El doctor Vicent Balanzá, miembro de la Junta directiva de la SEPD, señala que las personas con patología dual, una adicción y otro trastorno mental, necesitan un tratamiento mucho más personalizado, unitario e intensivo que las personas que presentan únicamente un trastorno mental.
El problema, añade, es que actualmente no existe ningún psicofármaco aprobado por las autoridades sanitarias para su uso en patología dual, consecuencia, entre otras cosas por las múltiples variantes que se pueden dar. Por ejemplo, esquizofrenia con dependencia de cannabis, trastorno bipolar con dependencia de alcohol o depresión con abuso de cocaína.
Escasez de ensayos clínicos
La ausencia de fármacos viene derivada también por la escasez de ensayos clínicos sobre eficacia y seguridad de medicamentos en pacientes duales. Es complicado diseñarlos porque no hay un paciente tipo, por la variedad de sustancias de abuso, por las dificultades de los voluntarios para cumplir los procedimientos y por el escaso interés de las compañías farmacéuticas en esta patología.
Para no caer en el nihilismo terapéutico, los profesionales sanitarios utilizan la opción que brinda la prescripción de fármacos fuera de indicación, que complementan con las recomendaciones clínicas existentes y la experiencia profesional en consulta.
Que no haya fármacos aprobados no quiere decir que no se puedan o deban utilizar, puntualiza Balanzá. Los problemas derivados de esta forma de prescripción son múltiples, el aumento de la toxicidad, el riesgo de aparición de efectos secundarios no controlados, etcétera, pero también es una práctica que puede proporcionar el único tratamiento posible en el caso de patologías complejas.