La Asociación Española de Pediatría (AEP) reconoce el gran esfuerzo realizado en las últimas décadas para concienciar desde la infancia sobre los riesgos de fumar, y reclaman recursos y medidas "igualmente contundentes" para frenar el consumo de alcohol entre los menores.
"La ingesta de alcohol a estas edades debería causarnos aún mayor preocupación, porque pueden entrar con facilidad en un coma etílico, sobre todo la primera vez que consumen. No tienen ni idea de las consecuencias de beber en exceso, solo quieren saber qué se siente, pero su organismo no está preparado ni acostumbrado para metabolizar el alcohol y, por tanto, el daño para su salud es mayor", señala el doctor Valero Sebastián, del Comité de Promoción de la Salud de la AEP.
"En consulta es complicado descubrir si un adolescente bebe alcohol, a menos que te lo cuenten los padres o él se sincere. En una analítica, un día cualquiera entre semana, no se va a ver reflejado y a esta edad, a menos que tenga una enfermedad crónica, los pediatras solemos verlos solo una o dos veces al año", apunta Sebastián, quien opina que las medidas propuestas en el Anteproyecto de Ley "resultan lógicas, pero probablemente no sean del todo efectivas a corto plazo".
"Al principio, como sucedió con el tabaco, la gente no las recibe bien, pero con el tiempo todo el mundo entiende su necesidad", recuerda. Desde el Comité de Promoción de la Salud de la AEP insisten en que es importante que estas medidas se acompañen de la dotación de recursos para que funcionen y "que se insista en la concienciación de que el alcohol, tomado en exceso puede ser muy perjudicial para la salud".
"Todos los niños conocen la manida frase de 'fumar mata' que pone en los paquetes de tabaco y a menudo la repiten a sus padres cuando los ven fumar. Algunos se esconden de los niños incluso cuando fuman. Con el tiempo, deberíamos conseguir lo mismo con el alcohol", añade.