El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), está siendo analizado en Cáceres a través de un seminario organizado por la Universidad de Extremadura y la asociación Andah. José Ramón Gutiérrez Casares, jefe del servicio de Psiquiatría del Complejo hospitalario-universitario de Badajoz, ofreció su visión sobre las disfunciones cerebrales de este trastorno, que lleva aparejado al menor, entre otras cuestiones, problemas para concentrarse, pérdida u olvido de objetos, dificultad para obedecer, impulsividad o un nivel de actividad superior e inapropiado para su edad.
El déficit de atención es una enfermedad hereditaria, pero su heredabilidad afecta en un 70% a quien la padece; el resto tiene relación con el ambiente en que viven. Si analizamos por qué ese cerebro tiene una maduración diferente a lo que sería otro normal, vemos que se puede deber a una alteración de los neurotransmisores; de los circuitos cerebrales; o se puede deber también a lesiones o infecciones. Y todo ello hay que ligarlo a la madurabilidad. Según va madurando el cerebro, este va compensando todas y cada una de esas dificultades para que luego el niño llegue a los 14-15 años con una adaptación, si no completa, casi completa, comenta el experto.
El TDAH es muy variado y hay niños que van a evolucionar muy bien y otros que no. En la práctica, esos niños son iguales, aunque sanitariamente plantea un problema a la hora de evaluarlos de una manera o de otra. Y eso es lo que el psiquiatra infantil y el resto de personas que se dedican a tratar el déficit de atención (pediatras, psicólogos, profesores, trabajadores sociales...) tienen que tener en cuenta para actuar de manera individualizada.
La medicación en un grupo de los niños es condición necesaria, pero no suficiente. La medicación solo resuelve una de las tres patas del trípode que soporta la enfermedad; pero las otras dos partes es necesario que se hagan a través de la educación, la psicoestimulación, de rehabilitación cognitiva, de neuroestimulación. Y luego, de estimulación social, educativa y relacional. Es necesario que un niño vaya a un campamento con otros de su edad y sea capaz de adaptarse. No es necesario adaptar el mundo a él; se necesita adaptar el mundo al principio, cuando son pequeñitos, para que luego ellos puedan adaptarse a él perfectamente y cambiarlo mientras ellos cambian.
Según Gutiérrez Casares no son niños tan problemáticos como se dice. El 60% de ellos evolucionan muy bien; es el otro 40% es el que necesita que la asistencia sanitaria haga algo especial. Eso de que luego de mayores tienen más problemas legales, judiciales, que son más agresivos, es en parte verdad; pero clínicamente irrelevante. La cuestión es que muchas veces se crían en un ambiente deficitario socialmente y eso es lo que les puede acarrear esos problemas, no solo por el déficit de atención
Sobre si el TDAH remite con los años, el psiquiatra afirma que no siempre, pero en la mayoría de las ocasiones remite lo suficiente como para que no les interfiera en la vida. El pronóstico es mucho mejor de lo que se dice.