Un estudio piloto dirigido por investigadores de UCLA Health, de la Universidad de California (Estados Unidos), afirma que la estimulación eléctrica altamente selectiva del cerebro resulta prometedora como nuevo tratamiento para el tipo más común de ictus.
El estudio, publicado recientemente en la revista ‘JAMA Network Open’, es el primero realizado en seres humanos que prueba la viabilidad de utilizar un tipo específico de corriente eléctrica, denominada estimulación transcraneal transcraneal de corriente directa de alta definición (HD C-tDCS), para tratar el ictus isquémico agudo, que se produce cuando un coágulo bloquea el suministro de sangre a una parte del cerebro y representa aproximadamente el 85% de todos los ictus.
Se trata del primer estudio realizado en seres humanos que prueba la viabilidad de utilizar un tipo específico de corriente eléctrica para tratar el ictus isquémico agudo.
Muchos pacientes no son candidatos a los dos principales tratamientos disponibles actualmente para el ictus isquémico agudo: fármacos disolventes de coágulos y un dispositivo que penetra en el torrente sanguíneo y extrae los coágulos.
Incluso entre los que reúnen los requisitos para recibir esos tratamientos, se calcula que sólo un 20-30% están libres de discapacidad tres meses después del ictus.
Los investigadores de UCLA Health probaron la HD C-tDCS como terapia novedosa para el ictus isquémico agudo, en la que una serie de electrodos se colocan estratégicamente a lo largo del cuero cabelludo para suministrar una forma de corriente eléctrica inhibidora débil a la parte del cerebro que sufre de bajo flujo sanguíneo.
Esta forma de estimulación no invasiva se ha utilizado para tratar ciertas afecciones neurológicas y psiquiátricas, y los investigadores habían observado que las corrientes eléctricas parecían tener un efecto sobre el flujo sanguíneo cerebral.
Esta forma de estimulación no invasiva, que se ha utilizado para tratar ciertas afecciones neurológicas y psiquiátricas, parece tener un efecto sobre el flujo sanguíneo cerebral.
Los autores del estudio pretendían descubrir si era posible utilizar la HD C tDCS para aumentar el flujo sanguíneo a las partes del cerebro afectadas por un ictus y proteger el tejido cerebral amenazado, conocido como penumbra, de lesiones irreversibles.
En la investigación participaron diez pacientes con ictus agudo que acudieron al servicio de urgencias o fueron ingresados en unidades de cuidados neurointensivos y de ictus, no eran elegibles para los tratamientos disponibles en la actualidad y se encontraban en las 24 horas siguientes al inicio del ictus. Siete pacientes fueron asignados aleatoriamente para recibir tratamiento activo de HD C-tDCS, y tres recibieron estimulación “simulada“.
Utilizando los escáneres hemodinámicos cerebrales que se realizan a los pacientes con ictus agudo a su llegada, los investigadores localizaron la zona del ictus con bajo flujo sanguíneo en la que se administraba el tratamiento HD C-tDCS.
Utilizando los escáneres hemodinámicos cerebrales que se realizan a los pacientes con ictus agudo, los investigadores localizaron la zona con bajo flujo sanguíneo “El objetivo de este tratamiento era que fuera lo más específico e individualizado posible, sólo para la zona del cerebro con bajo flujo sanguíneo o que sufre un ictus -explica la investigadora principal del proyecto, la Dra. Mersedeh Bahr-Hosseini, neuróloga vascular de UCLA Health-. Con esta forma de alta definición de C-tDCS, pudimos refinar este campo eléctrico para centrarlo justo en esta zona“.
El primer grupo de pacientes, que incluía tres pacientes en el brazo de tratamiento y uno en el grupo simulado, recibió 20 minutos de un miliamperio de estimulación. En los demás, la dosis se aumentó a dos miliamperios durante 20 minutos.
Los investigadores pudieron administrar el tratamiento de forma eficaz en situaciones de emergencia y los pacientes lo toleraron. Los investigadores pudieron administrar el tratamiento de forma eficaz en situaciones de emergencia y los pacientes lo toleraron
Según la Dra. Bahr-Hosseini, el hallazgo más emocionante fue que el 66% de los pacientes que recibieron HD C-tDCS se recuperó de la penumbra (el tejido cerebral amenazado que rodea el núcleo del ictus) en las primeras 24 horas tras el ictus, frente al 0% en el grupo simulado.
Según los escáneres hemodinámicos cerebrales realizados poco después del tratamiento, aquellos que recibieron HD C-tDCS mostraron signos de mejora del flujo sanguíneo que fue mayor en los pacientes que recibieron dos miliamperios en comparación con un miliamperio. Por el contrario, el flujo sanguíneo disminuyó en el grupo simulado.
“Eso también fue muy emocionante, porque mostró un posible efecto biológico verdadero del tratamiento“, explica.
El 66% de los pacientes que recibieron HD C-tDCS se recuperó de la penumbra en las primeras 24 horas tras el ictus.
Ahora, los investigadores están planeando un nuevo estudio multicéntrico con Johns Hopkins, la Universidad de Duke y la Universidad de Pensilvania, que pretende reunir más datos sobre la seguridad y eficacia del tratamiento.
Esta investigación incluirá también a pacientes aptos para los fármacos disolventes de coágulos, conocidos como trombolíticos intravenosos.