El Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau sigue estudiando los efectos de la estimulación cerebral profunda en pacientes que sufren depresión resistente al tratamiento, y tras publicar a principios de 2022 los efectos de la terapia a cinco años en 17 pacientes en la revista Neurosurgery, en breve contarán con resultados aún más prometedores con más de siete años de seguimiento. “Hasta un 75 por ciento de pacientes encuentra respuesta y más del 60 por ciento una reducción de los síntomas hasta un rango de remisión completa. No siempre existe una recuperación funcional plena, pero los síntomas se atenúan lo suficiente para mejorar su día a día, las relaciones familiares, sociales, etc.”, confirma en Redacción Médica Francisco Javier de Diego, del Servicio de Psiquiatría de este hospital.
Pese a los grandes resultados obtenidos con la terapia, Juan Ángel Aibar-Durán, especialista del Servicio de Neurocirugía, explica en este medio que la mejoría que sienten los pacientes ni mucho menos es inmediata: “Es difícil que se vean cambios en poco tiempo, ya que la mejoría suele observarse a los seis meses o incluso al año y medio. Durante el seguimiento de 5 años hemos visto tres trayectorias diferenciadas: el grupo que podríamos clasificar como grandes respondedores, que alcanza en torno al 35 por ciento, el de respondedores intermedios, que mejora pero sin una recuperación funcional plena y un tercer grupo de no respondedores. No significa que estos últimos no hayan mejorado en absoluto, pero no llegan a pasar el umbral de mejoría establecido”.
Así pues, con esta nueva investigación los especialistas afirman que no solamente se puede afinar de forma mucho más precisa la colocación de los electrodos en ciertas zonas cerebrales, sino que, en palabras de Francisco Javier de Diego, “se logra estimular los tractos, es decir, algo así como los cables eléctricos que conectan las regiones del cerebro claves en la depresión. Las nuevas técnicas de neuroimagen nos permiten precisar la colocación de los electrodos o conocer qué tractos están estimulados y así podemos modificar los parámetros de estimulación de la terapia como sea conveniente. En ocasiones el cambio clínico es sorprendente”.
De Diego: "Las nuevas técnicas de neuroimagen nos permiten precisar la colocación de los electrodos o conocer qué tractos están estimulados"
El principal objetivo de este seguimiento a pacientes con depresión resistente era analizar si existían diferencias en los parámetros empleados y los tractos estimulados entre aquellos pacientes con buena o baja respuesta a la terapia de estimulación profunda. Aunque no se pudieron confirmar diferencias estadísticamente significativas, de Diego y Aibar coinciden en que “existe una tendencia en los pacientes que han respondido a la terapia con electrodos. Tractos como el fascículo cingulado o el fórceps minor son algunos de los que acostumbran a estar estimulados entre los pacientes que mejor evolucionan”. Estimular estos tractos no es garantía de que la técnica funcione, existen muchas otras variables que influyen en la respuesta, pero cada vez podemos precisar mejor los efectos de la terapia e individualizar el tratamiento.
Las simulaciones marcan el final de la cirugía
En el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau ya se están practicando simulaciones de estimulación dentro del propio quirófano, tal y como describe Aibar: “Se realiza un análisis de las imágenes del cerebro durante la propia intervención mientras el paciente está dormido. Solapamos las imágenes de resonancia magnética realizadas antes de la intervención y las imágenes de TAC realizadas al momento. Podemos afinar dónde implantar los electrodos para alcanzar las regiones y los tractos de estimulación más adecuados para ese paciente. Este paso nos permite realizar simulaciones de encendido de diferentes electrodos y conocer qué circuitos se estimulan y cuáles no, para individualizar el tratamiento y maximizar las posibilidades de respuesta antes de finalizar la operación”.
Aibar: "Realizamos simulaciones de encendido de diferentes electrodos y conocemos qué circuitos se estimulan y cuáles no"
El Hospital de Sant Pau es el único centro público en el que se ofrece la neuromodulación quirúrgica como alternativa en algunos pacientes seleccionados con depresión grave refractaria. Tanto Javier de Diego como Juan Aibar y el resto del equipo de esta innovadora unidad multidisciplinaria, siguen dedicando todos sus esfuerzos para lograr que los pacientes con esta enfermedad mejoren día tras día, acercándoles a conseguir una recuperación funcional plena.