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Estudio de componentes motivacionales de la personalidad: Yo Real, Yo Ideal y Yo Deber, Locus de control, Estilos de atribución, Autoeficacia percibida y otras variables clínicas en sujetos universitarios
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Autor/autores: Mikel Aramburu Oyarbide(1); Jesús Guerra Plaza(2).
,Artículo,Trastornos de personalidad y hábitos,
Artículo revisado por nuestra redacción
1. IntroducciónEl concepto del self es un concepto multidimensional y dinámico. El autoconcepto general de una persona está integrado por autoconceptos más específicos ligados a vertientes y contextos más particulares. Si el autoconcepto general es válido para los diferentes contextos en el que se mueve una persona, los autoconceptos específicos (académico-profesional, afectivo-emocional,...
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1. Introducción
El concepto del self es un concepto multidimensional y dinámico. El autoconcepto general de una persona está integrado por autoconceptos más específicos ligados a vertientes y contextos más particulares. Si el autoconcepto general es válido para los diferentes contextos en el que se mueve una persona, los autoconceptos específicos (académico-profesional, afectivo-emocional, social, físico) se activarán y se volverán funcionales dependiendo del contexto.
Tanto el autoconcepto general como los autoconceptos específicos están integrados por múltiples aspectos:
- El Yo Real: es la percepción y representación de las características que se atribuye el sujeto a sí mismo.
- El Yo Ideal: representación de las características que le gustaría tener al sujeto; representación de cómo le gustaría ser.
- El Yo Deber: representación de las características que debería tener.
Un individuo puede construir su Yo Ideal o su Yo Deber de una forma muy cercana a su Yo Real o de una forma muy alejada a su Yo Real. En el primer caso, su Yo Real será evaluado de forma muy positiva. En el caso de que medie una gran distancia entre su Yo Ideal o su Yo Posible y su Yo Real, éste será evaluado de forma muy crítica. Se habrá propuesto metas tan altas que difícilmente podrá llegar a conseguirlas.
El concepto del Yo es un concepto dinámico que va variando y logrando mayores niveles de diferenciación a lo largo de la evolución. Hemos tenido la ocasión de comprobar en nuestras prácticas de Psicología de la Personalidad que las descripciones que hacen los niños de sí mismos o de sus compañeros evolucionan de descripciones concretas basadas en características físicas o actividades a descripciones más abstractas basadas en características sociales y psicológicas. Mayores niveles de desarrollo conllevan mayor nivel de diferenciación. En la misma línea de evolución, cuanto mayores se hacen los niños, mayores diferencias se constatan entre su Yo Real y su Yo Ideal. Los niños narcisistas y egocéntricos muestran menor distancia entre su Yo Real y su Yo Ideal que los niños más adaptados.
Según Strachan y Jones (1982), la distancia entre el Yo Ideal y el Yo Real es mayor en la media adolescencia que en la temprana o tardía adolescencia. Lo que sucede es que desde la temprana hasta la mediana adolescencia aumenta la diferenciación entre los conceptos del Yo, pero esta diferenciación es seguida de una integración de los diferentes Yoes en una estructura consistente de personalidad.
La diferenciación de los conceptos del Yo se refiere a las distancias entre los diferentes conceptos. La discrepancia se da cuando esas distancias exceden la distancia promedio entre dos conceptos del Yo. Las diferencias entre el Yo Ideal y el Yo Real están relacionadas con el nivel de madurez del individuo. Pero una discrepancia crónica entre el Yo Posible o Yo Ideal y el Yo Real es síntoma de desajuste emocional y produce emociones negativas. Según Higgins (1987), discrepancias entre el Yo Real y el Yo Ideal: provocan emociones depresivas; discrepancias entre el Yo Real y el Yo Deber provocan emociones relacionadas a la ansiedad. Según Strauman (1989), discrepancias entre el Yo Ideal y el Yo Real provocan depresiones; discrepancias entre el Yo Real y el Yo Deber provocan fobias sociales. Tal como describe Baumeister R.F (1997), Higgins (1987; also Higgins, Klein, & Strauman, 1987) has proposed that emotional patterns are strongly influenced by two sets of concepts about the self. In his view, people compare how they perceive themselves with an ideal self and with an ought self. The ideal self, again, is how one would like to be, and the ought self is the way one feels some obligation or duty to be. Agitated emotions, such as anxiety and guilt, arise when one sees a discrepancy between oneself and one´s ought self. Dejected emotions, such as sadness, depressed mood, and disappointment, arise when one sees a discrepancy between oneself and one´s ideal self (p. 687).
La diferenciación entre el Yo Real y el Yo Ideal puede tener una función motivadora fundamental, en la medida en que el Yo Ideal o el Yo Posible pueden funcionar como incentivos u objetivos a los que aproximarse. Pero esa diferenciación entre el Yo Real y las guías del yo (Yo Ideal y Yo Deber) puede servir también de contexto evaluativo, en cuanto que ofrece criterios de evaluación del Yo Real. En este sentido, la incongruencia o discrepancia excesivas pueden desempeñar una función desmotivadora, en cuanto que la excesiva distancia entre el Real y el Ideal desalienta a quien pretende cubrirla.
