El estudio Sanitas de Salud 2024 demuestra que más de 7 de cada 10 personas, concretamente un 73 por ciento, diagnosticadas con bruxismo señalan que el estrés es su principal causa.
El bruxismo "se caracteriza por el apretamiento o rechinamiento de los dientes, especialmente durante la noche.
Este trastorno daña el esmalte dental y causa dolores en la mandíbula, cefaleas y desgaste de los dientes", afirma la odontóloga del departamento Asistencial, Innovación y Calidad Clínica de Sanitas Dental, Lorena Trinidad Bueno, quien además insiste en la importancia de tratarlo a tiempo para que no afecte a la calidad de vida.
Asimismo, el estrés provoca unas alteraciones hormonales que debilitan el sistema inmunológico de modo que favorece la aparición de infecciones como la gingivitis o la periodontitis.
"Estas enfermedades periodontales se manifiestan con inflamación y sangrado de encías, y si no se tratan de forma precoz, pueden derivar en la pérdida de piezas dentales, sobre todo en la población mayor", comenta la directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores, Miryam Piqueras.
Por otro lado, el estrés afecta a la cavidad bucal reduciendo las defensas naturales, lo que facilita la acumulación de placa y bacterias dañinas en las encías. "Esto, combinado con malos hábitos como una alimentación poco saludable o una higiene deficiente, fomenta el surgimiento de caries o sensibilidad dental", añade la odontóloga de Sanitas Dental.
En este contexto, Sanitas ofrece algunos consejos para reducir, en medida de lo posible, la influencia del estrés en la salud bucodental. Entre estas pautas destacan el uso de enjuagues bucales con flúor y de protectores dentales para proteger los dientes y el esmalte dental.
No obstante también aconsejan practicar técnicas de relajación facial para mitigar el dolor muscular y minimizar los momentos de presión; y el seguimiento de una buena dieta saludable, rica en vitaminas y minerales es crucial para la salud bucal, especialmente durante períodos de tirantez.