Resumen
Objetivos:
Las revisiones anteriores han llegado a la conclusión de que las intervenciones que incluyen psicoeducación son eficaces en la prevención de la recaída en el trastorno bipolar, pero la eficacia de la psicoeducación en sí no ha sido revisada sistemáticamente. Nuestro objetivo fue evaluar la eficacia de la psicoeducación para el trastorno bipolar en la prevención de recaídas y otros resultados, e identificar los factores que se relacionan con los resultados clínicos.
Métodos:
Empleamos la revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios de psicoeducación en participantes con bipolar que no sufrían un episodio agudo, en comparación con el tratamiento usual, y el placebo o intervenciones activas. La combinación de razones de probabilidad (OR) de no recaída en cualquier episodio, de manía / hipomanía y depresión, se calcularon utilizando un análisis de intento de tratamiento (ITT), asignando los abandonos por reincidencia con un análisis de sensibilidad cuyos abandonos fueron relacionados con no-recaída (ITT optimista).
Resultados:
Se incluyeron 16 estudios, ocho de los cuales proporcionaron datos sobre la recaída. Aunque la heterogeneidad en los datos exige cautela, la psicoeducación parecía ser eficaz en la prevención de cualquier recaída [n = 7; OR: 1,98 a 2,75; número necesario a tratar (NNT): 5-7, dependiendo del método de análisis] y la recaída maníaca / hipomanía (n = 8; OR: 1,68 a 2,52; NNT: 6-8), pero no recaída depresiva. Grupalmente, pero no de forma individual, las intervenciones realizadas fueron eficaces frente a los dos polos de recaída; la duración del seguimiento y las horas de terapia explicaron parte de la heterogeneidad. La psicoeducación mejora la adherencia y el conocimiento a corto plazo de la medicación. No se encontraron efectos consistentes sobre los síntomas del estado de ánimo, la calidad de vida o el funcionamiento.
Conclusiones:
La psicoeducación grupal parece ser eficaz en la prevención de la recaída en el trastorno bipolar, con menos evidencia para intervenciones administradas individualmente. Se necesita una mejor comprensión de los mecanismos mediadores para optimizar la eficacia y personalizar el tratamiento.
Conclusiones y relevancia:
Este estudio piloto mostró que los biomarcadores genómicos con muy buena sensibilidad y especificidad para los niños con TEA en el ámbitos pediátricos generales pueden ser identificados. También mostró que una prueba clínica basada en sangre para bebés y niños varones en riesgo podría ser refinada y aplicada de forma rutinaria en ámbitos de diagnóstico pediátrico.
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