Resumen

Los trastornos mentales, neurológicos y relacionados con sustancias (MNS) a nivel mundial contribuyen en grado importante a la morbilidad global de las enfermedades según se estima por los años de vida ajustados a discapacidad, y esto está aumentando sobre todo en los países con ingresos bajos y medianos (LMIC)1 . Los trastornos MNS suelen presentarse simultáneamente a otros trastornos crónicos de la salud, tanto los transmisibles (por ejemplo, VIH/SIDA) como los no transmisibles (por ejemplo, diabetes, enfermedades cardiovasculares) y, si no se tratan, agravan el pronóstico de estos trastornos. Las personas con trastornos MNS y sus familias tienen el doble reto del estigma que agrava más su calidad de vida, afecta la aceptabilidad social, la posibilidad de empleo e interfiere en la búsqueda de ayuda. Los recursos económicos para desarrollar y mantener los servicios de salud mental en los LMIC son muy bajos. El nivel de gasto público en salud mental es inferior a 2 dólares per cápita. Además, el número de trabajadores de la salud mental está por debajo de 1 por 100.000 en los LMIC en comparación con más de 50 en los países con altos ingresos2 . La escasez y la distribución desigual de los servicios significan que un 76% a un 85% de las personas con trastornos MNS en los LMIC no reciben la atención que necesitan. Reconociendo la prioridad urgente de aumentar los servicios para los trastornos MNS, las iniciativas globales han ejercido presión para que se establezcan reformas que garanticen que las personas con estos trastornos reciban atención que sea eficaz y sustentable y respete sus derechos y dignidad3,4. En congruencia con el liderazgo de la Organización Mundial de la Salud (WHO) en el campo de la salud pública global, se inició el Programa de Acción contra la Brecha en Salud Mental (mhGAP)5 , con los objetivos de aumentar los servicios y mejorar la cobertura. A través de sus objetivos, la mhGAP está contribuyendo a lograr las metas del Plan de Acción Integral para la Salud Mental 2013-2020, sobre todo para proporcionar servicios de atención a la salud mental y social exhaustivos, integrados y responsivos en contextos basados en la población. El principio fundamental de la mhGAP es fortalecer los sistemas de atención a la salud primaria no especializada y a los profesionales de la salud para que presten los servicios de MNS, facilitando así el vínculo vital para integrar la salud mental y física6..

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