La percepción de Autoeficacia es la creencia de que uno puede lograr un objetivo propuesto o ejecutar un comportamiento de manera exitosa. Se basa en la confianza de que uno puede cumplir las exigencias que conlleva el logro de un objetivo. Es un concepto similar al concepto de expectativa de Rotter: confianza en que una tarea determinada se ejecutará de forma exitosa o confianza en que se logrará la meta que se ha propuesto.
La expectativa o creencia de que uno puede llegar a una meta tiene un efecto motivador importante en el comportamiento. Si nuestras expectativas son de éxito en el logro de una meta, ello hará que nos encontremos motivados para actuar y persistir en la acción.
Según la teoría de la Autoeficacia percibida de Bandura, una actividad cognitiva como la representación de la expectativa de consecución futura de una meta influye en la actividad presente de un individuo. Las representaciones que se hace el individuo de su futuro se convierten en motivadoras y reguladoras de su comportamiento actual. La anticipación del éxito o del fracaso en la consecución de la meta se hace en base a éxitos o fracasos en la consecución de metas anteriores similares.
Según Bandura, nos autoevaluamos de acuerdo al nivel de proximidad que hemos alcanzado en el logro de una meta. El individuo que tiene una historia en la que ha cosechado muchos triunfos o éxitos, probablemente establecerá metas más elevadas que el que ha fracasado repetidas veces. Nos encontramos motivados a perseverar en una tarea, en la medida en que nos creemos capaces para lograr la meta, es decir, en la medida en que creemos que nuestro esfuerzo será útil. La percepción de autoeficacia desempeña un importante papel en la consecución de metas. Las personas que se autoperciben como no eficaces en el desempeño de una tarea o en la consecución de una meta, se encontrarán desmotivadas para actuar o perseverar en su actividad. Las personas que se autoperciben como ineficaces y abandonan las metas tienden a tener sentimientos depresivos. Las personas que se autoperciben como eficaces y perseveran en sus tareas para lograr las metas tienden a experimentar sentimientos positivos.
Según Fritz Heider (1958), las personas tenemos una motivación profunda que nos lleva a comprender el medio. Las personas queremos controlar el medio en que vivimos, haciéndonos preguntas y atribuciones sobre las causas de lo que sucede a nuestro alrededor. Las personas no toleramos fácilmente la incertidumbre, los sucesos inesperados o los fracasos. Necesitamos una sensación de control, y eso lo conseguimos a través de las atribuciones que hacemos sobre los sucesos inesperados, inciertos y negativos.
Centrándonos en las atribuciones causales que hace una persona, unas veces encuentra o coloca las causas dentro de sí (lugar de control interno), y otras veces las coloca fuera de sí (lugar de control externo); atribuye las causas, una veces a factores persistentes (atribución estable) y otras veces a factores inestables (atribución inestable); atribuye las causas, una veces a factores específicos y otras veces a factores recurrentes de situación en situación. Por medio de las atribuciones controlamos nuestra autoestima, nuestro comportamiento y el de los otros; controlamos también la impresión que causamos a los otros.
El Estilo Atribucional de una persona determina en qué medida atribuye sucesos positivos y negativos a causas internas, estables o globales. La teoría de la atribución trata del tipo de explicaciones causales que hace la gente para los acontecimientos positivos y negativos. El tipo de atribución dependerá de tres vectores: internalidad, estabilidad y globalidad. Respecto a la internalidad, dependiendo del lugar de control o de causalidad, las causas de los acontecimientos pueden percibirse como provenientes de dentro (locus interno) o de fuera (locus externo). Dependiendo del vector de la estabilidad, la causa de un éxito o de un fracaso puede percibirse como estable-fija o como inestable-variable. Atendiendo a la dimensión de globalidad, las causas de los sucesos positivos o negativos de nuestras vidas se perciben como recurrentes y se extienden a las diversas situaciones o se perciben como causas circunscritas a unas situaciones específicas. Respecto a la dimensión de controlabilidad, dimensión que se relaciona también con la autoeficacia percibida, el logro de las metas puede percibirse como controlable a través del esfuerzo o como no contigente con respecto a los intentos que se hacen por su consecución. First, if the person points to an internal cause of the bad events (I made a mistake), self-esteem falls. This is not the case if an external cause is implicated (the day was windy). Second, if the person explains bad events with a stable cause (it runs in the family), then deficits are long-lasting. This does not happen if the event is attributed to an unstable cause (the circumstances were unusual). Third, if the person offers an explanation in terms of global factors (it´s the human condition), then helplessness is pervasive. An explanation in terms of a more specific cause leads to accordingly circumscribed deficits (I´ve never gotten the hang of that one task) (Peterson, 1990, p. 55).
