El control postural impone mayores exigencias al sistema nervioso central (SNC), y los deterioros relacionados con la edad o el desarrollo incompleto del SNC a menudo resultan en desafíos para realizar tareas como la inclinación postural hacia adelante. Los estudios en adultos mayores sugieren una mayor variabilidad en el centro de presión (COP), mayores coactivaciones muscula...
El control postural impone mayores exigencias al sistema nervioso central (SNC), y los deterioros relacionados con la edad o el desarrollo incompleto del SNC a menudo resultan en desafíos para realizar tareas como la inclinación postural hacia adelante. Los estudios en adultos mayores sugieren una mayor variabilidad en el centro de presión (COP), mayores coactivaciones musculares y un control corticoespinal reducido durante las tareas de inclinación hacia adelante. Sin embargo, la comprensión de estas características en los niños sigue sin estar clara.
En concreto, no se sabe con certeza si la inclinación hacia adelante plantea mayores desafíos para los niños pequeños en comparación con los adultos, dada la maduración continua del SNC durante el desarrollo. Comprender los patrones neuromusculares distintivos observados durante la inclinación postural podría ayudar a optimizar las estrategias terapéuticas destinadas a mejorar el control postural en las poblaciones pediátricas.
Métodos
Doce niños con un desarrollo normal (5, 91 ± 1, 37 años) y 12 adultos jóvenes sanos (23, 16 ± 1, 52 años) participaron en una tarea dinámica de inclinación hacia delante destinada a igualar un objetivo de COP en la dirección anteroposterior lo más firmemente posible. Los participantes trazaron una trayectoria triangular que implicaba una inclinación hacia delante (fase FW) hasta el 60 % de su distancia máxima de inclinación y un retorno hacia atrás (fase BW) a la posición de pie neutra. S
e recogieron electromiografías de superficie (sEMG) de músculos como el gastrocnemio medial (GM), el sóleo (SOL) y el tibial anterior (TA) durante ambas fases. La variabilidad de COP se evaluó utilizando la desviación estándar (DE) de los desplazamientos de COP. Los índices de coactivación muscular (CI) para los flexores plantares y dorsales del tobillo (SOL/TA, GM/TA) se derivaron de las actividades de sEMG. También se analizó la coherencia intermuscular en la banda beta (15-30 Hz) para evaluar el impulso corticoespinal.
Resultados
Los niños mostraron una desviación estándar significativamente mayor del COP en comparación con los adultos jóvenes (p < 0, 01) durante la fase de PN. También demostraron un mayor IC (p < 0, 05) y una coherencia reducida de SOL/TA (p < 0, 05) en comparación con los adultos jóvenes durante esta fase. No se observaron diferencias significativas entre grupos durante la fase de PT.
Dentro del grupo de niños, la variabilidad del COP fue significativamente mayor en la fase de PN en comparación con la fase de PT (p < 0, 01). Además, los niños mostraron un mayor IC (p < 0, 01) y una coherencia reducida de SOL/TA (p < 0, 01) durante la fase de PN en comparación con la fase de PT. Por el contrario, no se observaron efectos de fase significativos en el grupo de adultos. Además, las mediciones de sEMG se correlacionaron significativamente con la variabilidad del COP (p < 0, 05).
Conclusiones
Los hallazgos de este pequeño estudio sugieren que las diferencias relacionadas con la edad en el desarrollo del SNC influyen en la modulación del impulso corticoespinal a los músculos del tobillo (por ejemplo, SOL/TA) durante la infancia, lo que respalda en particular la existencia de una vía separada subyacente al control de la inclinación hacia adelante y el retorno hacia atrás.
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