquetado que el alcohol produce cáncer, enfermedad hepática y que no deben consumirlo las embarazadas”, añade Miguel Marcos, coordinador del Grupo de Trabajo de Alcohol y Otras Drogas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Especial énfasis en la población infanto-juvenil
Rábade es partidario de que esta medida cruce pronto el Canal de la Mancha y llegue hasta España, considerándola “una iniciativa muy buena para implantarse cuanto antes”. Por otra parte, considera que tanto en el tabaquismo como el alcoholismo es fundamental “apostar por el empaquetado genérico, ya que todavía reducirá más esa atracción del adolescente hacia estos productos. En relación al tabaco, Separ lleva tiempo planteándolo, ya que se han comprobado los beneficios de esta iniciativa en otros países”.
Desde el primer nivel asistencial apuntan a que medidas como esta podrían tener una incidencia especial entre la población adolescente y joven, puesto que, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 13 por ciento de las defunciones atribuibles al consumo de alcohol está relacionada con el grupo etario de 20-39 años. No al consumo per se, sino a lo que su ingesta puede llevarles a hacer a estas personas. “Creo que los consumidores deben tener la información completa del producto para proteger la salud, y es clave saber qué ingredientes contienen y cuál es su declaración nutricional, ya que eso hará que vayamos hacia una sociedad más saludable”, afirma Blay.
Estas advertencias, señalan en Familia, son “muy importantes y saludables”. Se trata, según los internistas españoles, de una información vital para productos “especiales”, como es el caso del tabaco y del alcohol. “No son como los tomates o los huevos, ya que éstos no producen dependencia ni crisis hepáticas. Son sustancias diferentes y está bien que se consideren de forma especial”, recalca Marcos. Además, desde la propia SEMI inciden en que es positivo que haya información “validada” por el Ministerio de Sanidad sobre este tipo de alimentos, por lo que piden a las autoridades sanitarias trabajar en esa dirección.
Tanto Interna como Familia se abren a debatir sobre un nuevo escenario en el que esta posible medida se convierta en ley. En la SEMI creen que es la vía adecuada para hacer disminuir el consumo de alcohol entre los jóvenes, aunque no se ‘mojan’ sobre su desarrollo normativo. “Desde un punto de vista global sí es necesario legislar. El impacto que tiene el consumo de alcohol, en todas sus ramificaciones, hace necesario un abordaje al más alto nivel posible para que pueda traducirse en una reglamentación correspondiente y en mecanismos de control en caso de su violación”, estipula Marcos. En el primer nivel asistencial, por su parte, indican que para ello, las sociedades científico-médicas deberían “unirse más” para hacer “algo en común”.
Impacto directo, aunque a largo plazo, en el SNS
Con la implementación de estas medidas, los profesionales sanitarios del Sistema Nacional de Salud (SNS) esperan que la incidencia del alcohol se vea considerablemente reducida tanto en la Atención Primaria como en la hospitalaria. “Al igual que otras medidas que se han tomado para hacer frente al tabaquismo, en esto el impacto sería a medio o largo plazo. Reduciría problemas relacionados con el alcohol”, recalcan en Interna. Familia, además de coincidir con sus compañeros hospitalarios, apuntan a que con un etiquetado específico, tendrían otra base en la que “apoyarse” a la hora de recomendar una menor ingesta de este tipo de bebidas.