Respecto a las teorías de la atribución, si se atribuye el éxito a la habilidad, se atribuye el éxito a una causa estable; pero si se atribuye el éxito al esfuerzo, se atribuye el éxito a una causa inestable. Cuando Rotter habla de la habilidad como causa, está hablando de una causa interna y estable; cuando habla de la suerte, está hablando de una causa externa e inestable. Sin embargo, hay causas que son internas e inestables (caso del esfuerzo) y otras que son internas y estables (caso de la habilidad). Será la estabilidad de la causa, más que su internalidad o externalidad la responsable de las expectativas de futuro. La internalidad o externalidad estará más unida al sentimiento de orgullo o humillación, al atribuir el éxito o el fracaso a factores internos o externos. Hay que tener en cuenta también, siguiendo a Weiner (1990), que una causa puede ser considerada interna y controlable (caso del esfuerzo), o interna e incontrolable (caso de la habilidad). Hay que tener en cuenta pues, tanto el locus como la controlabilidad. Habilidad y esfuerzo son causas internas que varían tanto en estabilidad como en controlabilidad.
Nuestras expectativas con respecto a la consecución de las metas que nos hemos fijado se fundamentan en nuestro recuerdo de logro o fracasos del pasado, y en nuestras atribuciones o explicaciones con respecto a esos logros o fracasos. Las atribuciones causales que hacemos desempeñan un importante papel en nuestras reacciones emocionales hacia los sucesos, así como en nuestras expectativas de logro de metas. Un estilo atributivo optimista se basa en atribuciones internas, estables y globales para sucesos positivos y éxitos. Un estilo atributivo depresivo o pesimista se basa en atribuciones internas, estables y globales para sucesos negativos o fracasos.
La incontrolabilidad de sucesos negativos a través de la conducta es el determinante primario de la conducta depresiva. Pero más que la objetividad de los sucesos, lo que determina el estado depresivo es el estilo atributivo-cognitivo de los sujetos. El estilo atributivo depresivo es un factor de riesgo en la adquisición de la depresión. Según Peterson y Seligman (1984), el estilo atributivo deprogenético se caracteriza por atribuciones internas, estables y globales para los sucesos negativos y los fracasos, y por atribuciones externas, inestables y específicas para los éxitos: People most at risk for helplessness following uncontrollable events are tose who explain them using internal, stable, and global causes. The actual characteristics of the events obviously influence the sort of explanations a person offers, but so too does his or her habitual tendency to explain events in one way or another (p. 55, Peterson, 1990).
Este artículo versa sobre aspectos motivacionales de la personalidad y gira sobre tres ejes vertebradores: 1. El eje de la discrepancia Yo Real/Yo Idea o Yo Real/Yo Deber: mucha diferencia o discrepancia, como elemento desmotivador; poca diferencia, como elemento motivador. 2. El eje del estilo de atribución: internalidad, estabilidad y globalidad para los éxitos como factor motivador. Externalidad, inestabilidad y especificidad para los éxitos como factor desmotivador. 3. El eje de la autoeficacia percibida (Bandura) para el logro de metas como factor de motivación. Siendo esos tres los ejes vertebradores, no olvidamos ejes transversales tan importantes como los estilos cognitivos o de aprendizaje, la autoestima, la asertividad, los niveles de aspiración y logro y estados emocionales como la ansiedad, depresión, reserva social y miedo a la evaluación negativa.
2. Hipótesis
1. Cuanto mayor es la distancia o incongruencia entre el Yo Real y el Yo Ideal del sujeto menor será su autoeficacia percibida, menor será su confianza en sí mismo, menos se atribuirá el éxito a factores internos y más se atribuirá el fracaso a factores internos. Pensamos que las personas que se sienten autoeficaces han llegado a percibirse como tales en la medida en que han valorado como positivos sus logros y su aproximaciones a las metas propuestas, lo cual ha traído consigo una aproximación del Yo real hacia el Yo Ideal. Y las personas que se sienten autoeficaces, se perciben como tales en la medida en que atribuyen los logros a factores internos, estables y globales.
2. A mayor nivel de atribución interna en el locus de control, mayor será la autoestima del sujeto, mayor su estabilidad emocional y menor su nivel de ansiedad y depresión. Y en menor medida atribuirá los sucesos negativos a factores estables. En la medida en que el sujeto se atribuya el control de los acontecimientos de su vida, más se autovalorará, más estable emocionalmente se mostrará y menor sentimiento de indefensión mostrará ante eventuales sucesos negativos de su vida.
3. 3.1. Respecto a los Estilos de Atribución, a mayor nivel de atribución interna para sucesos positivos y éxitos, mayor será la autoestima de los sujetos (An internality of explanatory style affects the involvement of loss of self-esteem in helplessness, p. 59, Peterson, 1990) , mayor su actividad, mayor su autoeficacia percibida, mayor su extraversión y liderazgo, menor su nivel de depresión (hundreds of investigations have looked at explanatory style as a risk factor and correlate of depressive sympoms, p. 59, Peterson, 1990) menor su nivel de ansiedad (Furthermore, studies have revealed that individuals differing in test anxiety also differ in their attributions for success and failure: High test-anxiety subjects, compared with individualslow in test anxiety, for instance, use more internal, stable attributions for failure (p. 129, Försterling, F., 1990), menor su distancia Yo Real/Yo Ideal, y menor su reserva social.
