Un dispositivo óptico de imagen no invasivo desarrollado en el Centro Médico Cedars-Sinai, en Los Ángeles, California, Estados Unidos, por NeuroVision Imaging puede detectar de forma temprana los cambios que luego se producen en el cerebro y son un signo clásico de la enfermedad de Alzheimer.
Se trata de los resultados preliminares de los investigadores que llevaron a cabo un ensayo clínico en Australia, que se presentarán el próximo 15 de julio en la Conferencia de la Asociación Internacional del Alzheimer (CIAC, por sus siglas en inglés) de 2014 que se celebra en Copenhague, Dinamarca.
"En los resultados preliminares en 40 pacientes, la prueba podía diferenciar entre la enfermedad de Alzheimer y el no Alzheimer con un cien por cien de sensibilidad y un 80,6 por ciento de especificidad, lo que significa que todas las personas con la enfermedad dieron positivo y la mayoría de los individuos sin ella dieron negativo", explica Shaun Frost, científico biomédico y gerente de estudios en la 'Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation' (CSIRO), la agencia científica nacional de Australia.
"El test de imagen óptica detecta los cambios que se producen entre 15 y 20 años antes del diagnóstico clínico, por lo que se trata de una prueba práctica que podría permitir experimentar nuevos tratamientos en una fase anterior, aumentando las posibilidades de alterar el curso de la enfermedad de Alzheimer", adelanta Frost, quien presentará en la conferencia científica los resultados del estudio, en el que participaron 120 personas.
Keith Black, profesor y presidente del Departamento de Neurocirugía, director del 'Maxine Dunitz Neurosurgical Institute and the Ruth and Lawrence Harvey Chair in Neuroscience', explica que la acumulación de placas de beta-amiloide en el cerebro es un signo distintivo de la enfermedad de Alzheimer pero que las pruebas actuales detectan cambios sólo después de que la enfermedad ha avanzado a las últimas etapas.
Los investigadores creen que a medida que mejoran las opciones de tratamiento, la detección temprana será fundamental, pero los métodos de diagnóstico existentes son un inconveniente, costoso y poco práctico para la detección de rutina.
"Los scans PET requieren el uso de trazadores radioactivos y el análisis del líquido cefalorraquídeo necesita que los pacientes sean sometidos a punciones lumbares invasivas y a menudo dolorosas, pero ninguno de los enfoques es lo bastante factible, sobre todo para los pacientes en las primeras etapas de la enfermedad", lamenta. La tomografía por emisión de positrones (PET) es el estándar de diagnóstico actual.
"La retina, a diferencia de otras estructuras del ojo, es parte del sistema nervioso central, compartiendo muchas de las características del cerebro. Hace unos años, descubrimos en el Hospital Cedars-Sinai que las placas asociadas con la enfermedad de Alzheimer se producen no sólo en el cerebro sino también en la retina", relata este experto.
"Al 'manchar' la placa con la curcumina, un componente de la especia común cúrcuma, podíamos detectarla en la retina, incluso antes de que comenzara a acumularse en el cerebro. El dispositivo que hemos desarrollado nos permite mirar a través de la ojo, igual que un oftalmólogo ve a través del ojo para diagnosticar la enfermedad de la retina, e identificar estos cambios", agrega.
Este ensayo clínico fue diseñado para permitir a los investigadores correlacionar la placa retinal detectada por imágenes ópticas con placa cerebral identificada por los escáneres PET. Los estudios involucraron a pacientes diagnosticados con la enfermedad de Alzheimer, un grupo con deterioro cognitivo leve y otro grupo de personas sin evidencia de anormalidad cerebral.
Los hallazgos de la placa de beta-amiloide en la retina y la tecnología de imagen óptica comenzaron en el Hospital Cedars-Sinai con estudios en roedores vivos e investigación post-mortem con retinas humanas de personas que habían fallecido con la enfermedad de Alzheimer.
Maya Koronyo-Hamaoui, profesora asistente de Neurocirugía en el Departamento de Neurocirugía y Ciencias Biomédicas, y Yosef Koronyo, uno de los científicos de este trabajo, fueron los primeros autores de los resultados originales que se publicaron en una revista y presentaron en la CIAC en 2010. El estudio australiano es uno de varios en curso para determinar si se pueden obtener resultados similares en los seres humanos que viven con la enfermedad.
"Este gran ensayo clínico doble ciego parece validar nuestro nuevo enfoque de imagen amiloide en la retina humana utilizando el etiquetado de curcumina. Además, demuestra una correlación significativa con la carga de amiloide cerebral, prediciendo así la acumulación de placas en el cerebro a través de la retina", concluye Koronyo-Hamaoui, investigador principal y director de 'Neuroimmunology and Retinal Imaging Laboratory' en el hospital Cedars-Sinai.