Contrario a la creencia común, no todo el estrés es perjudicial desde una perspectiva médica. Según la doctora Safia Debar, especialista en manejo del estrés de Mayo Clinic Healthcare en Londres, niveles saludables de estrés contribuyen al desarrollo de la resiliencia.
El estrés es una reacción tanto física como psicológica ante las exigencias, según explica la Dra. Debar. Mientras que el "eustrés" puede provocar sensaciones de felicidad, el estrés prolongado puede perjudicar seriamente todos los sistemas del organismo, causando ansiedad, depresión y problemas digestivos.
La Dra. Debar resalta "la necesidad de identificar los síntomas del estrés y su impacto en el ámbito emocional, físico y en las relaciones personales. Motivar a las personas a reflexionar sobre su manejo del estrés es un primer paso esencial para tratar sus consecuencias".
Ella menciona que el estrés desata diversas respuestas corporales, desde la activación del sistema nervioso simpático hasta preparar el cuerpo para situaciones de defensa o huida. No obstante, una vez que el peligro ha cesado, el cuerpo inicia su proceso de recuperación y renovación.
"Si el estrés aumenta y luego disminuye, no se producen daños permanentes", indica la Dra. Debar. Sin embargo, el estrés crónico puede reducir la habilidad del cuerpo para regenerarse, llevando a fatiga, ansiedad y una respuesta ineficaz ante nuevos estresores.
Señales de alerta de un exceso de estrés
La Dra. Debar advierte sobre señales de un posible exceso de estrés, tales como una sensación persistente de estar estresado, problemas para gestionar las emociones, o manifestaciones físicas como dolores de cabeza o molestias estomacales.
El estrés crónico puede tener impactos duraderos en la salud. Quienes presenten síntomas físicos continuos o no mejoren con cambios en su estilo de vida deberían buscar asesoramiento médico para identificar y tratar las causas fundamentales del estrés.
La Dra. Debar subraya que "comprender la diferencia entre el estrés positivo y negativo es clave para mantener un balance saludable. Aunque el 'eustrés' puede ser favorable para el crecimiento personal y la resiliencia, el estrés crónico puede dañar tanto la salud física como mental".
Estos son algunos cambios físicos desencadenados ante una amenaza:
-Activación del sistema nervioso simpático y liberación de cortisol, la hormona del estrés principal.
-Predominio de pensamientos negativos en situaciones difíciles o anticipación de adversidades, con un enfoque intenso en los eventos actuales.
-Preparación de corazón, pulmones y músculos para la acción, incrementando la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración para oxigenar mejor las células. Los músculos se tensan listos para actuar.
-Ralentización de las funciones digestivas y reproductivas, que son secundarias en momentos de estrés.
-Reducción de la actividad del sistema inmunitario y estado inflamatorio, con aumento en la producción de citocinas.
-Tras superar la amenaza, el cuerpo comienza su recuperación hacia el equilibrio. La respiración y el ritmo cardíaco se ralentizan, la presión arterial se normaliza y los músculos se relajan. Los sistemas digestivo y reproductivo vuelven a su funcionamiento normal, potencialmente fortaleciendo las relaciones sociales al compartir experiencias.
-Es crucial identificar los signos de estrés y aprender a gestionarlo eficazmente. La Dra. Debar concluye remarcando "la importancia de enfrentar el estrés proactivamente y buscar soporte cuando sea necesario, para mejorar la salud y el bienestar a largo plazo".
-Para aquellos con síntomas físicos constantes o sin alivio tras cambiar su estilo de vida, la Dra. Debar aconseja consultar a un equipo de atención médica.