3.2. A mayor nivel de atribución estable para sucesos positivos y éxitos, mayor será el nivel de aspiración (maximizing failure (attributing it to ability) and minimizing success (attributing it to luck) has a self-stabilizing effect on expectancies; that is, they will keep future success expectancies low: p. 135, Försteling, 1990), mayor el nivel de logro, mayor la autoeficacia percibida, mayor la autoestima, mayor la afabilidad, mayor la extraversión, mayor la sociabilidad y menor la reserva social de los individuos.
3.3. A mayor nivel de atribución de éxitos a factores globales, mayor nivel de aspiración y de logro. Sujetos que atribuyen los éxitos a factores globales, se esforzarán más y tendrán más logros. En este sentido, Weiner and colleagues have demonstrated that individual differences in achievement behavior result from differential causal attributions for outcomes: Low achievement strivings are associated with preference for stable and internal attributions for failure (p. 126, Försteling, 1990).
3.4. A mayor nivel de atribuciones de fracasos a factores internos, estables y globales, mayor ansiedad, mayor depresión (On a more specific level, Seligman (1981) points out that the cognitive triad that Beck considers to be responsible for reactive depresión has the same meaning as the tendency to make internal, stable, and global attributions for failure, p. 135, Försterling, F., 1990) mayor miedo a la evaluación negativa, mayor distancia Yo Real-Yo Ideal, menor nivel de autoestima, menor asertividad y menor estabilidad emocional. Failure because low ability reflects on the failing individual and therefore has implications for self-esteem. As a chronic cause of failure, a self-ascription to low ability also tends to lower one´s expectations for future succes. And because low ability is perceived as uncontrollable, it leads to the belief that there is no response in one´s repertoire to alter the course of failure. Hardly a more debilitating attributional pattern is imaginable (Graham,S., 1990, p. 17)
4. A mayor nivel de Autoeficacia percibida, mayor autoestima, mayor actividad (Some people explain events by pointing to factors within themselves that are chronic and pervasive (I´m a loser), whereas other people explain bad events in terms of circumscribed causes outside themselves (it was a fluke). We refer to the former as optimistic or efficacious, and to the latter as pessimistic or helpless (Peterson, Seligman, & Vaillant, 1988). According to theory and research, pessimistic individuals are more likely than their optimistic counterparts to respond with passivity and low morale to actual bad events (Peterson, 1990)), mayor atribución de los éxitos a factores internos, estables y globales (Highly efficacious children have been shown to attribute failure to lack of effort, whereas less efficacious children ascribe failure to a lack of ability (Collins, 1982). Although Weiner (1979, 1985) teorices attributions to influence future behavior partly through expectations, Bandura (1986) suggests that the relationship may be more complex, and that efficacy cognitions play an important role in the attribution process. That is, percepts of personal efficacy, as well as achievement outcome, act as a source of information from which causal ascription are derived Children who perceived themselves to be more successful made more stable and controllable attributions (p. 46, McAuley and Duncan, 1990)), mayor dominancia, mayor extraversión, mayor independencia, mayor confianza, mayor liderazgo y mayor energía. A mayor Autoeficacia percibida, menor ansiedad y depresión, menor reserva social, menor miedo a la asertividad, menor miedo a la evaluación negativa, menor distancia Yo Real-Yo Ideal.
3. Metodología
3. 1. Descripción de la muestra
Nos ha parecido interesante contrastar las hipótesis arriba indicadas en una muestra de estudiantes de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del País Vasco.
La muestra de la que se han obtenido los datos consta de dos grupos de estudiantes de las facultades de Psicología y de Psicopedagogía (F.I.C.E.) de la Universidad del País Vasco, estudiantes que cursaban la asignatura Psicología de la Personalidad durante el primer cuatrimestre del curso 1999-2000.
La muestra se compone de un total de 146 sujetos. 129 chicas y 17 chicos. La edad media de los estudiantes es de 20 años. 19 años, para los estudiantes de Psicología, y 22 años para los estudiantes de Psicopedagogía.
3. 2. Descripción de los instrumentos
Los instrumentos de evaluación que hemos utilizado han sido los siguientes:
1. Como instrumentos de medida de la Autoestima se han utilizado dos cuestionarios:
- El Inventario de Autoestima de S. Coopersmith (S.E.I.) en su forma adulta, inventario que tiene las siguientes escalas: escala general, escala social, escala familiar, escala profesional y escala total.
- El Cuestionario de Autoconcepto de Musitu (Forma-A), que mide los siguientes factores: factor académico, factor social, factor emocional y factor familiar.
- El Test de Autoestima de Barksdale.
