En este sentido se manifiesta José María Sánchez-Monge, presidente de la Confederación Española de Agrupaciones Familiares de Enfermos Mentales: «Sería interesante que en los colegios hubiera mayor presencia de profesionales especializados en Psicología, orientadores y otros perfiles para ayudar a los maestros a hacer una detección temprana de problemas de conducta pero, sobre todo, como prevención». La realidad es, reconocen desde el portavoz del Sindicato de Profesores de Secundaria de Cataluña (Aspepc-Sps), Xavier Massò, «que la figura del psicopedagogo escolar tiene un margen de actuación escaso».
Integración social
El estigma de este colectivo, en cualquier caso, es evidente, y máxime si va unido a hechos como el gravísimo suceso ocurrido en un instituto de Barcelona. «A la sociedad le cuesta entender el trastorno mental, pero son enfermos a los que no se les debería apartar por completo de la vida social». En este punto coincide la psiquiatra Montse Pamiès, presidenta de la Sociedad Catalana de Psiquiatría Infanto-Juvenil de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña y Baleares: «La psicosis no se cura. El tratamiento es sobre todo, farmacológico, pero se debe complementar con tratamientos psicosociales. Se trata de ayudar a estos enfermos a hacer una incorporación paulatina en la sociedad».