Antecedentes
Las habilidades motoras finas, cruciales para el funcionamiento diario, a menudo están afectadas en personas autistas, presentando un desafío significativo en esta población. Comprender la base neurobiológica de estos desafíos motores, particularmente cómo varían entre sexos, es vital para desarrollar intervenciones dirigidas.
El estr...
Antecedentes
Las habilidades motoras finas, cruciales para el funcionamiento diario, a menudo están afectadas en personas autistas, presentando un desafío significativo en esta población. Comprender la base neurobiológica de estos desafíos motores, particularmente cómo varían entre sexos, es vital para desarrollar intervenciones dirigidas.
El estriado dorsal, que incluye el núcleo caudado y el putamen, juega un papel central en el control y aprendizaje motor. Su implicación en el autismo y las posibles diferencias basadas en el sexo asignado al nacer podrían iluminar los mecanismos subyacentes que afectan el desarrollo de habilidades motoras en niños autistas.
Métodos
En este estudio, empleamos un enfoque multimodal para investigar la relación entre las estructuras estriadas y el desarrollo de habilidades motoras finas en niños diagnosticados con autismo y sus pares no autistas. Evaluamos los volúmenes estriados y la microestructura de la materia blanca corticoestriada utilizando técnicas de resonancia magnética (imágenes T1 y de difusión).
Las habilidades motoras finas fueron evaluadas longitudinalmente, inicialmente a aproximadamente 3 años de edad (Tiempo 1) y posteriormente 2-3 años más tarde (Seguimiento). La cohorte inicial consistió en 356 niños (234 autistas, 128 mujeres) de los cuales se recopilaron datos de motor fino e imágenes. En el seguimiento, se analizaron datos de 195 niños (113 autistas, 76 mujeres) para evaluar la progresión en habilidades motoras.
Resultados
En el Tiempo 1, nuestro análisis reveló diferencias notables en la asociación entre habilidades motoras finas, volumen del putamen y anisotropía fraccional estriado-sensoriomotora entre niños autistas, con patrones distintos observados entre niños y niñas.
Estas asociaciones no fueron evidentes en niños no autistas, sugiriendo una interacción única entre el autismo y las estructuras estriadas en la influencia del desarrollo motor. Además, la integridad microestructural de las vías estriado-sensoriomotoras y estriado-prefrontales en el Tiempo 1 fue un predictor significativo del desarrollo de habilidades motoras finas en niñas autistas, pero no en niños autistas, indicando una influencia específica del sexo en la progresión de habilidades motoras.
Conclusiones
Los hallazgos de este estudio destacan la importancia del estriado dorsal afiliado al sensoriomotor tanto en las capacidades motoras actuales como en la predicción del desarrollo motor en niños autistas.
Estas asociaciones parecen ser específicas del sexo y dependientes del diagnóstico, sugiriendo que el estriado dorsal puede jugar un papel fundamental en los distintos caminos neuronales que subyacen a los desafíos motores en personas autistas. El impacto diferencial observado entre niños y niñas autistas subraya la necesidad de más investigación sobre mecanismos neurodesarrollistas específicos del sexo y estrategias terapéuticas adaptadas que aborden estos perfiles neuronales y motores únicos.
Este estudio no solo contribuye a nuestro entendimiento de los fundamentos neurobiológicos de las deficiencias motoras en el autismo sino que también abre vías para intervención durante ventanas de desarrollo críticas.
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