2. Como instrumento de medida de la Extraversión y del Neuroticismo hemos utilizado el Cuestionario de Personalidad EPI de H.J. Eysenck y S.B.G. Eysenck, cuestionario que evalúa las dimensiones de Neuroticismo-Estabilidad (N), Extraversion-Introversión (E) y Sinceridad (S); hemos utilizado también el cuestionario EPQ-A de los mismo autores, cuestionario que evalúa el neuroticismo, la extraversión, el psicoticismo y la sinceridad..
3. Como medida del Pensamiento Depresivo, hemos utilizado el Inventario de Pensamientos de Crandell (Crandell Cognitions Inventory: CCI) de Crandell, C.J. y LaPointe, K.A. Como medida de la depresión hemos utilizado también el BDI: Beck Depression Inventory de Beck, A.T., Rush, A.J., Shaww, B.J y Emery, G.
4. Como medida de la Ansiedad hemos utilizados el BAI: Beck Anxiety Inventory de Beck,A.T., Brown,G., Epstein,N. Y Steer, R.A. Hemos utilizado también el STAI: State-Trait Anxiety Inventory (Self Evaluation Questionnaire) de C.D. Spielberger, R.L. Gorsuch y R.E. Lushene. Este cuestionario evalúa la Ansiedad-Estado y la Ansiedad-Rasgo.
5. Como medida de la ansiedad en la interacción hemos utilizado la Escala de ansiedad en la interacción (Interaction Anxiousness Scale: IAS) de Leary, M.R.
6. Como medida de la distancias entre el Yo-Real, el Yo-Ideal y el Yo-Deber hemos utilizado dos instrumentos:
- El REP-Test de Kelly: medida de diferencia de puntuaciones dadas al Yo-Real y al Yo-Ideal (dividida por número de constructos elicitados), medida de la diferencia de puntuaciones dadas al Yo-Real y al Yo-Deber (dividida por número de constructos elicitados) y medida de la diferencia de puntuaciones dadas al Yo-Ideal y al Yo-Deber (dividida por número de constructos elicitados).
- Técnica Q: medida de la diferencia de puntuaciones entre el Yo-Real y el Yo-Ideal.
7. Como medida de Orientación a la Actividad y Estilos de Aprendizaje, hemos utilizado dos instrumentos:
- El Cuestionario CHAEA: Cuestionario Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje de Catalina M. Alonso, Domingo J. Gallego y Peter Honey, que evalúa los estilos de aprendizaje Activo, Reflexivo, Teórico y Pragmático.
- El cuestionario del Cubo de Heymans: medida de la Emotividad, la Secundariedad y la Actividad.
8. Como medida del grado de la Asertividad se ha utilizado el Inventario de Asertividad de Gambril y Richey (Gambril-Richey Assertion Inventory-GRAI) de Gambril, E.D. y Richey, C.A.. Es un cuestionario que evalúa el grado de malestar que provocan diversas situaciones en el sujeto, así como la probabilidad de que realice ciertas conductas.
9. Como medida de la Asertividad hemos utilizado la escala ADCA-1 de García Pérez,E.M. y Magaz Lago,A., escala que mide la autoasertividad y la heteroasertividad.
10. Como medida del nivel de aspiración y del nivel de logro, hemos utilizado un instrumento en el que cada alumno tenía que escribir diez objetivos fijados para su vida. Después de plasmar los diez objetivos, se les pedía que evaluaran (en una escala de 1 a 10) el grado de aspiración y de logro con respecto a cada uno de los objetivos.
11. Como cuestionarios de Estilo Atribucional hemos utilizado dos. Por una parte, el cuestionario ASQ: Attributional Style Questionnaire de Peterson,C, Smmel,A., Von Baeyer,C., Abramson,L.Y., Metalsky,G.I. y Seligman, M.E., cuestionario que mide en una escala de 1 a 7 atribuciones internas, estables y globales para situaciones positivas y negativas. Por otra parte, hemos utilizado un instrumento en el que cada alumno debía de escribir 5 éxitos y 5 fracasos cosechados en su vida; después, para cada uno de los éxitos y fracasos, debía de indicar en una escala de 1 a 10 el grado en que atribuía los éxitos o fracasos a factores internos, estables o globales.
12. Como medida del Locus de Control hemos utilizado dos instrumentos: una escala de Locus de Control General de 10 items y una escala del Locus de Control de la salud de 11 items.
13. Como medida de Reserva Social hemos utilizado el SRS: Social Reticence Scale de Jones,W.H. y Russell,D.
14. Como medida del Miedo al la Evaluación negativa se ha utilizado el FNE: Fear of Negative Evaluation Scale de Watson, D., Friend, R. Y Leary, M.R.
15. Como instrumento de medida de la Autoeficacia Percibida se ha utilizado el General Perceived Self-Efficacy Scale de Schwarzer,R. y Jerusalem,M..
16. Como instrumento de medida de la Estabilidad Emocional, Ansiedad (además del IAS de Leary y del test de Beck), Confianza, Independencia, Dominancia, Control Cognitivo, Sociabilidad, Tolerancia y Liderazgo se ha utilizado el CPS: Cuestionario de personalidad situacional de Fernández Seara,J.L., Seisdedos,N. y Mielgo,M.
