La drogadicción puede tener "un impacto profundo" en la vida de los jóvenes, por ello "los padres deben comunicarse con sus hijos cuando detecten algún comportamiento fuera de lo normal", para así "identificar el problema y buscar una solución", según ha explicado el especialista en adicciones en la asociación ARES y miembro del equipo educativo de CEMIN, Miguel Bueno.
Así lo ha comunicado durante la presentación del cómic y la unidad didáctica 'Luis, tenemos que hablar', un recurso práctico, de GINSO y CEMIN, con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, que enseña a identificar y dar una respuesta al consumo frecuente de estupefacientes en jóvenes.
"El consumo de drogas es una enfermedad que impacta no sólo al individuo, sino también a todo su entorno. Es fundamental que todas las personas cercanas al menor se involucren en el problema para obtener resultados más efectivos y lograr que el joven reciba la ayuda necesaria de profesionales", ha añadido Bueno.
La historia de Luis muestra cómo el consumo va aumentando hasta llevar al protagonista a la etapa de abuso, donde la adicción se vuelve compulsiva y problemática. En esta fase, el cómic ilustra los efectos negativos del consumo de drogas en la vida cotidiana de los adolescentes, repercutiendo en sus relaciones sociales y sobre su rendimiento académico.Según un estudio elaborado por el Ministerio de Sanidad, los menores que consumen drogas muestran mayor absentismo escolar, dificultades para concentrarse en clase y un mayor número de expulsiones del centro educativo.
El estudio indica que el consumo de drogas presenta efectos negativos sobre la salud. Además de aumentar el riesgo de consumo de otras drogas y de estar asociado con enfermedades respiratorias como el asma, así como efectos cardiovasculares agudos como el infarto de miocardio y el ictus, el cannabis se vincula a problemas de salud mental como la ansiedad, dificultades de atención y un mayor riesgo de desarrollar trastornos del comportamiento y psicosis. Se estima que hasta el 8 por ciento de los casos de esquizofrenia pueden estar relacionados con el consumo de cannabis en jóvenes.
Incluso el consumo ocasional de esta sustancia puede tener efectos perjudiciales en el cerebro y la cognición de los adolescentes, causando cambios estructurales y cognitivos. Además, según estimaciones de GINSO, el consumo de alcohol y drogas, como el cannabis, se inicia entre jóvenes de 13 y 14 años.
"En GINSO y CEMIN tenemos el objetivo común de construir una sociedad futura más justa y sana, abordando las principales problemáticas que presentan nuestros adolescentes. Para conseguirlo, creemos en la importancia de brindar información basada en la evidencia y ofrecer recursos que ayuden a los jóvenes a construir vidas saludables" ha subrayado el presidente de GINSO, Alfredo Santos.
El proyecto 'Luis tenemos que hablar' está englobado dentro de la campaña 'No sabéis qué me pasa', una propuesta didáctica que aborda los principales desafíos a los que se enfrentan nuestros adolescentes y quienes los acompañan, como el acoso escolar, la drogadicción o los trastornos alimentarios.