MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigaciones académicas anteriores han encontrado que tener un mayor control sobre el trabajo puede ayudar a manejar el estrés relacionado con el empleo, pero nunca se ha sugerido que es una cuestión de vida o muerte.
Ahora, una investigación de la Escuela de Kelley de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, revela que las personas con un trabajo con mucho estrés con poco control sobre su flujo de trabajo mueren más jóvenes o están menos saludables que las que tienen más flexibilidad y prudencia en sus puestos de trabajo y son capaces de fijar sus propios objetivos como parte de su empleo.
Utilizando una muestra longitudinal de 2.363 residentes de Wisconsin de 60 años durante un periodo de siete años, encontraron que en los individuos con poco control del empleo, las altas demandas laborales están asociadas con un aumento del 15,4 por ciento en el riesgo de muerte, en comparación con bajas exigencias del trabajo. Para aquellos en puestos de trabajo con altas tasas de control, la elevadas demandas laborales se asocian con una disminución del 34 por ciento en el riesgo de muerte en comparación con trabajos con escasas exigencias.
"Exploramos las exigencias del empleo, o la cantidad de trabajo, la presión del tiempo y las exigencias de concentración de un puesto de trabajo, y el control del trabajo o la cantidad de prudencia que uno tiene sobre la toma de decisiones en el trabajo, como predictores comunes de muerte", explica el autor principal del estudio, Erik González-Mulé, profesor asistente de comportamiento de organización y de recursos humanos en la Escuela Kelley.
"Estos hallazgos sugieren que los trabajos estresantes tienen consecuencias claras negativas para la salud del empleado cuando se combina con una baja libertad en la toma de decisiones, mientras que los empleos estresantes en realidad pueden ser beneficiosos para la salud de los empleados si también se combinan con la libertad en la toma de decisiones", destaca el investigador de este trabajo, que está aprobado para su publicación en 'Personnel Psychology'.
González-Mulé subraya que los resultados no sugieren que los empleadores necesariamente tienen que recortar lo que esperan de los empleados, sino que, por el contrario, demuestran el valor que tiene la reestructuración de algunos puestos de trabajo para proporcionar a los empleados mayor peso acerca de cómo se realiza el trabajo.
"Se pueden evitar las consecuencias negativas para la salud si se les permite fijar sus propias metas, establecer sus propios horarios, dar prioridad a la toma de decisiones y cuestiones similares", propone este investigador, que también recomienda que las empresas permitan a los trabajadores tener voz en el proceso de fijación de objetivos.
LOS QUE TIENEN POCO CONTROL DE SU TRABAJO PESAN MÁS
A su juicio, la micro-gestión de los empleados puede tener un impacto en la salud pública. Entre las personas en la muestra del estudio, los investigadores vieron que el mismo conjunto de relaciones causales se aplica a su índice de masa corporal: los individuos en puestos de trabajo de altas exigencias con bajo control pesaban más que los que están en puestos de trabajo de alta demanda con alto control. "Cuando usted no tiene los recursos necesarios para hacer frente a un trabajo exigente, hace otras cosas --sugiere González-Mulé--. Es posible que coma más o fume, es posible que participe en alguna de estas cosas para hacer frente a ello".
Los estudios de investigación del cáncer han encontrado una correlación entre la mala alimentación y el desarrollo de la enfermedad; en un 55 por ciento, el cáncer fue la causa principal de muerte de las personas en la muestra del artículo. Otras causas principales de muerte fueron las enfermedades del sistema circulatorio, con un 22 por ciento; y patologías del sistema respiratorio, con un 8 por ciento.
El 26 por ciento de las muertes de los participantes en el estudio ocurrieron en las personas en puestos de trabajo de servicios de primera línea y el 32 por ciento de las muertes se produjeron en personas con trabajos de fabricación que también reportaron altas demandas laborales y bajo control.
"Lo que encontramos es que aquellas personas que se encuentran en trabajos de servicio de nivel inicial y trabajos de construcción presentan tasas de mortalidad bastante altas, mucho más que las personas con trabajos profesionales y puestos de oficina -dice--. Curiosamente, encontramos una tasa muy baja de muerte entre los trabajadores agrícolas".
Los datos del estudio se obtuvieron del Estudio Longitudinal de Wisconsin, que siguió a más de 10.000 personas que se graduaron de escuelas secundarias de Wisconsin en 1957. Los participantes fueron entrevistados en varios intervalos de tiempo a largo de su vida, hasta el año 2011, para proporcionar datos sobre experiencias educativas, laborales y emocionales, controlando factores como características demográficas, el estado socioeconómico y afectivo.
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