17. Como instrumento de medida de la Energía, Afabilidad y Estabilidad Emcional hemos utilizado el BFQ: cuestionario Big Five de Caprara,G.V., Barbaranelli,C. y Borgogni,L.
3. 3. Procedimiento de recogida de datos
Los datos se han obtenido en las sesiones de prácticas de Psicología de la Personalidad. Primeramente se ha explicado cómo había que rellenar los cuestionarios. Acto seguido, los alumnos han respondido a los items del test o del cuestionario. Después de haber cumplimentado los cuestionarios, se ha llevado a cabo la corrección de los mismos, a través de plantillas dispuestas a tal efecto. A continuación, se han recogido las puntuaciones directas obtenidas por cada alumno.
La elaboración estadística de los datos se ha basado pues en puntuaciones directas, y no en percentiles obtenidos en base a baremos establecidos.
4. Análisis de datos
La técnica estadística adecuada para contrastar las hipótesis planteadas es la utilización de los índices de correlación. Así pues, hemos calculado las correlaciones de las puntuaciones obtenidas en diferentes tests, inventarios y cuestionarios.









5. Resultados
1. Según predecíamos en la hipótesis nº 1 y tal como podemos constatar en la Tabla 1 de resultados, cuanto mayor es la distancia o incongruencia entre el Yo Real y el Yo Ideal del sujeto menor será su autoeficacia percibida, menor será su confianza en sí mismo, menor su autoestima , autoasertividad y sociabilidad, menos se atribuirá el éxito a factores internos. Asímismo, cuanto mayor es la distancia entre el Yo Real y el Yo Ideal, más se atribuirá el fracaso a factores globales, mayor ansiedad, depresión, reserva social, miedo a la evaluación negativa y emotividad se mostrará.
2. Según se predice en la hipótesis nº 2, y tal como podemos constatar en la Tabla 2 de resultados, a mayor nivel de atribución interna en el locus de control, mayor será la autoestima del sujeto, mayor su estabilidad emocional y menor su nivel de ansiedad y depresión. Asimismo, cuanto más se percibe el locus de control como interno, menos se atribuyen los sucesos negativos y los fracasos a factores estables.
3.
3.1. Según se predice en la hipótesis nº 3.1., y tal como podemos constatar en las Tablas 3.1.1. y 3.1.2. de resultados, respecto a los Estilos de Atribución, a mayor nivel de atribución interna para éxitos y sucesos positivos, mayor será la autoestima de los sujetos, mayor su energía y actividad, mayor su autoeficacia percibida, mayor su extraversión y liderazgo, menor su nivel de depresión, menor su nivel de ansiedad, menor su distancia Yo Real/Yo Ideal, y menor su reserva social.
3.2. Según se predice en la hipótesis nº 3.2., y tal como podemos constatar en las tablas 3.2.1. y 3.2.2. de resultados, a mayor nivel de atribución estable para sucesos positivos y éxitos, mayor será el nivel de aspiración, mayor el nivel de logro, mayor la autoeficacia percibida, mayor la autoestima, mayor la afabilidad, mayor la extraversión, mayor la sociabilidad y menor la reserva social de los individuos.
3.3. Según se predice en la hipótesis nº 3.3., y tal como se puede constatar en la Tabla 3.3. de resultados, a mayor nivel de atribución de éxitos a factores globales, mayor nivel de aspiración y de logro.
3.4. Según se predice en la hipótesis nº 3.4., y tal como se puede comprobar en la tabla 3.4. de resultados, a mayor nivel de atribuciones de fracasos a factores internos, estables y globales, mayor ansiedad, mayor depresión, mayor miedo a la evaluación negativa, mayor distancia Yo Real-Yo Ideal, menor nivel de autoestima, menor autoasertividad y menor estabilidad emocional.
4. Según predecíamos en la hipótesis nº 4 y tal como se puede comprobar en la Tabla 4 de resultados, a mayor nivel de Autoeficacia percibida, mayor autoestima, mayor actividad, mayor atribución de los éxitos a factores internos, estables y globales, mayor dominancia, mayor extraversión, mayor independencia, mayor confianza, mayor liderazgo y mayor energía. A mayor Autoeficacia percibida, menor ansiedad y depresión, menor reserva social, menor miedo a la asertividad, menor miedo a la evaluación negativa, menor distancia Yo Real-Yo Ideal.
Conclusiones
1. Mirando desde el enfoque cognitivo del self, en el funcionamiento psicológico de una persona nos encontramos por una parte con un sentido global del self y por otra parte con varios sentidos diferenciados de self; de la misma forma, nos encontramos con un concepto global de autoeficacia y con varias creencias específicas de autoeficacia; en el mismo sentido, tenemos un autoconcepto global por una parte y autoconceptos específicos por otra parte.
