Eficacia y seguridad del hidrolizado de cerebroproteína I combinado con entrenamiento de rehabilitación en el tratamiento del trastorno del desarrollo intelectual provisional en niños

Propósito

Dado que actualmente existen intervenciones farmacológicas muy limitadas para el trastorno provisional del desarrollo intelectual (PIDD, por sus siglas en inglés), cuyo abordaje se centra principalmente en la rehabilitación y la educación especializada, este estudio tuvo como objetivo evaluar la eficacia y seguridad del hidrolizado de cerebroproteínas I (CH-I) en niños con PIDD.

Pacientes y métodos

Se realizó un estudio prospectivo con 102 niños menores de tres años diagnosticados con PIDD en un hospital de referencia. Los participantes fueron divididos en dos grupos: el grupo control recibió únicamente el programa de rehabilitación estandarizado, que incluyó fisioterapia, terapia ocupacional, terapia del lenguaje y entrenamiento en desarrollo cognitivo; mientras que el grupo de tratamiento recibió, además de la rehabilitación, un curso de infusiones intravenosas continuas de CH-I durante 14 días, seguido de 76 días de administración oral de sus derivados.

La función neurológica fue evaluada mediante la escala de desarrollo de Gesell, y los cambios estructurales cerebrales fueron valorados con imágenes por resonancia magnética (IRM). Asimismo, se monitorizaron de manera estrecha los eventos adversos. Las comparaciones entre ambos grupos se realizaron en cuatro puntos temporales: basal, día 14, día 30, día 60 y día 90.

Resultados

Al cumplirse 90 días de tratamiento, el grupo que recibió CH-I mostró mejorías significativamente superiores a las del grupo control en habilidades motoras finas y funcionamiento adaptativo (P < 0. 05). Además, la tasa de mejoría en las áreas de motricidad fina, adaptación, lenguaje y habilidades personales-sociales fue estadísticamente mayor en el grupo de tratamiento respecto al control (P < 0. 05).

En cuanto a seguridad, se registraron eventos adversos en el 55. 3 % del grupo de tratamiento y en el 47. 7 % del grupo control, sin diferencias estadísticamente significativas entre ambos. La mayoría de los eventos fueron leves y transitorios, y no se reportaron efectos adversos graves en ninguno de los grupos.

Conclusión

Los resultados sugieren que el CH-I puede mejorar de manera significativa las habilidades motoras finas y adaptativas en niños menores de tres años con PIDD, además de optimizar la eficiencia de la rehabilitación.

Asimismo, mostró un perfil de seguridad favorable, lo que lo convierte en una opción terapéutica prometedora dentro del abordaje integral de esta población. Sin embargo, se recomienda la realización de ensayos clínicos multicéntricos y con mayor tamaño muestral para confirmar y generalizar estos hallazgos.

Resumen modificado por Cibermedicina

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