Una de cada siete mujeres experimenta depresión durante el embarazo o en el año posterior al parto. Ahora, por primera vez, un panel de expertos en salud –el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos- asegura que hay una manera de prevenirlo. Sus conclusiones se publican « JAMA» y destacan que las intervenciones basadas en el asesoramiento pueden ser efectivas para prevenir la depresión perinatal.
«Realmente necesitamos encontrar a estas mujeres antes de que se depriman », señala Karina Davidson, una de las autoras del informe.
La depresión postparto es un trastorno infradiagnosticado. Muchas mujeres, explica a ABC Elena Sanz Rivas, jefa del servicio dePsiquiatría del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, «consideran que estar muy cansada o tener muchas preocupaciones durante la gestación es lo normal. Y, además -añade-, durante muchos años se ha considerado que no se puede poner medicación durante el embarazo y que no hay tratamiento para las mujeres que manifiestan síntomas de ansiedad o depresión. Por ello, muchas mujeres se aguantan e, incluso, en el sistema sanitario se le resta importancia. Existen mujeres que durante el embarazo lo pasan mal y muy mal». Por eso, destaca que la detección se la deberían hacer los médicos de atención primaria o los ginecólogos que siguen esa gestación.
Explica Elena Sanz que existen mujeres que tienen muchas preocupaciones «obsesivas» durante el embarazo por lo que es importante que lo puedan hablar con un profesional. Además, otros síntomas de alerta son mujeres «muy cansadas, más allá de los síntomas del embarazo, que dan muchas vueltas a qué va a pasar una vez que den a luz, si van a ser capaz de cuidarlo, irá todo bien… Todas las mujeres tienen un grado de preocupación durante el embarazo, pero cuando esa preocupación no se va de la cabeza y hace sentirnos mal es el momento de consultarlo con un psiquiatra, con un psicólogo o comentarlo con el propio ginecólogo».
La depresión postparto es un trastorno infradiagnosticado
Otro síntoma frecuente es la pérdida del sueño, que se puede dar en un embarazo normal, pero que se agudiza en pacientes con síntomas depresivos o de ansiedad. Además, otros síntomas son pérdida de apetito, pérdida de interés en hacer las labores normales y rumiar las preocupaciones de forma excesiva.
El artículo de «JAMA» advierte además que también aumenta la probabilidad de que los bebés nazcan prematuramente o tengan bajo peso al nacer, y puede afectar la capacidad de la madre para vincularse o cuidar a su hijo. Los hijos de madres con depresión perinatal, afirma este documento, tienen más problemas de conducta, dificultades cognitivas y enfermedades mentales.
Sin embargo, matizan, no hay confundir la depresión perinatal con «baby blues»: las lágrimas, la irritabilidad, la fatiga y la ansiedad que experimentan muchas mujeres después del parto, pero que se evaporan en 10 días.
Las nuevas recomendaciones de un panel gubernamental podrían traer esperanza a muchas mujeres en riesgo de padecer la enfermedad. Esto es lo que dijo el grupo y cómo puede usar la información.
Los hijos de madres con depresión perinatal, afirma este documento, tienen más problemas de conducta, dificultades cognitivas y enfermedades mentales
El panel evaluó una serie de investigaciones realizadas sobre numerosos métodos de prevención posibles, que incluyen actividad física, educación, consejos para dormir, yoga, escritura expresiva, ácidos grasos omega-3 y antidepresivos. Algunas de estas terapias eran prometedoras, incluyendo la actividad física y los programas en Gran Bretaña y los Países Bajos, que involucran visitas domiciliarias de parteras u otros proveedores. Pero solo el asesoramiento demostró evidencia científica suficiente de beneficio.
De acuerdo con este artículo, las mujeres que recibieron una de las dos formas de asesoramiento eran un 39% menos propensas a no desarrollar depresión perinatal.
Teapia conductual & afrontamiento
Las dos terapias son: terapia conductual cognitiva, ayudando a las mujeres a navegar a en sus sentimientos y expectativas para crear entornos saludables y de apoyo para sus hijos o terapia interpersonal, que incluye habilidades de afrontamiento y ejercicios de rol para ayudar a manejar el estrés y los conflictos de relación.
El panel de expertos recomienda el asesoramiento para aquellas mujeres con uno o más de una amplia gama de factores de riesgo como antecedentes personales o familiares de depresión, divorcio, problemas económicos, sxperiencias traumáticas de violencia doméstica o síntomas depresivos que no constituyen un diagnóstico completo. Otros factores de riesgo también contemplados son: ser madre soltera, adolescente, de bajos ingresos, sin un diploma de escuela secundaria, o tener un embarazo no planificado o no deseado.
Todo el embarazo está jalonado de factores de estrés para las mujeres - ARCHIVO
En este sentido, la psiquiatra del Hospital Universitario Quirónsalud comenta que hoy día, los embarazos son «objetos delicados». Las mujeres, continúa, «se embarazan mucho más tarde, lo hacen con más cuidado. En ocasiones, parece una carrera de obstáculos: analítica del primer trimestre, ecografía, otra analítica… En todas se está angustiado para que salga todo bien. Todo el embarazo está jalonado de factores de estrés para las mujeres».
Además, cualquier situación inestable no ayuda. «Carecer de una buena relación familiar o de pareja, sufrir necesidades afectivas o económicas o situaciones conflictivas con la familia actual o de origen puede dar lugar a ansiedad o depresión durante el embarazo en el que se recuerden cosas que han pasado en la familia anteriormente». Y no que hay olvidar el momenento actual: «el trabajo precario casa precaria o extrema pobreza» puede ser determinante.
Ante embarazadas con riesgo de depresión, es mejor cualquier intervención que ninguna
Pero, en opinión de la experta española, una de las limitaciones del artículo es que compara estudios muy heterogéneos. «Ha comparado estudios muy diferentes. Sugieren que pueden ser útiles, como elementos preventivos de la depresión postparto todas las intervenciones de terapia de apoyo o terapia cognitivo-conductual, lo que tiene todo el sentido».
La experta considera que, ante embarazadas con riesgo de depresión, es mejor cualquier intervención que ninguna. Además recomienda que «cualquier mujer que se encuentre mal durante el embarazo y que no tenga apoyos tanto familiares o de amistad y necesite ayuda, sería recomendable que buscara ayuda de un psicólogo o psiquiatra donde pueda hablar de las cosas que le pasan».
Y si hay un cuadro claramente diagnosticado de ansiedad o depresión durante el embarazo recomienda que se inicie el tratamiento. «Muchos profesionales abogan por que apenas se medique a las mujeres durante su embarazo, sin embargo, hay estudios que afirman que una embarazada muy ansiosa puede estar influyendo negativamente sobre el niño que va a nacer».
Y concluye: «la depresión hay detectarla durante la gestación, lo que ayudaría a empezar a manejarla lo antes posible».