Utilizando una metodología avanzada, científicos de del Instituto Karolinska y la Universidad de Estocolmo de Suecia pudieron revelar a nivel celular cómo se desarrollan las lesiones en la esclerosis múltiple (EM). Los nuevos resultados se recogen en la 'revista Cell'.
Queríamos comprender qué células forman parte de las lesiones y su dinámica a lo largo del tiempo", afirma Petra Kukanja, coprimera autora del estudio y estudiante de doctorado en el Departamento de Bioquímica Médica y Biofísica del Instituto Karolinska (Suecia).
Los investigadores utilizaron una tecnología llamada secuenciación in situ, desarrollada en el grupo de investigación del profesor Mats Nilsson, de la Universidad de Estocolmo.
Esto implica analizar e identificar células que forman parte de una sección de tejido leyendo qué genes están activos en una célula en particular. Este patrón revela cómo se organizan los diferentes tipos de células en el tejido, en este caso la médula espinal, y cómo interactúan las células entre sí. Para estudiar cómo se desarrollan las lesiones, se tomaron muestras en diferentes momentos de ratones inducidos experimentalmente con síntomas similares a los de la EM y de pacientes humanos con EM.
"Analizamos simultáneamente 239 genes y vimos que las lesiones activas en ratones se acumulaban centrífugamente en dos dimensiones, con células inmunes en el medio y diferentes tipos de células gliales alrededor", comenta Christoffer Mattsson Langseth, también coautor del estudio y estudiante de doctorado en el Departamento de Bioquímica y Biofísica de la Universidad de Estocolmo en el grupo del profesor Mats Nilsson.
En los ratones se pudo observar que las lesiones aparecían primero en la médula espinal y luego se extendían hacia el cerebro. En muestras de la médula espinal de cuatro pacientes fallecidos con EM se analizaron simultáneamente 260 genes y se pudo determinar la arquitectura celular de las lesiones. Los autores también encontraron nuevas lesiones y nuevas subestructuras dentro de las lesiones. Hasta ahora, los oligodendrocitos se consideraban principalmente víctimas de ataques de células inmunitarias.
"El hecho de que estén activos en las regiones externas de las lesiones, pero también en todo el cerebro y la médula espinal, plantea la cuestión de si amortiguan la enfermedad o la impulsan", añade Petra Kukanja.
En el siguiente paso, los investigadores quieren utilizar la misma metodología para analizar muestras de más pacientes con EM, ya que la enfermedad es muy heterogénea. Otra pregunta es cómo se ven las lesiones cuando los pacientes han recibido diferentes tipos de tratamientos.