La ghrelina es una hormona de 28 aminoácidos que desempeña un papel fundamental en diversos procesos fisiológicos y psicológicos. Sus efectos se median principalmente a través del receptor secretagogo de la hormona de crecimiento (GHSR), que se expresa en el cerebro, la glándula pituitaria y las glándulas suprarrenales, particularmente en el hipot&a...
La ghrelina es una hormona de 28 aminoácidos que desempeña un papel fundamental en diversos procesos fisiológicos y psicológicos. Sus efectos se median principalmente a través del receptor secretagogo de la hormona de crecimiento (GHSR), que se expresa en el cerebro, la glándula pituitaria y las glándulas suprarrenales, particularmente en el hipotálamo. La unión de la ghrelina al subtipo GHSR-1a es responsable de la mayoría de sus funciones biológicas.
La ghrelina y la psicosis
La ghrelina tiene una relación significativa con el desarrollo de la psicosis, actuando a través de diversos mecanismos:
Regulación de neurotransmisores
La ghrelina influye en la actividad de neurotransmisores clave como la dopamina, el ácido gamma-aminobutírico (GABA) y la 5-hidroxitriptamina (5-HT), implicados en la psicosis. Estos efectos se median a través de:
- Eje Hipotálamo–Pituitaria–Adrenal (HPA): La ghrelina modula las respuestas al estrés, lo que podría influir en los síntomas psicóticos.
- Eje Cerebro–Intestino: La comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro permite que la ghrelina afecte el estado de ánimo y las funciones cognitivas.
- Sistema Dopaminérgico Mesolímbico: La ghrelina promueve la liberación de dopamina en esta vía, estrechamente asociada con la recompensa y la psicosis.
Activación del neuropéptido Y (NPY)
En el núcleo arqueado del hipotálamo (ARC), la ghrelina activa el neuropéptido Y (NPY) a través del GHSR, contribuyendo a sus efectos en la regulación del estado de ánimo y el estrés.
Actividad dopaminérgica en el área tegmental ventral (VTA)
La ghrelina se une a las neuronas en la VTA, potenciando la actividad de las neuronas dopaminérgicas en el núcleo accumbens (NAcs) mediante un mecanismo dependiente de GHSR. Esto incrementa los niveles de dopamina, influyendo en el sistema de recompensa del cerebro y posiblemente jugando un papel en la psicosis y condiciones relacionadas.
El papel de la ghrelina en los trastornos psiquiátricos
Estudios recientes han explorado la implicación de la ghrelina en diversas condiciones de salud mental, destacando su potencial terapéutico:
Depresión y ansiedad
La ghrelina modula el estrés y el estado de ánimo a través de su interacción con el eje HPA y los sistemas de neurotransmisores, lo que sugiere que podría ser un objetivo para terapias antidepresivas o ansiolíticas novedosas.
Esquizofrenia
A través de sus efectos en la dopamina y otros sistemas de neurotransmisores, la ghrelina podría influir en la fisiopatología de la esquizofrenia. Comprender sus mecanismos podría ayudar en el desarrollo de tratamientos complementarios.
Trastornos alimentarios
En la anorexia nerviosa (AN), los niveles de ghrelina suelen estar elevados, probablemente como un mecanismo compensatorio para estimular el apetito. En la bulimia nerviosa (BN), la actividad disfuncional de la ghrelina podría contribuir a los episodios de atracones y los trastornos del estado de ánimo asociados.
Potencial terapéutico
Dado su papel en la regulación de neurotransmisores, la respuesta al estrés y los sistemas de recompensa, la ghrelina representa un objetivo prometedor para el tratamiento de trastornos psiquiátricos. Es esencial realizar investigaciones futuras para comprender mejor sus mecanismos y desarrollar terapias basadas en la ghrelina o dirigidas al GHSR para tratar condiciones como la depresión, la ansiedad, la esquizofrenia y los trastornos alimentarios.
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