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Los niños con autismo tienen problemas para comunicarse y establecer relaciones con otras personas. Además, suelen tener dificultades de atención y de aprendizaje. Algunos síntomas son muy significativos y pueden alertar a los padres de la existencia de este trastorno que puede mejorar sensiblemente con una atención temprana, según explica el doctor Moisés Aguilar. El especialista señala que las características más comunes en el autismo son la falta de contacto visual, unida a la falta de atención comunicativa así como la aparición de movimientos repetitivos.
El origen del trastorno no está del todo claro, pero las causas ambientales cada vez tienen más peso como, la relación con ciertos metales pesados, vacunas, la crianza, así como ciertas variantes en la expresión génica de algunos neurotransmisores, pero todavía hacen falta muchos más estudios al respecto.
Para el doctor Moisés Aguilar la integración social de personas que presentan un trastorno del espectro autista es totalmente posible y solo depende de la intervención temprana y de nuevas estrategias de abordaje terapéutico como la neuromodulación, en la que modificamos la plasticidad de redes neuronales del sistema límbico de estas personas, mejorando sus posibilidades de interacción social y de regulación emocional.
La intervención temprana consiste en establecer programas de intervención psicoeducativa entre los 15 y los 60 meses de edad, basados en el juego y la estimulación multisensorial, combinados con los nuevos abordajes médicos. Al final de cada sesión se intenta la interacción social con otros niños con TEA y otros problemas del neurodesarrollo, además de interactuar con el terapeuta.
El estudio 'Transcranial Random Noise Stimulation' se ha presentado como un descubrimiento revolucionario en el tratamiento de la enfermedad. La novedad que aporta la estimulación transcraneal no invasiva con ruido aleatorio o tRNS es que es capaz de modificar la intención comunicativa, la atención, la planificación, la regulación afectiva o la capacidad de comunicación de los chicos y chicas con TEA de una forma muy segura y eficaz en tres meses de intervención intensiva. Esto se consigue, mediante dos sesiones semanales de estimulación eléctrica, combinada con la intervención psicoeducativa
