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Inflamación y trastorno por estrés postraumático
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Autor/autores: Hiroaki Hori y Yoshiharu Kim
Artículo revisado por nuestra redacción
Si bien el trastorno de estrés postraumático (TEPT) actualmente se diagnostica basándose únicamente en los síntomas psicológicos y de comportamiento clásicos, un creciente cuerpo de evidencia ha puesto de relieve un vínculo entre este trastorno y las alteraciones en los sistemas inmunológico e inflamatorio. Los estudios epidemiol&oacut...
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Si bien el trastorno de estrés postraumático (TEPT) actualmente se diagnostica basándose únicamente en los síntomas psicológicos y de comportamiento clásicos, un creciente cuerpo de evidencia ha puesto de relieve un vínculo entre este trastorno y las alteraciones en los sistemas inmunológico e inflamatorio. Los estudios epidemiológicos han demostrado que el trastorno de estrés postraumático se asocia con tasas significativamente mayores de comorbilidades físicas en las que está implicada la desregulación inmune, como el síndrome metabólico, la enfermedad cardiovascular aterosclerótica y las enfermedades autoinmunes. En línea con esto, varios estudios de biomarcadores de sangre han informado que, en comparación con los controles sanos, los individuos con trastorno de estrés postraumático presentan niveles significativamente elevados de marcadores proinflamatorios como la interleucina-1β, la interleucina-6, el factor de necrosis tumoral-α y la proteína C reactiva . Además, varias líneas de investigación en animales y humanos han sugerido que la inflamación no solo está asociada con el TEPT sino que también puede desempeñar un papel importante en su patogenia y fisiopatología. En esta revisión, primero resumimos la evidencia que sugiere un aumento de la inflamación en el TEPT. Luego examinamos los hallazgos que sugieren posibles mecanismos de inflamación en este trastorno en términos de dos perspectivas diferentes pero interrelacionadas: causas supuestas de aumento de actividades proinflamatorias y posibles consecuencias que genera la inflamación. Dado que actualmente hay una escasez de opciones de tratamiento para el TEPT, también se discuten las posibilidades de nuevos enfoques terapéuticos que utilicen tratamientos / intervenciones farmacológicas y no farmacológicas que tengan efectos antiinflamatorios. A pesar de la creciente atención prestada a la patología inflamatoria del TEPT, queda mucho por aclarar, incluidos mecanismos más detallados de la inflamación, la posible utilidad de los biomarcadores inflamatorios como marcadores de diagnóstico y pronóstico, y la eficacia de nuevas estrategias de tratamiento dirigidas a la inflamación.
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