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En JAMA Psychiatry, los autores de un estudio publican que las anomalías de la conectividad serían una característica clave de la psicosis, y la secuencia de difusión y el tensor de difusión en los estudios por resonancia magnética detectaron una falta de conectividad generalizada en pacientes con esquizofrenia.
El equipo de Erik O'Hanlon, del Hospital Beaumont (Dublín) ,estudió una muestra poblacional de 28 adolescentes escolarizados con experiencias psicóticas y de 28 adolescentes sin esas experiencias (grupo control). Utilizó los resultados de la secuencia de difusión con alta resolución angular para analizarla sustancia blanca (SB) del cerebro con la estadística espacial basada en tracto.
Ese y otros procedimientos demostraron que la sustancia blanca varía bilateralmente en las regiones estriadas cerca del putamen. La tractografía identificó diferencias bilaterales significativas en el fascículo uncinado.
Estos patrones similares de las diferencias de la sustancia blanca entre los grupos se mantuvieron aun tras considerar otra psicopatología, lo que para los autores revela "alguna especificidad asociada con las experiencias psicóticas".
Los análisis exploratorios del tracto mostraron diferencias significativas de la sustancia blanca entre los grupos en las proyecciones frontales del fascículo fronto occipital inferior derecho y un aumento de la anisotropía fraccional.
"Hallamos varias diferencias de la SB en la región del putamen entre los fascículos fronto occipital inferior y uncinado y las regiones parietales izquierdas que incluyen las fibras del fascículo longitudinal superior", señala el equipo.
Las limitaciones incluyen el tamaño reducido de la muestra, la ausencia de determinaciones validadas y la característica de "instantánea" del estudio.
Aun así, los resultados "sugieren que los cambios estructurales sutiles de la microestructura de la SB no serían sólo la consecuencia de un trastorno, sino que se trataría de un indicador de susceptibilidad a la psicosis a una edad demasiado temprana", opinan los autores.
O'Hanlon no hizo comentarios sobre el estudio, que fue financiado por la Comisión de Investigación de la Salud de Irlanda.
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