La ratificación de la nueva revisión número 11 de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), aprobada en el 2021 y cuya entrada en vigor se fijó para el 1 de enero de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido oficialmente el burnout o “síndrome de estar quemado” o de desgaste profesional como enfermedad.
De este modo, por primera vez el “desgaste profesional” entra en la clasificación internacional de las enfermedades, conocida como CIE -11.
El burnout es conocido desde que el psicólogo Herbert Freudenberger publicó el libro “Burnout: The High Cost of High Achievement” en 1974. Casi medio siglo ha tardado en ser reconocido.
El trastorno es consecuencia de un estrés laboral crónico, y se caracteriza por un estado de agotamiento emocional, una actitud cínica o distante frente al trabajo (despersonalización), y la sensación de ineficacia y de no hacer adecuadamente las tareas.
Según datos recientes de un estudio de Medscape, el 37 por ciento de los médicos españoles han afirmado sufrir 'burnout', tan solo por detrás de sus colegas portugueses, que lo padecen un 38 por ciento. Estas cifras contrastan con las de los médicos alemanes, que sitúan en el 26 por ciento.
Se considera que el al menos el 39 por ciento de los facultativos de España ha asegurado que una reducción de la carga asistencial sería muy positiva para la reducción del burnout entre el colectivo, y que el 40% de los MIR están demasiado agotados.
El Medico Interactivo ha publicado muy recientemente que un 78,5% de los médicos presentan niveles altos de burnout y agotamiento emocional,
Así se desprende del Observatorio de la Medicina Familiar y Comunitaria en el Maresme (OMFaM) que ha evaluado el impacto de la pandemia sobre el burnout profesional
Síntomas
Hay tres características: “Sentido de agotamiento o debilidad; aumento en el aislamiento del trabajo, cinismo o sentimientos negativos relativos al trabajo; y una baja en la efectividad profesional”.
Las principales manifestaciones de este síndrome son:
-Estado permanente de nerviosismo
-Baja autoestima
-Falta de realización personal
-Sentimiento de agotamiento, fracaso e impotencia.
-Dificultad en la concentración.
-Comportamientos agresivos.
-Dolores de cabeza y taquicardias
-Insomnio
-Bajo rendimiento.
-Absentismo laboral.
-Aburrimiento, desinterés, apatía,
-Irritabilidad
-Dificultades en la comunicación.
-Sudoración
-Pérdida de cabello
Se diferencias dos formas:
Burnout activo, en la que el trabajador mantiene una conducta asertiva. Se relaciona con elementos externos a la profesión.
Burnout pasivo, acostumbra a ir con sentimientos de apatía y se relaciona con factores internos psicosociales.
El diagnóstico lo realizamos los profesionales en la consulta médica a través del análisis de los síntomas, el estado emocional y los sentimientos de la persona hacia su trabajo y hacia otros compromisos personales. Podemos ayudarnos de escalas de valoración complementarias.
El “burnout” se refiere muy particularmente a los fenómenos en el contexto laboral y no se debe aplicar para describir otras experiencias de la vida, indicó un portavoz de la OMS en rueda de prensa.
Así pues, se inicia una etapa, probablemente dilatada, hasta la consolidación del trastorno y el reconocimiento de sus implicaciones laborales, incapacidad, etc.