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Autor/autores:
Pedro HP Alvim , Victoria C. Cavalari , Ana J. Bianchini...(et.al)
La posible asociación entre la infección por Toxoplasma gondii (toxoplasmosis) y la esquizofrenia ha sido objeto de investigación científica durante décadas. Si bien numerosos estudios han reportado una mayor prevalencia de toxoplasmosis en personas con esquizofrenia en comparación con controles sanos, la mayoría de estas investigaciones se ven limi...
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La posible asociación entre la infección por Toxoplasma gondii (toxoplasmosis) y la esquizofrenia ha sido objeto de investigación científica durante décadas. Si bien numerosos estudios han reportado una mayor prevalencia de toxoplasmosis en personas con esquizofrenia en comparación con controles sanos, la mayoría de estas investigaciones se ven limitadas por tamaños de muestra reducidos y por la falta de un análisis detallado sobre cómo la infección podría relacionarse con la gravedad de los síntomas de la esquizofrenia.
El presente estudio aborda estas limitaciones mediante el análisis de una amplia muestra multicéntrica brasileña, con el objetivo de comparar la prevalencia de seropositividad a toxoplasmosis entre pacientes con esquizofrenia e individuos sanos, así como explorar si los niveles del índice de reactividad (IR) de inmunoglobulina M (IgM) e inmunoglobulina G (IgG) se asocian con la gravedad sintomática.
Este estudio transversal incluyó a 705 participantes, de los cuales 392 eran pacientes diagnosticados con esquizofrenia (313 con enfermedad crónica y 76 con un primer episodio psicótico [PEP]) y 313 eran controles sanos. A todos los participantes se les realizó una evaluación serológica para detectar T. gondii, que incluyó la medición de los índices de reactividad de IgM e IgG a partir de muestras de sangre. Además, se evaluó la gravedad de los síntomas en los pacientes con esquizofrenia mediante la escala de Síntomas Positivos y Negativos (PANSS), que proporciona puntuaciones totales, positivas, negativas y de psicopatología general.
Los resultados mostraron una prevalencia significativamente mayor de seropositividad a toxoplasmosis en los individuos con esquizofrenia en comparación con los controles sanos (Razón de Momios [OR] = 1. 52; intervalo de confianza [IC] del 95 %: 1. 11–2. 07; p = 0. 008). Esta asociación fue aún más marcada en el subgrupo de pacientes con PEP (OR = 1. 99; IC 95 %: 1. 02–2. 97; p = 0. 042), lo que sugiere un posible papel de la infección por T. gondii en las etapas iniciales de la psicosis. Además, en los pacientes crónicos, el IR de IgM se correlacionó positivamente con las puntuaciones totales (p = 0. 012, R² = 0. 17), positivas (p = 0. 017, R² = 0. 17) y generales (p = 0. 018, R² = 0. 14) de la PANSS, lo que indica un posible vínculo entre una respuesta inmune reciente o activa frente a T. gondii y una mayor gravedad sintomática.
En conclusión, este estudio refuerza la asociación entre toxoplasmosis y esquizofrenia, especialmente en personas que atraviesan su primer episodio psicótico. La correlación positiva entre el IR de IgM y la gravedad de los síntomas en pacientes crónicos sugiere que las infecciones nuevas o reactivadas podrían agravar el cuadro clínico. Estos hallazgos subrayan la necesidad de seguir investigando los mecanismos inmunoinflamatorios que conectan agentes infecciosos como T. gondii con la fisiopatología y progresión clínica de la esquizofrenia.
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