Las personas con depresión suelen exhibir un control cognitivo disminuido. El control es subjetivamente costoso, lo que lleva a la especulación de que los déficits de control reflejan un esfuerzo cognitivo reducido. Sin embargo, la evidencia de que las personas con depresión ejercen menos esfuerzo cognitivo es mixta y la motivación puede depender del estado afect...
Las personas con depresión suelen exhibir un control cognitivo disminuido. El control es subjetivamente costoso, lo que lleva a la especulación de que los déficits de control reflejan un esfuerzo cognitivo reducido. Sin embargo, la evidencia de que las personas con depresión ejercen menos esfuerzo cognitivo es mixta y la motivación puede depender del estado afectivo.
Métodos
Usamos una tarea de descuento de esfuerzo cognitivo para medir la propensión a gastar esfuerzo cognitivo y la estructura fractal en la dinámica temporal de los intervalos entre latidos para evaluar el esfuerzo de esfuerzo en la tarea para 49 sujetos de control sanos, 36 personas con depresión actual y 67 personas con depresión remitida.
Resultados
Las personas con depresión estaban menos dispuestas a ejercer un esfuerzo cognitivo que las personas con depresión remitida y los sujetos de control que nunca se deprimieron.
Sorprendentemente, la inducción de un estado de ánimo triste aumentó selectivamente la motivación entre los participantes con depresión, borrando las diferencias entre ellos y los sujetos de control.
Durante la realización de tareas, los participantes deprimidos con la motivación cognitiva más baja mostraron una reactividad autonómica embotada en función de la carga.
Conclusiones
Los patrones de descuento respaldaron la hipótesis de que las personas con depresión actual estarían menos dispuestas a ejercer un esfuerzo cognitivo.
La escala fractal de la frecuencia cardíaca demostró ser un índice muy sensible de la carga cognitiva, y los datos implicaron que las personas con menor motivación para el esfuerzo cognitivo tenían una capacidad fisiológica disminuida para responder a las crecientes demandas cognitivas.
El afecto de estado pareció influir en la motivación entre las personas con depresión actual dado que estaban más dispuestas a ejercer un esfuerzo cognitivo después de una inducción de un estado de ánimo triste.
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