Varias son las comunidades autónomas que incluían en sus programas electorales de los pasados comicios la necesidad de reforzar los equipos de atención primaria para resolver el problema de sobrecarga que sufre el primer nivel. En algunos casos, este refuerzo pasaba por incorporar nuevos perfiles profesionales que repartieran la carga de médicos y enfermeras. Pero estos nuevos perfiles no serían solo una descarga: en todos los casos, se trata de los profesionales más cualificados para prevenir o tratar algunas patologías, síntomas o situaciones. Recogemos aquí algunos ejemplos de qué pueden aportar estos profesionales a los pacientes y al sistema sanitario.
Fisioterapeutas
"La atención primaria está sobrepasada, cuando hay profesiones que, incluso a nivel legislativo, podrían asumir más competencias", afirma Aurora Araújo, decana del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid. Según explica, los fisioterapeutas tienen "la capacitación técnica y la obligación legal de tratar múltiples patologías no transmisibles", incluyendo ámbitos que Araújo considera desconocidos, como "el control de la salud en diabetes, dislipemias, enfermedad vascular periférica... y muchas más que pueden tratarse o prevenirse prescribiendo ejercicio físico". Incluye en este grupo de competencias la rehabilitación cardiaca y pulmonar, tratamientos básicos en patologías cardiovasculares y covid persistente "que podemos asumir en unidades multidisciplinares".
De hecho, durante la pandemia "estuvimos en las UCI".El problema, en su opinión, es que estamos en "un sistema médicocentrista y medicalizado". De hecho, en Madrid ya hay "unos 200 fisioterapeutas en los centros de salud, pero no dan abasto y se acaba derivando al hospital, algo que se podría evitar reforzando la primaria". También tienen los fisioterapeutas algo que decir en "el abordaje de la fragilidad. Si no intervenimos rápido, las complicaciones aumentan.
Tenemos asumido que los pacientes mayores se desorientan en los hospitales, por ejemplo, pero es algo prevenible. No podemos dar por sentado que un mayor va a salir del hospital peor de lo que entró".Y no se trata solo de mejorar la salud de los pacientes, también del sistema: según un informe elaborado por el colegio que Araújo representa, una mayor presencia de la fisioterapia podría ahorrar más de 568 millones de euros cada año al sistema sanitario madrileño. "La fisioterapia es coste-efectiva, genera beneficio económico y aumenta la calidad de vida".
Psicólogos
"La demanda social dice que la presencia de los psicólogos en atención primaria es necesaria", afirma Mayelin Rey, vocal de Psicología Clínica y de la Salud del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid y psicóloga clínica en el Hospital Ramón y Cajal.
Muchas son las situaciones en las que, a su juicio, el psicólogo puede ser de gran ayuda en los centros de salud, situaciones a las que los profesionales se enfrentan cada día y que, "si no se abordan correctamente, pueden derivar en patologías". Entre estas situaciones se incluyen el estrés, el duelo, la crianza, la rebeldía en la adolescencia y los miedos en niños.
Asimismo, Rey considera que los psicólogos pueden asesorar directamente a los médicos de primaria, haciendo un trabajo multidisciplinar, y descargar a los servicios de salud mental, "que así podrían dedicarse a patologías más graves". "Nuestras intervenciones son cortas, más enfocadas a la prevención", explica Rey.
No obstante, ya hay en muchos casos presencia de psicólogos en atención primaria, pero es claramente insuficiente: "Estamos muy por debajo de la media europea, y tenemos un problema que no se visualiza: además de la gran lista de espera que hay para primera cita, las siguientes se producen, en el mejor de los casos, una vez al mes -la demora para citas sucesivas puede llegar a los tres meses-, por lo que el tratamiento no se hace en las condiciones adecuadas".
Además de aumentar su número, Rey recomienda "que se pueda gestionar la demanda de forma que los pacientes puedan directamente pedir cita con el psicólogo, sin necesidad de ser derivados por el médico".
Podólogos
Además de médicos y odontólogos, los podólogos serían los terceros profesionales de un centro de salud que podrían prescribir medicamentos: "Podemos diagnosticar, tratar e intervenir quirúrgicamente, además de solicitar pruebas complementarias, por lo que seríamos de gran utilidad para descargar listas de espera en patologías del pie", afirma Rosario Correa, presidenta del Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía (Copoan).
Su presencia en los centros públicos, salvo en algunas autonomías como Cantabria, Comunidad Valenciana, Andalucía (se acaba de firmar un acuerdo con la Consejería de Salud para su incorporación a los centros de salud), Cataluña -para patologías concretas- y Baleares -solo en hospitales-, es testimonial, lo que provoca que "uñas encarnadas, por ejemplo, las estén operando traumatólogos o dermatólogos, y las curas las realicen enfermeras", atribuciones todas ellas que podrían asumir los podólogos.Hay una patología paradigmática para justificar la presencia de podólogos en la atención primaria: el pie diabético.
De hecho, el Consejo General de Colegios Profesionales de Podólogos ya publicó en 2018 un informe en el que se demostraba que la inclusión de los podólogos en unidades multidisciplinares de atención al pie diabético "reduce las úlceras, las amputaciones y mejora la calidad de vida de los pacientes".
"Normalmente, las úlceras que se producen en los pies de las personas diabéticas están causadas por algún punto problemático relacionado con la pisada. Estos pacientes pierden sensibilidad al dolor, y estos problemas no se manifiestan hasta que hay una úlcera. Lo que se suele hacer en los centros de salud es curarlas, pero si no se analiza el apoyo del pie y se corrige, el problema volverá".
Correa considera que su no inclusión en los servicios sanitarios públicos es fruto "del desconocimiento de nuestras competencias y de nuestra figura, lo que provoca que, cuando los pacientes se deciden a ir a un podólogo privado, es porque todo lo demás ha fallado y puede que ya sea tarde".
Trabajadores sociales
"Entre los profesionales la coordinación está clarísima, pero políticamente seguimos dependiendo en muchos casos de administraciones diferentes, lo que complica la situación", se lamenta Daniel Gil, decano del Colegio de Trabajo Social de la Comunidad de Madrid, una de las pocas regiones en que los trabajadores sociales tienen presencia en un gran número de centros de salud.
Es más habitual que estén en los hospitales -el propio Gil trabaja en el Puerta de Hierro-, donde su función fundamental es analizar la situación de personas hospitalizadas sin soporte familiar, pero, en general, "en los procesos de enfermedad muchas veces se quiebra el soporte social, y también hay muchos factores sociales que pueden interferir en la enfermedad. Detectarlos y tratarlos sería nuestra principal función en atención primaria".Entre estos factores, abordables desde el centro de salud, están "las adicciones sin sustancia, los hacinamientos en viviendas e incluso las causas de los intentos autolítcos". A su juicio, "la propia evolución de la sociedad nos obliga a tener más presencia.
La sociedad española ha sido tradicionalmente muy familiar, pero cada vez tendemos más al individualismo y encontramos muchos pacientes mayores y dependientes que no tienen cuidador". También, debido al envejecimiento poblacional, "nos encontramos pacientes centenarios con un cuidador de 70 años". Situaciones así tienden a veces a medicalizarse, provocando o prolongando ingresos hospitalarios, con lo que eso conlleva en la sobrecarga de los hospitales y el gasto asociado, aunque "ningún servicio puede dar respuesta a todas las necesidades de una persona". Por ello, Gil pide "que se armonice la situación entre administraciones y que no recaiga sobre el médico el abordaje de situaciones que podemos resolver nosotros".