La diferenciación entre el Yo Real, el Yo Ideal y el Yo Deber puede tener una función motivadora. El Yo Ideal funciona como polo de atracción que motiva al sujeto a actuar en pos de su consecución. Pero, por otra parte, se ha podido constatar en nuestro estudio que una mayor distancia entre el Yo Real y el Yo Ideal correlaciona positivamente con una menor autoestima, una menor autoeficacia percibida, una mayor atribución global para los fracasos, así como una mayor ansiedad, depresión y reserva social. Lo cual muestra que una mayor distancia entre el Yo Real y el Yo Ideal correlaciona positivamente con sentimientos y estados emocionales negativos, a la vez que correlaciona negativamente con sentimientos y estados emocionales positivos. De ello deducimos que puede ser perjudicial una orientación educativa basada en la exaltación de ideales y figuras ideales. Los objetivos y los modelos a imitar tienen una función motivadora, siempre que no los planteemos como ideales inalcanzables. Ideales demasiado lejanos inducen criterios de evaluación demasiado estrictos, ideales que llevan a minusvalorar los logros concretos.
2. Si miramos al Locus de Control de Rotter, que se centra en la internalidad o externalidad de las causas, vemos que es la internalidad la que aparece unida a una mayor estabilidad emocional y a una menor ansiedad o depresión. Es decir, si uno se siente responsable de lo que le sucede en todos los órdenes de la vida, tenderá a ser más estable emocionalmente y a tener menor estados emocionales negativos como la depresión o la ansiedad. Tengamos en cuenta que según la teoría del Locus de Control de Rotter, los que tienen locus de control interno se autoperciben como sujetos con capacidad para controlar lo que ocurre en sus vidas.
Los pensamientos, emociones, comportamientos y motivaciones de una persona dependen en mucha medida de sus creencias de autoeficacia. Una persona perseverará o no perseverará en una acción que le exige un gran esfuerzo, en la medida en que crea que es más o menos autoeficaz. El mismo sistema inmunológico de nuestro organismo funciona estrechamente relacionado con la percepción de autoeficacia; en este sentido, la autoeficacia percibida tiene un efecto positivo en el funcionamiento del sistema inmunológico (Wiedenfeld y otros, 1990). Por otra parte, los sentimientos de autoeficacia son un elemento fundamental a la hora de afrontar situaciones complejas y estresantes. Así lo han demostrado los estudios de Bandura y colaboradores: "Bandura et al. (1988) had students perform mathematical problems under conditions in which they could exercise full control over the demands of the task (self-efficacy) or in which the demands of the task exceeded their capabilities (inefficacy). The self-efficacious participants showed little stress, whereas the inefficacious participants experienced both stress and high levels of autonomic arousal" p. 392, Phares and al. 1997).
El autoconcepto esta integrado por diferentes identidades de rol: familiar, profesional, social etc. Esas identidades de rol están relacionadas con expectativas de las otras personas en cada uno de los ámbitos en que nos movemos. Las expectativas de los demás con respecto a nosotros son diferentes dependiendo de los diferentes ámbitos. Cuanto mayor sea el número de identidades que tengamos, cuanto mayor sea la conplejidad de nuestro autoconcepto, mejor nos adaptaremos a las diferentes identidades de rol que tengamos que desempeñar. En este sentido, es bueno tener un autoconcepto diferenciado y complejo del yo, con múltiples aspectos diferenciados. En una persona con un autoconcepto complejo, sucesos estresantes o fracasos que ocurren en un determinado ámbito o aspecto del yo no tienen por qué afectar a otros aspectos. Una persona puede dejar de sentirse autoeficaz en un aspecto o ámbito de su vida, sin que ello afecte a otros aspectos de su personalidad. Puede sentirse cerca del ideal en un aspecto y lejos del ideal en otro; autoeficaz en un ámbito e ineficaz en otro ámbito. Su autoestima global dependerá del número de aspectos diferenciados o identidades que posea, de la percepción positiva o negativa de cada uno de los aspectos del self y del número de ámbitos en los que se sienta autoeficaz. Dependiendo de que en la mayoría de los aspectos diferenciados de su estructura el sujeto se autoperciba como eficaz y cercano a los ideales o se perciba como ineficaz y lejos de los ideales, experimentará más o menos ansiedad, depresión, reserva social o miedo a la evaluación negativa.
3. Bandura ha prestado mucha atención a la relación entre autoeficacia percibida y motivación. A través de las representaciones cognitivas actuales, los acontecimientos futuros concebidos pueden motivar la conducta actual. La anticipación de las metas futuras y su consecución, la anticipación de logros o fracasos del futuro, las expectativas basadas en atribuciones de mayor o menor autoeficacia tienen un claro efecto motivador o desmotivador de la acción y la perseverancia en la acción.
