Las personas que sufren soledad no deseada pueden experimentar un efecto rebote tras los encuentros navideños con sus amigos y familiares y que, más allá beneficiarles, pueden llegar a tener el efecto contrario una vez pasadas estas fechas, y profundizar aún más el sentimiento de aislamiento.
"La cultura y las tradiciones sociales son una parte importante de las formas de convivencia. Existen fechas muy señaladas en las que las familias se reúnen y se celebran determinados acontecimientos. Pero esto no es una garantía para rebajar el sentimiento de soledad que puedan vivir algunas personas. Es más, puede ser una forma de revivir esa soledad y profundizar en ella, aunque estén rodeadas de personas cercanas", ha explicado Daniel Rueda, profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) y director del máster universitario de Trabajo Social Sanitario de la UOC.
Tras ello, ha afirmado que las personas mayores que sufren de soledad no suelen comunicarlo para no preocupar o por el temor de no encontrar "la respuesta en quien piensa que debería dársela", lo que contribuye a que el afectado se sienta solo incluso en estos periodos.
"Empiezan a no ser anecdóticas las noticias que informan de personas mayores a las que encuentran muertas en su domicilio sin que nadie las haya echado de menos.
El hecho de que en esta sociedad se produzcan estas situaciones debería hacernos pensar en si el estilo de vida, el individualismo, la proclamada autonomía y el respeto a la privacidad deben ser los valores de lo que entendemos por sociedad, comunidad, proximidad, cercanía. Ponemos muchas barreras físicas y mentales que nos llevan a esta desvinculación y desinterés por el prójimo", ha añadido.
Rueda también ha manifestado que los niños pueden tener este problema "cuando sus acompañantes son las pantallas y los dibujos, que sustituyen el contacto físico de los padres, y en los adolescentes, que cada vez se encuentran más desconectados de la relación física y son más dependientes de las redes virtuales", aunque tampoco se olvida de "la soledad en el matrimonio cuando entre la pareja se producen distancias o desencuentros afectivos o de relación".
Esta soledad se relaciona con problemas de la vida como "la fragilidad del empleo, la falta de expectativas en el trabajo o los problemas de independencia y de vivienda", que influye "de forma negativa en la salud mental de muchos jóvenes que no encuentran salida a su situación", lo que puede derivar en problemas de salud mental, aislamiento o conductas poco saludables.
"La sociedad urbana, muy distinta a la rural, no facilita la transversalidad, sino que segrega por edades, y el desencuentro, el desconocimiento y la falta de sintonía entre las personas en las diferentes etapas del ciclo vital contribuyen a una cierta exclusión o percepción de exclusión. Conocer las aspiraciones, los deseos, los anhelos o los problemas que pueda vivir cada segmento de población e interesarse por ellos es algo que cada vez se ve menos.
El respeto, la no injerencia y la libertad contribuyen a hacer una sociedad más dividida, más independiente y menos interdependiente", ha agregado.Tras ello, ha recomendado "acudir a profesionales" para abordar la soledad, resaltando el papel de los trabajadores sociales sanitarios, a quienes considera capaces "de diseñar conjuntamente el servicio y el recurso más adecuados para cada situación".
EL EFECTO "POMPA" DE LA NAVIDAD
"Por su parte, Zenaida Aguilar, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, ha manifestado que "la Navidad es como una pompa", y es que "las luces, la felicidad, todo para quien lo puede vivir y disfrutar es de mucho placer", pero que cuando acaba "llega el lunes más triste del año, una caída en picado desde esa pompa, que no es real".
La docente ha explicado que la soledad no deseada, si bien se focaliza en las personas mayores, es una cuestión transversal presente en todas las franjas de edad, sin importar si estas conviven con otras personas, y que afecta a una de cada cinco personas en España, según el 'Barómetro de la soledad no deseada en España 2024'.
"Hay dos tipos de soledad no deseada: una en la que puedes estar rodeado de personas, pero no sentir conexión con ellas, y otra en la que fuera no hay personas con las que estar", ha aseverado Aguilar, que añade un tercer tipo basado en las emociones pasadas.
"Muchas veces la soledad que vivimos en el presente no tiene que ver con el ahora, sino que es una emoción que he podido sentir a lo largo de mi vida de una forma placentera o bien momentos en los que me he sentido solo y que hacen que integre la soledad como algo abrumador o angustiante", ha apuntado.
Aquilar también ha apuntado a que la complejidad del fenómeno reside en que en muchas ocasiones se trata de una sensación y no una realidad objetiva, por lo que periodos extraordinarios como las fiestas navideñas "pueden ser experimentados de formas muy diferentes" según la persona, que puede llegar a no disfrutar de estar en compañía o sentirse incómodo, aislándose o renegando de poder vincularse bien, o exigiendo "constantemente" a las personas que estén con ellos.
Estas sensaciones pueden complicarse aún más si sus allegados se alejan de estas personas, que pueden experimentar estrés, tristeza, angustia, pérdida de apetito, falta de ejercicio físico, sentimientos destructivos e incluso tentativas de suicidio.