¿Es posible que un algoritmo creado por Inteligencia Artificial contribuya a la identificación del riesgo de padecer psicosis, incluidas la esquizofrenia o el trastorno bipolar, mediante el análisis de las huellas dactilares?
El investigador Raymond Salvador afirma que es factible determinar el peligro de esquizofrenia con un 70% de precisión a través de las huellas dactilares.
Aunque parezca algo de ciencia ficción, la realidad es que la Fundación para la Investigación de Hermanas Hospitalarias (FIDMAG) y el Centro de Investigación Biomédica en Red en Salud Mental (CIBERSAM), vinculado al Ministerio de Ciencia e Innovación, han estado investigando durante años para probar la efectividad de las huellas dactilares y la inteligencia artificial en el diagnóstico de la esquizofrenia.
Se basan en la premisa de que las anomalías en las huellas dactilares durante la gestación podrían estar asociadas con futuros trastornos mentales, como indica el Dr. Raymond Salvador, un biólogo y estadístico que recientemente participó en las VII Jornadas sobre Esquizofrenia en Palencia. Fundamento científico: Salvador explica que el tejido cutáneo y el nervioso comparten un origen común en el embrión antes de diferenciarse. Por ello, si se presentan alteraciones durante el embarazo, ya sea por virus o factores genéticos, se podría anticipar que estas afectaciones se manifiesten tanto en la huella como en el cerebro.
Además, es conocido que las alteraciones durante el embarazo que modifican el desarrollo fetal incrementan el riesgo de enfermedades en el futuro. Así, dado que los patrones dactilares se establecen antes del nacimiento y son biomarcadores de rasgo que permanecen estables durante toda la vida, pueden ser utilizados como herramientas en individuos de grupos de riesgo que aún no han desarrollado la enfermedad para predecir su evolución futura, según detalla Salvador. Con base en esto, han estado nutriendo un algoritmo con datos de más de 600 individuos, mitad con esquizofrenia y mitad sanos, realizando más de 800 controles.
Tras validar la herramienta con inteligencia artificial, se logró un 70% de aciertos, lo cual, aunque no es extremadamente alto, es significativo desde la perspectiva biológica debido a la naturaleza inmutable de las huellas, pese a que factores genéticos y de vida puedan influir en el riesgo de trastornos mentales.
La herramienta, por tanto, "ofrece información adicional útil para el diagnóstico, aunque no definitiva", enfatiza Salvador, señalando su utilidad particular en la "población diana" con riesgo potencial o predisposición genética, síntomas leves o antecedentes familiares.
El proceso, descrito como sencillo, implica tomar las huellas y aplicar algoritmos que, en menos de 10 minutos, calculan la probabilidad de desarrollar esquizofrenia. "Se generan modelos para cada dedo, y cada modelo proporciona una probabilidad de riesgo", aclara Salvador, resaltando la relevancia de este resultado como apoyo diagnóstico.
Este enfoque es crucial para determinar la necesidad de seguimiento cercano y prevenir la evolución de la enfermedad, especialmente relevante en psicosis donde la intervención temprana puede mejorar significativamente el pronóstico del paciente.
Innovación en el campo del trastorno bipolar: La siguiente fase del proyecto busca aplicar este algoritmo al diagnóstico del trastorno bipolar. Sorprendentemente, aunque el algoritmo fue diseñado para la esquizofrenia, también mostró eficacia para identificar el riesgo de trastorno bipolar.
Esto es prometedor ya que detecta el riesgo de otra psicosis, aunque también plantea el desafío de la especificidad, ya que indica que la esquizofrenia y el trastorno bipolar no se distinguen claramente al inicio. Por ello, se planea crear una nueva base de datos con huellas de pacientes con trastorno bipolar para desarrollar una versión del algoritmo que permita un diagnóstico diferenciado.