La autoeficacia percibida influye en el nivel de aspiración que se propone el sujeto, e influye también en el esfuerzo que va a realizar para la consecución de la meta. Por otra parte, la percepción de autoeficacia influye en las reacciones emocionales surgidas ante actividades de ejecución de una tarea. Personas que se creen autoeficaces experimentarán menos ansiedad, menos miedo a evaluación negativa, menos reserva social, menos miedo a la asertividad, menos discrepancia Real-Ideal, menos depresión y menos estrés en su actividades en pos de la consecución de una meta. Asímismo, personas que se consideran autoeficaces, aparecen como más activas, más líderes, más independientes, y muestran mayor control de los éxitos, ya que hacen una atribución interna, estable y global de los éxitos. Además, de la autoeficacia percibida dependerá que una persona siga motivada para actuar o se desmotive ante un fracaso.
Cuando la tarea para conseguir una meta es dificultosa, el éxito se atribuye a causas internas y se considera como muy valioso. Si la meta se ha conseguido fácilmente, el éxito se atribuye a causas externas y se valora poco. El locus de control influye en la autoestima y en el orgullo; la estabilidad de la causa influye en las expectativas; la controlabilidad de las causas tiene que ver con emociones sociales como de culpabilidad o vergüenza; cuando el fracaso se atribuye a factores controlables, se siente culpabilidad; cuando el fracaso se atribuye a factores internos, se siente vergüenza; se siente enfado, cuando se atribuye el fracasos a causas controlables por otros, compasión cuando se atribuye el fracaso de los otros a causas no controlables por ellos, gratitud cuando se atribuye el éxito de uno a causas controlables por otros. Cuando el éxito se atribuye a la habilidad, ello es fuente de sentimientos de confianza y competencia.
Según la teoría de la resignación adquirida o indefensión adquirida de Seligman, cuando una persona sabe que le es imposible controlar un evento negativo o estresante, y esa situación se repite una y otra vez, se siente indefensa y adquiere un sentimiento de resignación. Según Abramson y otros (1978), cuando una persona se hace atribuciones internas, estables y globales para explicar la incontrolabilidad de una situación, es muy posible que le sobrevenga una depresión reactiva o un debilitamiento de su estima personal. Sin embargo, si se hace atribuciones externas, inestables y específicas para explicar la misma falta de contingencia, los síntomas de su resignación adquirida serán más débiles.
Las atribuciones influyen en la depresión a través de las expectativas de controlabilidad futura que generan. El estilo atribucional interno, estable y global para sucesos negativos o fracasos influye negativamente sobre las expectativas de futuro, y estas expectativas influyen a su vez en los sentimientos depresivos. Ha quedado claro en nuestro estudio que la internalidad y la estabilidad para los sucesos positivos y éxitos están correlacionadas con una mayor autoestima, así como que la estabilidad y la globalidad para los fracasos están relacionadas con una menor autoestima.
En el tratamiento de desatribución se trata de que el sujeto atribuya las causas de sus estado de sufrimiento a causas diferentes de las responsables de su estado; de esta forma, los comportamientos sintomáticos tienden a desaparecer. En el tratamiento de reatribución, se trata de que el sujeto aprenda a valerse de atribuciones útiles para proteger su autoestima. Por ejemplo, se trata de que el sujeto atribuya el fracaso a factores inestables y controlables como la falta de esfuerzo, en lugar de atribuirlo a factores más estables o incontrolables como la falta de habilidad. De esta forma, programas de intervención en los que los alumnos aprenden a atribuir el fracaso a factores inestables, específicos o controlables han tenido un efecto benéfico en su futuro rendimiento.
4. Hemos podido constatar claramente que cuando los sujetos hacen una atribución interna de éxitos y sucesos positivos, ello les motiva más a la acción y les lleva a tener más autoestima, a sentirse más autoeficaces y a tener menos depresión, ansiedad, reserva social y discrepancia Real-Ideal. Si el tipo de atribución es estable para los éxitos y sucesos positivos, ello va unido a mayor nivel de logro, a mayor autoeficacia percibida, y correspondientemente, a mayor nivel de aspiración. Son los sentimientos positivos los que predominan: afabilidad, autoestima, sociabilidad, extraversión y falta de reserva social. De la misma forma, en la medida en que los sujetos atribuyen los éxitos a factores globales y recurrentes en diferentes situaciones, mayor será el nivel de logro percibido y el nivel de aspiración propuesto. Sin embargo, la atribución del fracaso a factores internos, estables y globales, es decir, el hecho de considerar incontrolables los fracasos está unido a sentimientos y estados emocionales negativos como la ansiedad, la depresión, el miedo a la evaluación negativa, el menor nivel de autoestima y la mayor discrepancia Yo Real/Yo Ideal.
Lo que vulgarmente llamamos excusas, son procesos que tratan de desplazar las atribuciones causales de los sucesos negativos; tratan de atribuir lo negativo a causas externas, inestables y específicas; caso de que sea claro que las causas son internas, tratan de atribuirlas a aspectos no centrales. A través de las excusas o manipulaciones de atribuciones, las personas tratamos de salvaguardar la autoestima, reducir el enfado de otras personas, modificar expectativas etc.
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