El manejo de las conductas en los centros gerontológicos constituye un elemento esencial en la atención y el cuidado de las personas de edad avanzada por la alta prevalencia de alteraciones comportamentales ligadas a la pérdida de capacidades cognitivas y a las necesidades funcionales. Los comportamientos exigentes (del inglés “challenging behaviors”) suponen un reto para los profesionales responsables del cuidado, también para las propias instituciones en la medida que la estructura organizativa y física de las mismas puede contribuir a su génesis y acentuación. El artículo que presentamos reflexiona sobre el tema y aporta algunas ideas para la intervención concreta con el objetivo de humanizar el trato en las instituciones.
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