MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
El ruido se asocia a diferentes lesiones auditivas en función de si la exposición es prolongada o los ruidos son fuertes, pero cuando se produce en el trabajo también puede aumentar el nivel de estrés y, con ello, el riesgo de sufrir accidentes laborales.
Así lo asegura el director médico de IMQ Prevención, Juan Mayor, con motivo de una campaña de comunicación en el marco del Día Internacional de las Personas Sordas que se celebra este sábado, 30 de septiembre, para destacar la importancia de la prevención y el cuidado de los oídos.
"Además de dificultar la comunicación y reducir la calidad de vida del trabajador, pueden incluso aumentar la probabilidad de errores en el desempeño de la tarea y, con ello, la posibilidad de sufrir accidentes laborales", según este experto.
A ello hay que unir el riesgo de una exposición prolongada a ruidos intensos que, como ha añadido Mayor, puede desembocar en una pérdida progresiva de audición, hipoacusias (incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos) o pérdidas precoces de audición.
O la exposición breve a ruidos de impacto fuertes, que puede provocar lesiones auditivas graves, como la rotura del tímpano. "Este tipo de lesiones pude darse cuando se manipulan, por ejemplo, pistolas de clavos, martillos neumáticos, taladros, armas de fuego, etcétera", ha recordado.
Ante estos riesgos laborales, desde IMQ Prevención aconsejan reducir el tiempo de exposición del trabajador, rotar los puestos de trabajo, realizar controles audiométricos periódicos, concienciar frente al ruido a toda la plantilla y utilizar equipos de protección individual.
En cuanto al uso de protectores auditivos, debido a sus propiedades para la atenuación del sonido, reducen los efectos del ruido en la audición, evitando daños en el oído. "Deben usarse durante todo el tiempo que dure la exposición al ruido. Además, existen diferentes tipos: orejeras, tapones, cascos antirruido y orejeras acopladas al casco, lo que permite su adaptación en cada caso", según Mayor.
Este experto recuerda también que a partir de 85 decibelios es obligatorio el uso de protectores auditivos aunque, pese a ello, recomienda su uso antes de esta franja especialmente cuando el ruido se mantiene en el tiempo.
Además, cree que se debe considerar el ruido como un factor de contaminación ambiental tan preocupante como cualquier otro. "En el ambiente laboral el ruido puede suponer un problema de carácter permanente para el oído, ya que su exceso provoca daños irreversibles, sobre todo si persiste en el tiempo", ha defendido.