Más de un 30% de los pacientes a los que se administra sesiones de radio o quimioterapia desarrolla náuseas y vómitos «anticipatorios» que acaban siendo, según explicó, causa del abandono del tratamiento. Su equipo trabaja para detectar la reacción del cerebro a ciertos condicionantes y «desarrollamos técnicas de intervención psicológica encaminadas a reducirlos o eliminarlos». Para ello «aplicamos un modelo experimental sobre ratas de laboratorio» que lo lleva a determinar que, en un plano conductual, «el paciente se familiariza con una experiencia repetitiva, por lo que conviene reducir esta exposición».
El uso de distintos ambientes y entornos para los pacientes, como diferentes texturas de suelo, de luz o de ubicación, evitan ese juego de asociaciones que está en el origen de las náuseas previas. En el caso de niños, las posibilidades aumentan con la instalación de zonas de juegos, zumos de sabores o distintas combinaciones de colores.
López advirtió que los efectos de la quimioterapia son muy variables en función del género, del tipo de cáncer o de la propia fisiología del organismo. No obstante, ese 30% inicial de pacientes que desarrolla vómitos «anticipatorios» puede doblarse con la continuación del tratamiento. «La experiencia cambia nuestro comportamiento y los efectos psicológicos son los que más afectan», señaló.
Por eso, para pacientes que no responden o se acostumbran a los «estímulos ambientales», se muestra confiado en las posibilidades del uso de cannabinoides, en lo que configura la segunda línea de trabajo de su grupo. «Los fármacos derivados de la marihuana, en experimentos llevados a cabo en Canadá y Estados Unidos se ha mostrado capaces de bloquear los receptores de prevención que el cerebro activa ante la sesión de quimioterapia», explica. Estos fármacos, amplió el psicólogo, también están demostrando su eficacia «en conductas adictivas o en trastornos de la conducta alimentaria».
Matías López consideró que en el ámbito sanitario debería contemplar los avances en el terreno de la psicofarmacología y tomó como ejemplo el uso de la morfina como paliativo de los efectos de ciertas enfermedades crónicas.