La formación en Patología Dual es necesaria

En el artículo firmado por Elizabeth Hughes y colaboradores se estudia el efecto de recibir formación sobre patología dual en profesionales de los equipos de salud mental y se compara sus efectos con personas que no lo han recibido y la presencia de cambios 18 meses después.

Se parte de la idea de la necesidad de que los servicios de salud mental puedan desarrollar intervenciones integradas en los pacientes, cada vez más frecuentes, afectos de un trastorno mental clásico y un trastorno por abuso de sustancias, lo que se denomina patología dual.

La formación recibida por los participantes en el estudio incluyó 5 días de clases y trabajo en equipo presenciales, lectura de un manual específico y consultas mensuales.
Se trabajarón aspectos de detección, evaluación e intervención, mediante presentaciones, charlas en pequeños grupos, exposición de casos clínicos, reflexión sobre la práctica habitual y role-play. Se ofreció durante los 18 meses una hora de supervisión mensual

En este trabajo se evalúa las actitudes hacia pacientes con patología dual, el conocimiento sobre este campo y la confianza y determinación en el trabajo con estos pacientes. Para ello se utilizaron varios cuestionarios y escalas. Se manejó el cuestionario Alcohol Problems Perception Questionarie, validado y que ha sido usado en otros estudios que mide las actitudes hacía bebedores. Fue mínimamente modificación para medir las actitudes hacia todo tipo de consumidores de drogas. Además se manejaron tres intrumentos diseñados específicamente para esta investigación: The Self-Efficacy Scale (SES), Dual Diagnosis Attitudes (DDA) y el Knowledge about Dual Diagnosis Questionarie (KADD).

Los participantes eran miembros reclutados de los servicios de salud mental general, muchos de ellos con escasa o nula experiencia en el tratamiento de las adicciones. La muestra se escogió aleatoriamente y era representativa de los equipos de salud mental de Londres, el grupo control fue elegido de la misma manera.

Cuando se compararon los dos grupos, y se evaluaron las actitudes de los profesionales, se detectaron diferencias sobre los conocimientos y habilidades relacionados con el abordaje de pacientes duales. No mejoraron de una manera estadísticamente significativa el conjunto de las actitudes, auque si existía una tendencia en este sentido.

También mejoraron de manera significativa la seguridad y confianza de los profesionales y los conocimientos sobre las intervenciones en pacientes que presentan patología dual. Los cambios se detectaron 18 meses después de haber recibido la formación.

Que recibir formación sobre patología dual, relativamente breve, produzca cambios en algunas actitudes y habilidades relacionadas con el tratamiento de pacientes con patología dual nos de debe esperanzar y congratular. Aunque no se produjeran cambios completos o en algunos aspectos no se detectasen, no se debe olvidar que la duración de la intervención fue breve. Quizás modificaciones o intervenciones más amplias producirían más cambios.

El tipo de participantes en este ensayo clínico se parecería a lo que sucede en muchos de nuestros equipo de salud mental, en los que frecuentemente los integrantes no tienen formación y/o experiencia en el manejo y tratamiento de pacientes adictos o duales. Esto demuestra que se pueden hacer muchas cosas, para lograr un manejo más adecuado y correcto de nuestros pacientes duales. El formato utilizado de sesiones presénciales, 5 días, podría ser reproducido en nuestro medio. Desgraciadamente el tipo de formación que recibieron, teórico-práctica no es el que más frecuentemente se usa.

Todo ello debería ayudarnos a reflexionar en dos sentidos, en primer lugar sobre la falta y necesidad de formación en patología dual y en segundo sobre los métodos formativos empleados para que la formación realmente sea eficaz.